Capitulo 1: Mis primeros días.

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Bueno, para empezar, yo nací en un pueblo de Benidorm, y pensaréis "Te mudarías y tal ahí comenzó tu historía en otro colegio" y no, no fui nueva en ningún colegio, como he dicho antes he estado 13 años en el mismo colegio y he vivido mucho en ese sitio.

Mis padres no eran de Benidorm, solo se mudaron para trabajar allí y un año después de nacer yo, decidieron venirse ya que teníamos al resto de la famila en la ciudad donde actualmente vivimos.

Yo nunca fui a la guardería, yo me crié con mi madre, ya que se dejó el trabajo para entregarse completamente a mi y eso es algo que siempre, voy a agradecer. Y claro, al no haberme separado de mi madre en 3 años, fue extraño entrar en un sitio donde no conocería a nadie y menos aceptar que mi madre se fuera y me dejará allí, rodeada de gente extraña y desconocida. ¿Conocéis esa sensación? Yo no, de hecho mi padre siempre me ha dicho que el primer día de cole no lloré, al contrario, le decía a mi madre que se fuera. Tal vez, fue porque me cansé de estar tan apegada a ella y quería... "Independizarme"

Sinceramente, no recuerdo nada, solo de lo que me ha contado mi madre y hubo algo que siempre, siempre me decía y me llegó, me... "Toco la patata" que es como se diría ahora.

Yo he hablado con mi madre cientos de veces sobre este tema y me dijo "De pequeña, el primer día de clase, todos se sentaron en su sitio cuando se lo decía la profesora, menos tú, tú no te sentabas, te quedabas de píe"

Mi madre siempre me observaba, día a día desde la ventana del colegio, para ver si por fin me sentaba o hacía caso a la profesora y al ver que seguía igual siempre me decía "Sientate con tus compañeros, no puedes hacer lo que te dé la gana" Hasta la profesora me decía que para hacer un círculo, yo me salía fuera.

Ahora, me hace gracia y todo... y hasta me alegra, me llena de orgullo que una panda de críos hicieran caso a la profesora que es como la "Superior" y yo pasara de su cara, eso me encantó, mostró mis intentos de rebeldía, de ir contra el mundo siempre que él se opusiera a mi.

Pero no recuerdo ningún problema con ningún compañero, al contrario, creo que eran amigos míos... Bueno, también la infancia es una época ingenua donde creemos que todo el mundo es nuestro amigo, así que no me fío mucho de lo que estoy diciendo, pero vamos... que nadie me insultaba, nadie me pegaba, tenía mi grupito de amigas y bueno, muchas veces envidiaba a la "guapa de la clase", ya que en ese año empieza a crearse la sociedad estamental de las clases.

La típica pija y guapa, se sentaba a mi lado porque me la asignó la profesora y para mí, era una divinidad. Recuerdo que si ella se traía un actimel para desayunar, yo también, y hasta recuerdo que ella, nunca tiraba el papel alval del bocadillo, siempre se lo guardaba y yo también copié su actitud durante unos años. Yo siempre quería jugar con ella y se lo decía a mis amigas porque me cansaba de ellas, pero la chica que yo "Admiraba" ya tenía su grupo de los "Cabecillas y chulitos" que se fueron convirtiendo con el paso del tiempo. Claramente, nunca jugué con ella, porque tenía complejos y solía decirle a una amiga "Oh no, no puedo juntarme con ella, va con... llamémosle A" Recuerdo hasta mi propia frase de timidez.

Si algo recuerdo de segundo de infantil es de un chico, llamémoslo B, que empezó a gustarme, no sé... que me parecía guapo, ya sabéis tampoco era para tanto, solo tenía 4 años. ¡Y hasta era mi amigo! y eso que era de los cabecillas chulitos y toda la pesca. Pero él me aceptaba, jugabamos y hacíamos esos típicos talleres juntos y eso hacía que me gustara más.

Pero como todos sabemos, los amores de la infancia no salen bien, ni siquiera en la adolescencia, pues mucho menos a los 4 años y no sé que pasó, supongo que me gustaría otro o no sé, pero me "olvidé" de él aunque éramos amigos.

Hablando de talleres, yo tampoco me acuerdo pero mi madre siempre me lo recuerda y es que le monté un pollo a mi madre delante de toda la clase por un absurdo paraguas. La historia fue simple: En los talleres invitaban a los padres a que los hicieran con nosotros y mi madre como no trabajaba ni nada pues venía hasta que en uno comencé a gritarle, a pegar patadas, a tirarme por el suelo... bueno, un espectaculo. Y recuerdo que me dijo, que ciertas madres le preguntaron que si yo tenía un problema mental.

Creo que esa fue la chispa que comenzó a encenderse para el incendio de todos mis problemas del colegio. Yo tenía mis amigas, estaba agusto pero si hay algo que recuerdo es que, una vez que nos cambió de sitio la profesora, me puso delante del espejo y yo me miraba, pero no a veces, siempre. La verdad es que me había visto antes pero... aquella vez fue especial, fue como si el reflejo fuera una persona real, como una amiga más y comencé a hablar con el espejo, cosa que ya podréis imaginar la cara de mi profesora. Creo que fue la única de las que mejor me cayó de infantil, ya que solo tuve dos. La otra... ni siquiera me saluda hoy en día.

La profesora llamémosla C, me preguntaba que por qué hablaba con el espejo, que yo era preciosa, que no tenía porque dudar y llegué a la conclusión de que tal vez lo hacía porque la gente comenzaba a decir cosas de mi, quien sabe, jamás lo podré descubrir, eso ya es pasado.

Por lo demás, todo iba bien, recuerdo hasta haber ido a cientos de cumpleaños de niños de mi clase, de esos de bocadillos de nocilla, colchonetas y globos, así que puedo decir (dentro de lo que cabe) que tuve una buena infancia.

Pero la infancia, por desgracia dura hasta los 10-11 años, es decir, que no puedo confirmar del todo que tuve una buena infancia, aunque bueno, tenía unos padres maravillosos que me compraban todo lo que quería, tenía muchisimas muñecas, tenía todo pero todo lo que quería, mi padre me enseñó a leer, escribir, sumar, restar, multiplicar, dividir... vamos que no tengo que agradecer a ninguna profesora que me enseñara a hacer nada, porque con mi padre y mi madre lo tenía todo resuelto. De hecho, descubrí el placer de escribir gracias a mi padre ya que él trabajaba en Alicante y venía de noche. Él me propuso escribir todos los días en un diario lo que hacía mientras él no estaba, para que él supiera lo que hacía en mi día a día y así lo hice, escribí un diario y ahí empezó todo.

Creo que mi época en infantil fue simple y corta, yo tenía mi grupo de amigas, como he dicho antes, así que no me arrepiento de nada excepto de haberle montado a mi madre tal espectáculo, pero bueno, era una niña, no era consciente de ello. Creo que no me olvido de nada en infantil, sí, bueno... una de mi grupo de amigas me llamó "Asquerosa" pero bueno, hoy en día, sigue siendo mi amiga y creo que eso son detalles que ni importan.

Pasemos a la etapa de primaria, que es bastante extensa, seis años, de los cuales me arrepiento pero me alegro a la vez.


Continúa...


Las palabras también duelen: Mi experiencia en el colegio. #historiarealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora