Sólo tenías 17 años cuando te conocí y supe qué serías un peligro para mi, y así fue.
10 años después volviste a cruzarte en mi camino, haciendo de mi vida un caos.
Lo qué no sabía era que tú venías del otro lado de la esquina y me tirarias mi café sobre la ropa.
- Oye idiota, fíjate por donde caminas -
- Fíjate tú -
- ¿Por qué?, si tú te haz puesto en mi camino -
- ¿Sabes quién soy yo? -
- No y no me interesa, ahora déjame pasar, llego tarde a un lugar -
- Nos vemos Preciosa -
- Lo qué tú digas idiota -
Lo que tampoco sabía era qué él era mi jefe. Tragame tierra.
Mi estúpido y guapo jefe.