Conjunto de Recuerdos

Tergiversación

PRIMERA PARTE

UN ANIVERSARIO INOLVIDABLE

________________________________________________________________________

Era viernes y faltaba solo una semana para verlo, me sentía realmente emocionada porque ya tenía mucho sin saber de él, soy de esas chicas que cuentan las horas, los minutos y los segundos para ver a su príncipe azul.

No logramos vernos a diario porque es una persona realmente ocupada, cruzo los dedos para que el tiempo pase más rápido que de costumbre mientras espero esté día tan especial.

Pasó el fin de semana, deduje que por ser parte de la rutina estaríamos juntos esos dos días... no sucedió

La disposición de nuestros horarios indicaba que el siguiente día de reunión sería el lunes, mi universidad un tonto motivo que me ofrece 35 minutos de felicidad mientras me recoge y me lleva a mi hogar, tampoco pasó.

Poco a poco los días acaecieron y no tuve noticias de él, ya estaba preocupada por su falta de comunicación dado que no es algo que lo caracterice.

Hoy ya es miércoles y mañana es ese día especial, estoy en la sala de mi casa intentando leer un libro, no logro concentrarme en nada, mi celular suena visualizo la pantalla y aparece un mensaje suyo, emocionada abro la pestañita y lo leo detenidamente

-Tenemos que hablar.

Tengo un sexto sentido que me indica que algo no está bien, él nunca es tan seco, como todas las parejas tenemos nuestras diferencias pero hay algo más...una clara señal que tras esas palabras se oculta un suceso que cambiara mi vida y puede que no sea para bien.

En un intento por controlar mis torpes dedos escribo a una velocidad inimaginable

-sucede algo amor?

Me quedo pensando si abre obrado mal en algún momento, creo que no pero uno nunca sabe de qué manera puede hacerle daño a un ser querido sin tener ni la menor idea.

Vuelve a sonar mi celular. Dirijo una mirada preocupada mientas leo.

-El fin de semana hablaremos, hay una situación que me ha cansado.

¿El fin de semana? ¿No se suponía que lo vería mañana? ¿Y qué pasará con nuestro aniversario?

-¿Mi príncipe, se que está atareado pero es posible que yo este entendiendo mal y no nos vayamos a encontrar mañana?

Aunque no lo parezca yo realmente intento comprender los horarios de mi amado, se que tiene responsabilidades y que yo no soy con exactitud la mejor ayudante ante sus deberes, con todo eso me dolía el sólo pensar que no vería el hermoso vestido que compre solo para verlo, ni los accesorios que sin duda me abrían quedado perfectos con el atuendo; pero lo peor de todo era que no podría darle la mejor noticia que había estado esperando semanas para contarle.

Dilucidé que lo más conveniente era esperar y así lo hice hasta el día sábado...

Como todos los fines de semanas y vacaciones me dedique a terminar mis deberes de la universidad y a trabajar en el negocio familiar, a eso de las 6:00 p.m. arribó a mi diminuta oficina con la escusa que era el momento perfecto para hablar. Camine junto a él hasta el automóvil, y mientras estaba en el asiento del copiloto caí en cuenta que no me había tomado de la mano ni saludado cariñosamente como era su costumbre, llevábamos más de tres semanas sin vernos y en todo este tiempo nunca me dijo amor, cielo, princesa o cual quiera de los sobrenombres cariñosos que con frecuencia me regalaba. Opte por dejarlo pasar.

Llegamos a un restaurante y todo fue de mal el peor comenzando por la estúpida camarera que solo sabia regalarle miradas de complicidad ¿acaso se conocían?... después de un lapso de tiempo comenzó a conversarme de cosas a las que con sinceridad no les preste atención... mi cabeza iba a mil por hora y solo quería que comenzara la verdadera conversación. Fue lo peor que pude desear... y nunca me imagine que me arrepentiría.

- Quiero que terminemos, consideró oportuno que en esta etapa de mi vida ya no debo tener novia necesito centrarme en mis estudios y tengo proyectos que me gustaría realizar, una novia ya no forma parte de mis planes- no pude dejar que terminará de hablar tome mi bolso y con toda las fuerzas que me quedaban me levante de la mesa y me excuse.

-Necesito ir al tocador- me dedicó una mirada atónita, como si no comprendiera lo que le digo o el motivo por el cual lo hago-espero lo comprenda.

-Pero necesito terminar de hablar contigo- lo mire por un instante ¿cómo es capaz de hablarme tan tranquilo, no se percata lo mucho que me duele?

Había escuchado muchas veces de como las personas terminaban con sus parejas, esos a los que decían amar, nunca eh comprendido cómo es posible que se juren amor eterno... ¿a dónde quedan todas esa palabras bonitas, las carisias, los beso, los abrazos?

Entro al baño luchando con las lagrimas que querían salir de mis ojos, miro al espejo y pienso ¿qué más me queda? analizó durante unos segundos mi vida y me doy cuenta que lo único que realmente tenia y apreciaba acaba de terminar... recuerdo la hermosa navaja de plata Swiss Army que había comprado como regalo para nuestro aniversario, la saco del bolso rasgo la envoltura mientras rememoro como la vendedora me contaba de sus extrañas creencias sobre no regalar objetos filosos en una relación me decía: "da a entender que quieres cortar el vínculo"; tal vez sus creencias eran erradas pero en definitiva el vinculo ya estaba roto.

Escucho un ruido y visualizo a la chica que sale de uno de los cubículos, tomo una servilleta de papel y escribo lo más claro posible.

"Yo también tenía una sorpresa para nuestro aniversario, disculpa que no te mande tu regalo incial eh tenido que utilizarlo. Como recompensa te envió una imagen que explicara con exactitud lo que quería contar". Tomo el sobre que tenia acompañando la tarjeta de regalo y los meto juntos en la caja de la navaja. Le pido con amabilidad a la chica sí se los puede llevar a él, le doy una descripción detallada y le agradezco el favor. Espero que salga por la puerta y tomo la mayor cantidad de aire que puedo mientras lo sostengo dirijo la navaja a mi brazo izquierdo y corto en línea vertical desde la coyuntura colindante con el codo hasta la muñeca.

Lo último que recuerdo es el ardor insoportable que me embargaba, ese mismo que me obligaba a cerrar los ojos mientras escuchaba a lo lejos su voz gritando mi nombre, diciendo que no me quería como novia porque esperaba que me convirtiera en su esposa.