Prologo.

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¿Que dirías si te dijera que escucho voces?, ¿que dirías si te dijera que en este momentos ellos me están diciendo lo que piensas? posiblemente no me creerías, te comprendo nadie me cree al comienzo hasta que siguen leyendo, y su piel se eriza, sienten que los observan y lentamente caen en la trampa que las voces le ponen. Tenía tan solo seis años cuando escuche la primer voz, era difícil de distinguir lo que decía, se escuchaba lejos como si no estuviera aquí...a mi lado, era una voz inhumana, con una vibración haciendo sonar con mas profundidad las letras «r» y «s». Al cumplir los 16 años las voces eran en cantidad, mis padres no podían controlarlo. Despertarme por la noche gritando, pesadillas, heridas en la espalda, sonidos, gritos, era como una constante tragedia, y entonces decidieron dejarle el problema a otros. Un manicomio no suena a la mejor idea, pero ellos lo tomaron como la primer salida y a mis 20 años, ya llevo cuatro años aquí metida. 

Si te dijera que las voces no están en mi mente...¿me creerías? ¿serías capaz de ayudarme? difícil de saber, y es que el miedo siempre predomina ante todo. ¿Me equivoco? pues pruébalo. A ver si eres tan valiente de seguir leyendo...


Ecos de demencias. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora