Capítulo 6: Triángulo de zorras

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El sábado llega más rápido de lo que espero y eso lo agradezco porque la escuela justo ahora es una gran carga emocional negativa. Mis amigas y yo disfrutamos de una tarde de alberca en casa cuando se suponía que iríamos a la playa, pero debido a que debo hacerle las preguntas a Lachlan, hemos decidido ajustarnos a eso.

Yujin nada y sale del agua envidiablemente como una sirena mientras su negro cabello lacio se pega su esbelto cuerpo y por su bello rostro pálido caen finas y brillantes gotas de agua, recorriendo desde sus ojos rasgados hasta su fina barbilla.

Mi amiga es sexy y no puedo no grabarla con mi teléfono para que cree un reel perfecto con esas imágenes.

—¿A qué hora llega tu chico?—cuestiona ella misma, apoyando sus brazos sobre la orilla de la alberca.

Sentada en el camastro, bajo mis gafas de sol con estilo y le miro con desapruebo.

—No es mi chico, y ya llegó, desde hace rato. —Señalo el yate de papá que se logra ver desde ahí—. Allá está, le da mantenimiento.

—¡A ver! —suelta Eleonora, dejando atrás la pose de dama elegante sobre el camastro mientras se transforma en un orangután intentando ver desde aquí al susodicho—. Hace mucho tiempo que no lo veo, quiero saber si continúa igual de bueno o la vejez ya lo alcanzó.

—Oh, sigue igual de bueno —confirmo—. Pero entiendan, no me gusta. Dije que era mi gusto culposo en el sentido de que un buen agasajón se antoja, nada más.

Ambas se miran con seriedad absoluta y poco después empiezan a bromear con estupideces, dando a entender que soy una mentirosa.

—Tengo una idea. Hagamos una sexy sesión de fotos, quizá eso hace falta para que nuestros haters lo piensen un poco más.

—Sólo comentarán cosas horribles —digo desaprobando su idea.

—Desactiva los comentarios—oferta.

—Yo estoy dentro.

Y bueno, ¿quién soy yo para decirle que no a este par de mujeres chulas?

Empezamos una pequeña sesión de fotos en la piscina. Primero Eleonora, luego Yuji y por último yo.

—Necesito que te pongas de este lado, el sol da para una toma perfecta. ¡Justo ahí! —Acomoda el movil y saca la lengua sumamente concentrada—. Más, dame más...

—Eleonora, es todo lo que tengo.

—No, tú eres mucho más sexy que esto. Alza más las nalgas y sume un poco el vientre... ¡Ándale, así! —Toma una gran variedad de fotos y se reacomoda con una gran sonrisa—. ¿Verdad que es simplemente preciosa?—le pregunta a alguien, pero no es a mí. Yuji tampoco porque ella se encuentra detrás de Eleonora con una picara sonrisa que...

Oh, por Dios.

Mis ojos se abren con alevosía y giro lentamente la cabeza para encontrarme directamente con lo que estaba temiendo.

Lachlan se encuentra de pie y brazos cruzados, observándonos con seriedad absoluta unos cuántos metros detrás de mí.

—¿Las interrumpo?—suelta.

—Para nada, papito. Iremos por unas bebidas mientras te hacen la boba entrevista. ¿Quieren algo?

—Estoy bien —respondo.

Lachlan solo niega con la cabeza y se acerca a mí.

—¿Qué harás un fin de semana entero sin fotos? —me pregunta con una ceja en lo alto.

—Moriré, por eso te digo que es importante estar comunicados ante cualquier emergencia —bromeo y suspiro—. ¿Comenzamos?

—Te escucho.

POR FA, ¡NO TE VAYAS!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora