| Capítulo 5 |

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–¿Y ahora que hacemos?– preguntó Ian mientras seguía comiendo palomitas, al parecer no las había terminado durante la película.

–¿Qué quieren hacer?– pregunté mientras tiraba a la basura los vasos de refresco que habíamos usado.

–¿Podemos ir a los bolos?– preguntó Ian mirándome con una tierna carita, a la cual era imposible negarle algo.

–Si a Becca no le importa acompañarnos– le respondí mirando a la mencionada, quien se acomodó un mechón de cabello detrás de su oreja.

–Para nada– respondió con esa hermosa sonrisa que la caracteriza a ella

Y así fue como en quince minutos estábamos estacionando el auto frente al lugar en donde jugaríamos un rato, procuré venir a un lugar a donde nunca he estado, no quería que mi identidad fuera puesta en riesgo. Después de alquilar la línea número 10, la última a nuestra derecha, tomar nuestros zapatos y ordenar un par de cervezas para nosotros y una soda para Ian, nos encontrábamos descubriendo que el muchacho era bueno para esto, a pesar de su corta edad, ya llevaba dos chuzas seguidas.

–¿Quien iba a imaginarlo?– preguntó Becca mirando al chico sorprendida, dándole un sorbo a su cerveza –Ese chico es todo un jugador profesional–

–Estoy agradecido de no haber apostado con él, tal vez hubiera perdido todo mi dinero– le di un sorbo a mi cerveza –Creo que es tu turno– le dije a Becca al ver que Ian venía con una gran sonrisa por su excelente tiro.

Ella le dedico una linda sonrisa al chico y fue a tomar la bola que arrojaría, mientras que el pequeño se sentó a mi lado, tomó su soda y la bebió toda.

–Oye amigo, ¿Donde aprendiste a jugar así?

Él se encogió de hombros –Mi mamá solía traerme aquí cada sábado, ella ama jugar bolos– una media sonrisa apareció en su rostro –La extraño mucho Landon... ¿Crees que ella aún este bien?–

Puse mi mano en su hombro, llamando la atención del chico –Ella estará bien amigo, ya lo verás, nosotros nos encargaremos de encontrarla.

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Después de dejar a Becca en su casa, nos dirigimos a mi casa, Ian dormiría en mi cama mientras que yo lo haría en el sofá. Me recosté y puse un programa en la televisión, pero seguía sin poder conciliar el sueño, la madre de ese chico seguía rondándome en la cabeza ¿Qué pudo haber pasado? Tomé mi laptop y me dispuse a investigar un poco y por un poco me refiero a todo lo que salía en Internet sobre Kristal Stevens.

Además de lo que ya sabíamos, revisé sus redes sociales, en todas había fotos con Ian, se encontraban en un museo, en la playa, jugando en la nieve, Kristen estaba orgullosa de tener al niño, era una buena madre y se ve que ama demasiado a su hijo, una pequeña y triste sonrisa se formo en mi rostro, toda esta situación me recordó a mi madre.

Alejé rápidamente esos pensamientos, no era justamente lo que debía recordar ahorita si quería saber que le había pasado a Kristen, no debía distraerme, necesitaba concentrarme y no dejar pasar ningún detalle, por minúsculo que sea. Revisaba Youtube cuando un vídeo llamo mi atención, lo reproducí no sin antes bajar el volumen para no despertar a Ian, en este se podía apreciar que un estudiante le gritaba e incluso intentaba golpear a una maestra... viendo más detalladamente ese vídeo, me percaté de que a quien le gritaban era a Kristal, un estudiante la amenazaba de muerte. En cuanto amaneció, llevé a Ian al restaurante en donde sabría que me ayudarían.

–Hola Leo, ¿Esta todo bien?– me preguntó Becca mirándome confundida.

–Si, todo esta bien– respondí lo más tranquilo posible –¿Podrías cuidar un par de horas a Ian?

Amor Contra relojDonde viven las historias. Descúbrelo ahora