Mamá,
estaba tranquila acostada durmiendo,
escucho que llegas,
se escucha a alguien riendo
e intento volver a conciliar el sueño.
Llegas,
me tomas del cabello y me sacas de mi habitación,
al suelo me tiras,
habían hombres ahí sin ninguna razón
y comienzas a gritar me,
hiriendo mi corazón,
cuando dices no quererme.
Comienzas a pedirme atender a esos hombres
y tú te vas a dormir,
y aunque no lo he de querer,
estos hombres no sé quieren ir.
Cada vez me pedían más cosas,
hasta que me pidieron que estuviera con ellos,
dos me tomaron de las piernas
y otro de los brazos,
intenté zafar me de su agarre,
pero me fue imposible.
Subió mi vestido
y bajo mis bragas,
tenía mucho miedo
y tú, no estabas.
Comenzaron a tocarme,
acariciar me
y torturar me,
no lo podía controlar,
comencé a moverme
y a gritar,
entonces me pude zafar.
Saliste molesta,
comenzaste a gritar me
y yo comienzo a llorar,
comienzas a golpearme
y yo de llorar, no puedo parar.
Te cansas te de golpearme y te fuiste,
comencé a arrastrarme hasta llegar al baño,
me lavé la cara y al verla me puse triste,
en mi ojo estaba morado,
me lo habías golpeado...
Ya no lo soportaba,
ya no quería ser más golpeada,
ya nada importaba,
ya estaba destrozada...
Me di un baño,
quería olvidar todo,
este gran daño...
