2. Lo patéticos que pueden llegar a ser los hombres.

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*
—Pásame el Vodka, muñeca —pidió Thomas, mientras tomaba la bebida y le daba un largo sorbo.

Ambos estábamos desnudos en la cama, tomando alcohol como si no hubiera mañana. Ya nos habíamos acabado una botella después de echar un polvete.

Ven aquí —ordené, señalando el espacio vacío de la cama. Él se arrastro hasta mi lado dejando la botella en la mesa de noche de la habitación del motel —, quiero que repitas lo de hace rato —elevé mis brazos al aire, mientras reía.

Pero ya no quedan más condones —se tumbó en la cama.

No señor, esta noche no se duerme.

Tomo la píldora mañana —me recosté sobre su pecho y dejé que mi mano acariciara su miembro, que no tardó en responder.

*

Cuando me desperté el dolor de cabeza me estaba matando y los recuerdos de la noche anterior venían flechandome.

Joder, ¿cómo rayos era qué se llamaba el chico? ¿qué edad tiene?

Lo sentí sacudirse a mi lado, "Muévete Ellie, no querras que él quiera salir contigo" sin pensarlo mucho me tiré de la cama para quedar entre el pequeño espacio de esta y la mesa de noche.

—¿Qué no debería haber una chica a mi lado? —un quejido se escuchó por toda la habitación. Él se había despertado, me llevé ambas manos a la boca, sintiéndome estúpida por haberme lanzado.

—Ouch —lamenté, de una forma patéticamente fingida mientras me levantaba —, me he dado un buen golpe en el culo.

Él se me quedó mirando fijamente, y una sonrisa traviesa se colocó en sus labios.

Amore mio —dió una palmada al aire, mientras se reclinaba en la cama —¿repetimos?

Una risa burlesca se escapó de mis labios. Yo, Ellie Lescott, nunca repetía el mismo platillo dos veces. Él me observó cuestionante mientras yo tomaba mi ropa del suelo.

—Me iré a dar una ducha, cuando salga no quiero ver rastros tuyos en la habitación —él alzó una ceja, pero no le dí tiempo a cuestionar —, no te preocupes. Yo pago la habitación.

Su mirada atónita quedó en mi cabeza, me reí interiormente por lo patéticos que podrían llegar a ser los hombres.

.

Cuando salí de ducharme el chico ya no estaba en la habitación, pero algo captó mi atención; en la cama había una pequeña tarjeta y con una linda caligrafía decía "Gracias por tu servicios".

Molesta, arrugue la pequeña nota para tirarla al suelo. Repito, que patéticos pueden llegar a ser los hombres, saqué mi celular del bolsillo trasero de mis jeans y ví que tenía 10 llamadas pérdidas de mi madre.

¡Por el amor a Dios! Tengo 20 años, estoy estudiando una carrera y trabajo a medio tiempo en la Boutique de la mamá de Sasha, ¿por qué mi madre no es capaz de dejarme tranquila?

Resignada marqué el número de casa, que a los dos tonos fué contestado.

—¡Elliene, hija! —Se escuchó un suspiro del otro lado de la línea —Te estámos esperando.

—¿Me están esperando? ¿Quiénes están allá, mamá?

Mi mamá podría ser algo loca, no me sorprendería si me dijese que el presidente de los Estados Unidos sólo para que yo volviera a casa.

—Tu prima Miriam, querida. Nos vá a presentar a su prometido —otro suspiro en la línea —, no veo en la hora en la que tú me presentes prometido.

—¿Y por qué mierda debo conocer a ese tipo?

Traté de obviar la insinuación de mi madre, estoy muy joven para atarme a un hombre.

—Porque yo lo digo, es tu prima y quiere que lo conozcamos; así que esta noche te quiero aquí pun...

Colgué antes de que siguiera con su palabrería, hoy será un largo día.



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H O L A

Capítulo corto, pero es capítulo.
*Le tiran ladrillos por pendeja*

Trataré de publicar seguido, pero eso significa caps cortos.

|Foto de Ellie en la galería|

Ellie nos salió bien perra, ni siquiera recordaba el nombre de Thomas.

¿Quién creen qué es el prometido de Miriam? 7u7

Cuídense, no olviden dejar una estrellita. Besos.

Inattendu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora