Capitulo 9

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Hoy inexplicablemente me levanto de muy buen humor. Desayuno y me visto tranquilamente y me encamino al instituto con la certeza de que hoy algo cambiaría

Cuando llego busco con la mirada a la persona que ayer hizo que notara esas mariposas en el estomago, pero la bajó en seguida al encontrarme con la última persona que quería encontrar

-Mira, ¿A quién tenemos aquí?

-¿Qué quieres, María?

-A mí no me hables así, hoy no tienes a nadie que te defienda, de esta no te libras...- dicho esto aparecieron dos altas figuras detrás de ella, Carlota y Paula, como no, sus perritos falderos...

En un rápido movimiento me agarraron del brazo llevándome arrastras, intente gritar o pedir ayuda pero las palabras se quebraban en mi garganta antes de salir por la boca, buscaba desesperada, un milagro, que alguien se diera cuenta de la situación y me viniera a ayudar, pero nadie apareció...todo el mundo parecía ajena a la situación y reían o charlaban con sus compañeros y amigos inmunes a lo que se producía dentro de mi

-Esto por tener que estar castigada- dijo María pegándome una patada en todo el estomago que me dejo sin respiración

Claudia y Paula me tiraron de un empujón al suelo haciendo que me empezara a salir sangre por la nariz

-Por lo que me hiciste en secundaria- cuando lo soltó,me propinó una patada en la espalda que hizo que cayera al suelo desatando las lágrimas

-Y por último, -dijo mientras me levantaba del suelo por los pelos - esto por la vergüenza que hizo pasar tu amigo- dicho esto me estampó contra la pared del baño haciendo que el llanto que antes no me había salido, surgiera de lo más dentro de mi, destrozándome la garganta

-¿Dónde está tu amigo para protegerte? Estás sola, como siempre, ¿Qué te creías, que iba a aparecer para salvarte? - levante la vista, y vi cómo se reían de mí, en ese momento me salían lágrimas de impotencia por haber creído todas sus palabras, me sentía tonta....

-Ahora, sabrás a quien no debes enfrentarte - me dijo en un susurro - lávate la cara, esta horrible, no queremos que nadie se entere de lo que sucedió aquí ¿Entendido? - sus últimas palabras fueron lentas y amenazantes, una simple y directa advertencia.

Sin dirigirme palabra ni mirada, salió del baño con sus perritas detrás, y yo me quedé allí agazapada, con las lágrimas resbalándome por mis rojas mejillas, con pequeñas convulsiones por todo el cuerpo, me sentía inútil, débil, pero sobre todo, tonta

Me arrastré dentro de un baño y cerré la puerta con pestillo, allí fue cuando empecé  a llorar y a gritar como nunca antes lo había echo

No puedo aguantar esto

No puedo

Es demasiado

El dolor me está matando dentro de mi

Estoy sola en esto

No tengo a nadie

No puedo confiar en nadie...

Sin poder aguantar el dolor dentro de mi, abrí la mochila que un llevaba a la espalda, sacando del estuche mis tijeras y con fuerza me hice los cortes que liberaban ese líquido rojo que me hizo que sintiera dolor al principio, pero alivio según pasaban los minutos y dejaba de sangrar, notaba como el dolor almacenado dentro de mí se había ido desvaneciendo, pero, entonces... ¿Por qué seguía llorando?

Mi cabeza daba vueltas sin parar, en seguida encontré la respuesta, me sentía traicionada, estúpida por haber confiado en una persona que apenas conocía, ¿Qué has hecho mal Elisa? Otra pregunta que seguía rondándome la cabeza, ¿Qué has hecho para merecerte esto? Eres estúpida por haber crecido a una persona que no conoces solo por su cara bonita y por las estupidas mariposas que sentiste cuando te hablaba.

Nunca jamás voy a confiar en nadie, me repetía una y otra vez, por la simple razón de que creía que así sería más fácil asimilar todo, que lo superaría, curaría las heridas, como cada vez que sucedía esto, y volvería al día siguiente a clase con la cabeza baja, rezando para que ese día pasará de mí y me diera un suspiro, todo volvería ha empezar de nuevo, ese brillo que se me había incrustado en los ojos esta mañana desapareció en segundos, dejando a mis ojos un color oscuro, sin brillo alguno.

Notaba que mi vista se nubla debido a que las lágrimas no dejaban de salir de mis ojos, que mis párpados se movían arriba y abajo, haciendo el esfuerzo de que no me durmiera, pero la tentación era muy grande y el cansancio enorme.

Me quede dormida, rodeada de lágrimas con la ropa roja de sangre provocada por la paliza de María y por los cortes echos por mí para liberar ese dolor.

Ese,fue el día, que deje de confiar en la gente mentirosa y en sus traicioneras promesas.

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Notaba como me estaba desviando un poco del tema principal de la historia y quise darle un pequeño giro, espero que os haya gustado este nuevo capítulo 😊

( Si es así darle estrellita 🌟)

Nos vemos en el próximo capítulo!

😇

Yo no soy nadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora