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Ana estaba caminando por el parque, había quedado con una amiga pero ya pasaba una hora de la cita, y no tenía noticias de Sara, así que prefirió dar un paseo y sentarse para merendar que volver a su casa. Estaba sacando toda la comida, cuando algo voló a su lado estropeando su peinado. Ana se puso hecha una furia, (siempre pierde los nervios muy rápido) y se levantó para ver quién o qué había arruinado la trenza de espiga que tanto tiempo le había costado hacerse. Cuando alzó cabeza divisó un pequeño mirlo con el ala rota, el pobre pajarito no podía moverse, y ella aprovechó esa ocasión para arrojarle una piedra y tirarlo del árbol en el que estaba posado. Cuando el animal cayó al suelo se dió cuenta de que este tenía algo en la pata, y Ana, sin pensárselo dos veces, se lo arrebató con poca delicadeza al mirlo que yacía en el suelo. Al mirar el objeto se encontró el retrato de una chica de facciones finas y pómulos afilados, la estudió con asombro y le pareció tremendamente atractiva. En ese instante miró a su alrededor por si estaba cerca, y tuvo suerte, pues allí estaba, sentada en un banco. ¡Esa era su oportunidad para hablar con ella! Sin pararse a pensar se levantó de un salto  y decide caminar hacia ella. En ese instante la joven levanta la mirada y le sonríe cálidamente mostrando sus dientes perfectamente alineados, Ana le devuelve la sonrisa y acto seguido le dice:
- Emm hola, yo... yo estaba sentada en el césped y... encontré una fotografía, y yo... pensé que era tuya y... Emm... toma.
En ese momento se siente tremendamente estúpida, pero la muchacha se pone en pie y responde:
- ¡Muchas gracias! Creo que se me cayó sin darme cuenta, deja que la guarde - entonces coje la imagen y la guarda en su cartera, Ana se levanta para irse, pero para su sorpresa ella prosigue -Mmm, ahora te debo una- y con cara pensativa pregunta: -¿Me dejarías agradecértelo invitándote a un café?
A Ana se le ilumina la cara, pero cuando está a punto de responder escucha:
-¡Ana! ¡Ana! ¡Vas a llegar tarde a clase!- Entonces da respingo y poco a poco abre los ojos, y vuelve a su realidad.
Un día de clase normal, con gente normal, en un colegio normal y la única cosa rara que hay es ella. Ella es la única que no es normal, es el bicho raro de la familia, ella es la que no encaja, ella es la que escribe esta nota con el fin de que alguien la lea cuando la encuentren tirada en la acera, debajo de su ventana, con un corazón que ya no late.

~Micro relato mío©

Lo que me Cuentan los UnicorniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora