| Capítulo 1 |

1.4K 92 10
                                    

Hace un par de meses

—Noventa y ocho... noventa y nueve... cien— conté en voz alta, por fin había llegado a cien barras, normalmente hacia setenta, pero hoy por fin lo logré, hice cien.

Con una gran sonrisa, me dirigí a tomar una ducha, no tardé más que quince minutos en el baño, pero a pesar de eso, cuando salí, tenía cuatro llamadas perdidas.

—¿Qué pasó Matt?— pregunté a mi amigo mientras me preparaba un sándwich como desayuno.

—Tenemos otro cadáver amigo— respondió del otro lado de la línea, sonaba preocupado.— Una chica que no se ve que tenga más de 20 años.

Solté un suspiro —¿Sobredosis también?— pregunté, aunque ya temía que la respuesta fuera afirmativa.

Escuché como Matt suspiro del otro lado de la linea.— Asi es amigo, ya con ella, van ocho víctimas de sobredosis, el jefe nos quiere a todos en la estación, este caso es prioridad, están presionando de arriba para que se resuelva.

—Bien, te veo en la estación— y con esta oración, di por finalizada la llamada.

Tomé mi sandwich, el cual al parecer iría comiendo en el camino y salí del apartamento hacia el estacionamiento por mi auto.

Veinte minutos después, me encontraba en la estación, saludando a todos ahí presentes para después dirigirme a la parte de atrás, en donde nosotros estábamos instalados.

—Buenos días chicos— saludé a mis compañeros mientras me quitaba la chaqueta y la dejaba sobre la silla de mi escritorio— ¿Qué tenemos?— pregunté.

—Landon esa es mi frase— dijo el sargento detrás de mi, asustandome un poco, lo cual mis dos compañeros notaron y soltaron una pequeña risa.

—También me da gusto verlo sargento— respondí haciendo una mueca y acercándome hacia la pared en donde tenemos un enorme pizarrón para poder colocar todas las pistas.

—¿Dónde está Erick?— preguntó el sargento mirando hacia todos lados al notar la ausencia del chico.

—Aquí— dijo a nuestras espaldas, todos voltearon hacia donde estaba él, quien venía cargando una caja de lo que al parecer, eran donas —Lo siento sargento, pero estaba hambriento y quise pasar por algo de comer antes, y obviamente me acordé de mis amigos— dejó la caja sobre su escritorio.—Amigos tomen una antes de empezar con todo esto.

—¿Qué tenemos?— preguntó el sargento Mackenzie mientras le daba una mordida a su dona cubierta de chocolate.

—Ocho chicos, diferente edad, escuela y clase social, pero todos tienes en común la misma causa de muerte, sobredosis por meta— comenzó a decir Jessica mientras colocaba las fotos de las víctimas.— Todo esto en un rango de tres días.

—¿Algún sospechoso?— preguntó el sargento mirándonos a nosotros, mientras daba el último mordisco a su dona, vaya si que tenía hambre.

—Uno de mis informantes dijo que esto es nuevo, me refiero a que la meta no era algo que se pudiera conseguir cerca de la zona— respondió Erick.— Le pedí que investigara quien la vende o en donde se puede comprar.

—Respecto a eso— lo interrumpió Matt.— Landon y yo hemos investigado los últimos movimientos de nuestras víctimas y encontramos algo en común— Matt se acercó a su escritorio y sacó una fotografía para después dirigirse al pizarrón y pegar ahí la foto.— Todos los chicos fueron a Safari, un bar cerca de la zona en donde fue encontrada la última víctima— hizo una pausa —Creemos que ahí es donde consiguen la droga.

Amor Contra relojDonde viven las historias. Descúbrelo ahora