#2: I'm Jack Harries.

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a r i a.

-Señorita, ya llegamos. -Escuché al taxista decir y me incorporé para ver por la ventana.

Después de un largo viaje en avión y otro desde el aeropuerto hasta aquí en taxi, estaba más que contenta de haber llegado por fin.

Londres era un poco más diferente de lo que yo tenía en mente, aún así, estaba segura de que era asombroso. Talvez porque yo esperaba ver al Big Ben parado justo enfrente de mis ojos, el Eye London dando vueltas lentamente y pequeñas cabinas de telefono de color rojo. Justo como en las fotografías. Pero no era así, solo veía una enorme escuela y unos grandes departamentos del otro lado de la calle. Ya habría otros días para conocer más de la ciudad.

-Gracias. -Le pagué y solté un gran suspiro al verme yo sola con mis maletas en mano, frente a un enorme edificio.

Bien, empecemos.

Saqué mi telefono de mi bolsa, para asegurarme de que este era el lugar correcto. Si, era aquí.

Entré en el vestíbulo del gran edificio. El departamento en el que me quedaría era el 132.

Me acerqué con una muchacha que tecleaba cosas en su computadora y sostenía un telefono entre su hombro y su oreja. Se veía un poco desesperada.

Deje mis maletas en una esquina y me decidí a hablar.

-Eh, disculpe. -Hablé cuando la chica fijó su mirada en mi.

Alzó su mano indicándome que la esperara e hizo una mueca. Pobre, debía de estar pasándosela mal. No se veía con mucha experiencia en este tipo de cosas.

-Si... Esta bien... Entiendo, Sra. Heller... -Lauren, según leí en el gafete que tenía en su camisa, asentía cada vez que hablaba y ladeaba la cabeza-. Yo le aviso... Sí, encontraremos a su gato... No hay problema.

Un gato perdido, claro.

-Disculpa, ¿que necesitas? -Habló Lauren cuando colgó el telefono.

-Ah, recién vengo llegando. Y, se supone que me quedaría en, ¿la habitación 132? -Hablé un poco insegura al no saber que decir.

-Ajá, deja checo. -Dirigió su mirada a su ordenador y empezó a teclear otra vez, muy rápido-. Uhm, ¿Aria Rose?

-Si, esa so yo. -Asentí.

-Okay, espera un segundo. -Me dijo y volví a asentir. Ella empezó a buscar unas cosas en su cajón y después de unos segundos levantó su cabeza-. Toma, esta es tu llave, trata de no perderla, el ascensor esta por allá. -Señaló al fondo-. Tercer piso, caminas hacia la derecha, habitación 132 y... bienvenida, que disfrute su estancia aquí en Londres. -Soltó un suspiro al terminar y me dedicó una sonrisa. Se veía como de unos veintitantos años. Le sonreí igual y me fui, no sin antes darle las gracias. Caminé hacia el fondo, donde me había dicho que estaba el elevador.

Bien. Tercer piso. Estaba apunto de presionar el botón cuando alguien detuvo la puerta que estaba apunto de cerrarse.

-¡Espera! -Gritó un chico castaño de ojos verdes y entró al elevador junto conmigo rápidamente. Me hice para un lado y lo dejé pasar-. Alguna gente deja que se cierre -rio, sin mucho aire en su voz-. Hola.

-Hola. -Respondí cortésmente y presioné el botón que decía 'P3'.

-¿Eres nueva aquí? -Preguntó.

-Si, acabo de llegar -sonreí.

-Lo imaginé. Por tu acento -rio- y además de que nunca te había visto por aquí, pues -Sonrió también, mostrando una hilera de perfectos dientes blancos. -¿Tercer piso?

-Si, habitación 132.

-Habitación 133. -Soltó una pequeña risa. Justo en ese momento, la puerta se abrió. -Supongo que nos veremos después, vecina. -Sonreí y asentí. Los dos salimos del elevador y caminamos hacia nuestros respectivos apartamentos. -Ah, por cierto, me llamo Jack Harries. - Extendió su mano hacia mi.

-Aria Rose. -Estreché su mano y volvió a sonreír.

Noté que sonreía demasiado, y era bastante apuesto.

-Encantado, Aria Rose. Nos vemos luego. -Dijo abriendo la puerta de su apartamento para después entrar. Me volteé para entrar a mi apartamento, pero una cara justo a milímetros de mi se interpuso.

-Wow. -Me hice hacia atrás por instinto y me incorporé de nuevo.

-Veo que ya conoces a Jack, eso es genial... Soy Rachel Green, por cierto. Tu debes ser Aria Rose, ¿no? Me dijeron que vendrías. Nuestra querida escuela es en parte dueña de este lugar, así que ayudan a gente transferida y que no tienen lugar dónde quedarse, y les dan un apartamento. Son muy considerados, ¿no? A ti te tocó quedarte conmigo. Aunque creo que eso ya lo sabes porque debieron de haberte dado toda la información antes. Entonces, supongo que eres Aria Rose. Porque si no lo eres entonces todo esto debió de haber sido bastante incómodo. ¿Sí eres Aria Rose? -Habló una chica de pelo rubio con mechas de color cafe claro que usaba una pequeña diadema negra con orejas de gatito. Rachel Green, según había dicho.

Pero su diadema con orejas de gatito había sido lo que había llamado mi atención. Se veía muy simpática..., y también parecía hablar mucho.

-¿Ajá? -Respondí, pero terminó sonando más como pregunta.

-¿Eres o no eres? -Preguntó con una sonrisa de lado, como queriendo reír.

-Sí, si soy. -Asentí rápidamente y ella empezó a reír.

-Lo siento por eso, no pretendía asustarte, pero supe que ya habías llegado y ya no podía aguantar, porque quería conocerte. Aunque ahora, talvez te preguntes quien rayos soy y pienses que soy una loca desquiciada pero... -Tomó aire debido a que estaba hablando muy rápido y yo la seguía como podía. Levanté mis manos y las puse en sus hombros.

-Tranquila, respira. -Reí un poco y luego la solté.

-Esta bien, lo siento, lo siento. Empecemos de nuevo. -Hizo un gesto con sus manos, que supongo yo que querría decir que estaba recorriendo el tiempo y volvió a hablar-. Me llamo Rachel Green, y voy a ser tu compañera de cuarto. Ya me han contado de ti, y me alegra que aún no hayan empezado las clases para que nos podamos conocer mejor. Espero caerte bien. -Dijo con una linda sonrisa, ahora más tranquila.

-Mucho gusto, Rachel. ¿Quieres entrar ya? -Le pregunté al darme cuenta que estábamos paradas en mitad del pasillo. Rachel miró hacia los lados dándose cuenta de su alrededor. Rio y asintío.

-Claro, entremos. -Me dejó entrar primero y vi el espacioso lugar-. Perdona si talvez esta un poco desordenado, no soy exactamente la chica más ordenada del mundo.

-Creo que ya tenemos algo en común entonces. -Sonreí sin dejar de ver el lugar.

Este año definitivamente iba a ser muy interesante.

Editado.

jack & finn harries • descontinuadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora