Capítulo 1

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Traidor.

OCT 29

Respira, Elizabeth. Tranquila que no pasa nada. Fue solo una aventura, nada más.

¿NADA MÁS?

Cerré las manos en puño y grité. Empezaba a llorar cuando me senté en el suelo. Ni siquiera podía con mi propio peso... No podía con esto. Era más grande, fuerte y pesado que yo. Nunca supe qué significaban las palabras "sentirse insuficiente" hasta que, tirada en el suelo de la sala, con las luces apagadas y la ropa húmeda debido a la fuerte lluvia, lloraba y lloraba por un infeliz.

¡Infeliz, infeliz, infeliz! ¡Parker, eres un desgraciado infeliz que mereces todo mi odio!

al pensar en eso, recordé cuando mi madre decía que si una persona merecia tu odio, le estás dando más de lo que se merece. Y tenía razón, sí, pero no lo podía evitar. La ira crecía dentro de mí cada minuto que seguía llorando, ahora, con las rodillas doblas y mis brazos rodeándolas. Odia a Parker por hacerme sentir insuficiente, porque en ese momento de debilidad me creía las frases de "solo eres una cara bonita". Golpeé el piso con mis puños harta de recordar. Recordar los comentarios crueles de muchos compañeros, recordar ver a Parker con aquella mujer que... ¡Ugh! ¡La odio a ella también! Seguí golpeándo el suelo hasta que mi cabeza y puños dijeron "basta" del dolor.

Echarme a la pena no era una opción, pero tampoco lo era seguir como si nada, como si esto no doliera mil infiernos. Me levanté del frío suelo temblando por impotencia, enojo, frío, dolor y todo lo que sentía en ese momento.

-Respira, Elizabeth. No debes castigar a tu cuerpo por esto. No es tu culpa. No es tu culpa. No es... -Y rezando esa frase me adentré en el baño.

Una vez limpia, tranquila y caliente, me arrunché en mi cama. Todo se veía tan grande y vacío que me enterraba lo que más podía en el colchón sintiendo como la soledad me intimidaba.

Señores y señoras, con ustedes ¡las lágrimas nuevamente! Necesita desahogarme, y rápido. Busqué mi teléfono y marqué. Dos pitidos después volvía a llorar escuchando el famoso saludo de "rubia bonita, ¿cómo estás?".

-Luca -Murmuré.-Me engañó, lo hizo.-Tuve un doble suspiro, de esos que se producen después de llorar tanto.

-¿Parker?

No pude hablar. Decir en vos alta que Parker realmente me había engañado dolía, era enfermizo sentirme así.

>> Eli, ¿Parker? - Se escuchaba serio y enojado. ¿Hacía bien contándole a Luca que Parker me había engañado? No es que los hombres fueran mejores amigos, pero cuando se veían no se insultaban o algo por el estilo. Me tapé de píes a cabeza con el edredón y susurré. Algo ilógico porque las únicas que nos encontrábamos en el apartamento éramos la soledad, tristeza y yo. Y ellas ya sabían el asunto.

-Sí, él.

-Elizabeth, cariño, yo... no sé qué decir. - Su vos era un murmullo, algo lejano. Me apreté contra las almohadas.

El silencio reinó entre lineas. Jugué con el borde de la almohada, incómoda, hipando de tanto llorar.

-No. Lo admito, Luca, no lo amo, ¡Nunca lo hice, pero lo quise! -Sorbí mi nariz e intenté limpiarme la cara con la manga de mi bonita pijama de calabazas.-Lo quise como a mi vida... y no le importó -Susurré.

-Elizabeth, ya, debes calmarte. Debes saber que todo pasa por algo, y, lo que sospecho es que ese algo es que un matrimonio en el cual los cónyugues no se amen, no vale nada.

Confused (Saga ¡Mi bebé! Libro1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora