Fuego a tierra.

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Nadie tenía tanta energía como para salir el día de hoy, yo por lo menos, no la tenía. De hecho ni siquiera había sido capaz de cenar, solo se que al tocar mi cama quede completamente dormida.

Tal vez solo por necesidad de aliviar mi apetito, tal vez porque sentía una presión en el pecho, no lo se, termine saliendo en silencio de la habitación, el lugar estaba completamente a oscuras, solo podía distinguir algunas cosas gracias a la luz del ventanal, me dirigí a la cocina a paso lento, encendí la luz y estiré mis brazos mientras bostezaba.

-De acuerdo- Susurré, mi voz estaba ronca, me sentía fresca, solo tenía un short de pijama rosa y una sudadera de Byron, que para completar me cubría mas que el short, mis pies estaban descalzos y mi cabello estaba suelto. Abrí el refrigerador y mire atentamente, genial! cerveza, tome una y la deje en la isla, me dirigí a los cajones, cereal, paletas, gomitas, chocolate, galletas, bomb.... Alto, ¡galletas! Tomé un paquete, y me senté sobre la isla, la puerta de la sala se abrió y sonreí extrañada.

-Tengo hambre- Dije con una sonrisa al ver la cara de confusión de Kiara- ¿Tú?

-No puedo dormir- Dijo seria, se sentó en uno de los taburetes y me terminé de recostar en la isla, con mi cara a unos 30 centímetros de la suya, bebió de mi cerveza y me miró con un ceja alzada.

-Ya, yo no soy estúpida- Se encogió de hombros y me observó fijamente, le sostuve la mirada tanto como pude, para ser sincera algunas veces me sentía inferior- ¿Qué te pasa?

-He dicho que no puedo dormir- Desafió y se acerco unos centímetros mas.

-Y yo he dicho que no soy estúpida- Me alejé un poco, mis labios estaban secos y dolían, pase mi lengua rápidamente por ellos, su mirada pasó de mis ojos a mis labios como acto de reflejo, aparto la mirada y suspiró- ¿Me dirás?- No dijo palabra alguna, lleve una galleta a mi boca en espera de una respuesta, mire el techo, y esperé un poco impaciente.

-Jade y yo hemos terminado- Me levante tan rápido como pude y la miré confundida, sus ojos no se apartaron de los míos en ningún momento.

-¿No han estado juntas todo el viaje?- Asintió en modo de respuesta- ¿Me estas jodiendo? ¿Qué paso?

-De hecho es más sencillo de lo que crees, hemos terminado por decisión unánime, me ha pedido que me sentara con ella en el bus, y cambio de asiento con una chica de penúltimo año en el avión para sentarse conmigo, le he pedido a solas a Nat que me cambiara de habitación- La miré perpleja, me estaba jodiendo, no?

-¿Y que paso?- Insistí, me senté como indio y acerqué mi rostro al de ella, bajando la voz y cerrando ligeramente mis ojos en gesto cómplice. Ella llevó una de sus manos a mi pierna, rasguñando ligeramente, quité su mano y la miré mal.

-No ha pasado nada, Leila- Observé su rostro, volví a tomar otra galleta y bebí un poco.

-Bueno, si no ha pasado nada no importa que hable con ella, verdad?- Cerré mis ojos sonriendo internamente.

-No- Dijo molesta- No lo hagas.

-¿Por qué debería hacerte caso?- Se levanto dispuesta a irse y tome su mano, obligandola a sentarse de nuevo- Joder contigo, Kiara.

-Puedes hacer lo que quieras- Su voz se escuchaba irritada, miraba cada parte lugar menos a mi.

-¿Recuerdas el primer día que hablamos formalmente?- Ella asintió dispuesta a escuchar- Bueno, siendo sincera me caías malditamente mal, Dios! Con esa cara de amargada, tu modo de ser, no te soportaba, te notabas como esas personas que solo piensan en algo y nada más, es difícil de explicar... Tu orgullo sobrepasaba mis límites, te veías tan segura de ti misma, supongo que eso más que todo era lo que no me agradaba de ti, tenías una confianza envidiable, de tan solo verte ya no podía estar en el mismo lugar que tu, pero estabas con las chicas, me senté en el suelo, tu estabas junto a mi, ya ni siquiera recuerdo que estábamos haciendo, solo se que dije que me gustaban tus cejas y tu te reíste, por cierto eres una perra, te alago y solo ríes- Soltó una carcajada limpia y golpee su hombro- Déjame hablar, bueno, realmente me siguen gustando, el modo en que las alzas en ciertos momentos es lindo, aunque ahora me gustan tus pestañas, son tan largas joder! Bueno el punto es, que con el paso del tiempo nos fuimos acercando más, por amigos en común, porque estábamos en el mismo lugar, por distintas razones, pero al pasar el tiempo me di cuenta de algo- Me miro expectante, en espera de mis próximas palabras- Eres realmente increíble, siempre piensas en los demás y dejas tus problemas en el aire, siempre buscas la manera de hacer sonreír a alguien, alegras el día de las personas por más mierda que sea, y eso es algo que no cualquiera puede hacer, y me pregunto como es que sigues de pie y con la frente en alto, como es que siempre tienes una linda sonrisa o el mejor ánimo, como es que siempre logras guardar todo muy en el fondo. Eres fantástica Kiara, en serio lo eres, siempre puedo contar contigo para todo, me apoyas en todo sin juzgarme, me sacas sonrisas en mis días tristes, siempre evitas que haga una locura, como aquel día que evitaste que fuera con una perra de nuestro curso, recuerdas? Joder, es que yo la mataba! Pero volviendo al punto... creo que es hora de que alguien haga lo mismo por ti, no te cierres cariño, no lo hagas, porque tu también mereces sonreír en tus días tristes, también mereces ser escuchada y mereces que alguien este allí para ti en las buenas y en las malas, y relativamente no necesitas más problemas, eso lo se, pero quiero que me dejes ser ese alguien Kiara, quiero hacer que rías como cuando nos miramos en clase, o cuando yo digo alguna estupidez, comprendes eso? Mientras yo este en tu vida quiero poder hacerte feliz, como lo haces conmigo y con muchas personas más.

-¿Leila?- Susurró con la mirada baja.

-¿Si?

-Gracias.   

-De nada.

  

Cruel realidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora