| Capítulo 3 |

1.3K 71 6
                                    

—Bien oficiales, ¿Qué puedo hacer por ustedes?— preguntó amablemente Cristopher, el jefe de Dafne.

—¿Qué tan bien conoce a Dafne?— preguntó Matt cortésmente.

—Bueno, ella es una excelente empleada, de las mejores que tiene la compañía, es leal, eficiente y una gran líder— respondió orgulloso.

—¿Y no ha notado un comportamiento raro en estos últimos días?— le pregunté.

—Estos últimos días no— hizo una pausa.— Pero hace un par de meses comenzó a faltar, a veces era un día, pero después fueron más, al grado de que faltó toda una semana, yo intenté hablar con ella, pero no me dijo porque había faltado, solo prometió que no volvería a pasar, y lo ha cumplido— se encogió de hombros.

—Ella... ¿Tiene alguna amiga aquí? ¿Alguien a la que podría contarle lo que le sucedía?— preguntó Matt mientras anotaba en su pequeña libreta lo que el hombre nos había dicho.

Él negó.— Ella es muy reservada, aquí solamente saluda a todos, pero no socializa mucho.

—Muchas gracias Cristopher, si tenemos alguna otra pregunta, nosotros le llamamos— le dije mientras me levantaba de mi asiento y salía de la oficina del hombre, seguido de Matt.— ¿Crees que tenga problemas en casa?— le pregunté a Matt mientras entrábamos al auto.

Se encogió de hombros, mientras se colocaba el cinturón de seguridad.—Tal vez, pero no lo sabremos hasta hablar con su esposo.

—¿Erick ya hablo con él?

Él negó levemente.— Su móvil está apagado al parecer— respondió mirando el suyo.— Acaba de enviarme la dirección de su casa, así que andando— se colocó el cinturón de seguridad y encendió el auto.

Veinte minutos después estábamos tocando la puerta de la casa de Dafne, pero al parecer no había nadie.

—¿Viaje de negocios?— pregunté al no ver algún movimiento en el interior de la casa.

Mi móvil comenzó a sonar, mire la pantalla y se trataba de Jess, así que rápidamente respondí.

Hola Landon— hizo una pausa.— Acabo de hablar con la hermana de Dafne, al parecer era golpeada por su esposo, hace un par de meses la envío al hospital por una semana.

—Vaya, eso explica porqué faltó al trabajo— le respondí.— Estamos en su casa pero no hay nadie.

Vicky, la hermana de la chica dice que probablemente esté en casa de su hermano, preguntaré si sabe la dirección y en cuanto la tenga te la envío por texto.

—Vale Jess muchas gracias— y así finalizó la llamada, palme levemente el hombro de mi compañero para llamar su atención.— Debemos irnos amigo, al parecer no está aquí.

—¿Qué pasó?— preguntó el confundido siguiéndome al auto.

—El esposo es sospechoso, golpeaba a Dafne, Jess enviará la dirección de su hermano, es donde posiblemente se oculta.

Tardamos diez minutos en llegar, bajamos del auto y rápidamente nos dirigimos a la casa, en donde tocamos un par de veces la puerta.

—¿Puedo ayudarlos?— abrió un tipo como de treinta años, algo robusto y alto mientras nos miraba con desinterés.

—Soy el oficial Sullivan, él es el oficial Steele, somos de...— todavía no terminaba de presentarnos, cuando pude ver al sospechoso salir corriendo por detrás.— ¡Matt!— grité para que se percatara.

Yo intenté pasar a la casa a perseguir al sospechoso, pero un fuerte golpe en mi rostro me freno por un instante, este imbécil me había golpeado. Solo fueron un par de segundos los que tarde en reaccionar, cuando me abalance sobre él, intento golpear de nuevo, pero fui más rápido y logré esquivarlos, en respuesta, golpee la parte baja de su abdomen y cuando se agachó, con mi rodilla le di justo en la cara, haciéndolo caer, momento que aproveche para arrestarlo.

Amor Contra relojDonde viven las historias. Descúbrelo ahora