—Gray... Gray... —se cruzó de brazos, cabreada— ¡Gray!
A penas gritó parada en la puerta de la habitación el chico alzó la vista desde la cama. Se encontraba sentado en uno de los bordes de esta, demasiado quieto, y lo suficientemente silencioso como para alterar a Lucy al no recibir respuesta alguna.
Gray se relamió los labios, mirándola un momento, y luego bajando la mirada para ponerse la camiseta que había cogido hace un poco más de cinco minutos, justo cuando se había sentado en la cama.
—¿Vas a decirme que te pasa?
El tono de Lucy se suavizó un poco, dejando el fastidio de lado para observarlo un tanto preocupada.
—Nada —negó.
Ella suspiró y descruzó los brazos con tal de poner las manos en sus caderas. Gray no la miraba, calzándose las botas y metiendo parte de su pantalón dentro de esta. Nada. No era definitivamente nada lo que lo había tenido fuera del mundo terrenal por casi siete minutos. Y debía decir que le molestaba y ponía nerviosa por partes iguales que Gray le dijera que era nada.
—¿Estás seguro?
Él la miró, irguiéndose en la cama y apoyando las manos en sus rodillas por un segundo. Luego de eso se puso de pie y se acomodó la espada de su collar hasta que lo llevó al frente, justo en medio.
—... Sí. Estoy seguro, no te preocupes —carraspeó, cogiendo su cinturón que estaba al final de la cama y acercándose a donde estaba ella con intención de salir al corredor—. Sólo me quedé pensando un rato —aseguró, deteniéndose por un instante junto a ella, intentando convencerla de que todo iba bien.
Luego de eso entró al baño, dejándola atrás.
Nada más cerrar la puerta con seguro, se pasó las manos por el cabello, y desordenándolo comenzó a dar vueltas dentro del cuarto.
—Esto está mal —susurró—. Está yendo muy, muy mal...
Luego de mucho rato así, decidió sentarse al fin en el inodoro. Respiraba algo mal por la aparente desesperación en la que se encontraba, y era prácticamente incapaz de pensar bien en esa situación.
Un mes y medio.
En serio.
¿Sólo un mes y medio y ya se encontraba totalmente perdido?
En un principio había pensado, oh, sí, no es tan mala idea. Lucy podría aceptar, nos divertiríamos, seríamos confidentes y más que buenos amigos. Por supuesto le había quitado importancia al gusto que le había tomado antes de eso a hablar, estar y reír con Lucy. Sufriendo extrañas situaciones y otras un tanto más horribles. Haciéndolo hacer cosas que nunca antes habría pensado que era capaz.
Como seguirla hasta casa, por ejemplo, con el asunto de su padre y todo.
O tener la necesidad de ayudarla cuando estuviera en real peligro.
Pero Gray sólo sabía que tenía que hacer algo con todo eso. Quién sabe. Tomarlo todo, envolverlo bien y tirarlo a la basura, para entonces seguir adelante con la propuesta. El problema era que en parte eso sería muy poco él, o sólo demasiado superficial. Y es que pretender elegir el tacto, el físico y la diversión antes que algo que le llevara por un mejor camino, era sinceramente una gran apuesta que no dudaba que terminaría perdiendo.
¿Que cómo estaba tan seguro?
Pues Lucy era una romántica sin remedio. Por otro lado, él, aunque no era un adicto al sexo, no sabía nada de eso de expresar sentimientos. Y de saber estaba más que claro para él que era un jodido asco.
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Sin tapujos [Graylu Love Fest]
FanfictionEl primer paso había sido de las cosas más vergonzosas que podían pasarle una vez teniendo dieciocho años. El segundo y los siguientes, eran una cosa completamente diferente.