PROLOGO

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SADA EMBER

— ¡Airen!— Tras unos cuantos empujones murmuró Sada — ¡Despierta!

Airen despertó con somnolencia y desanimo, y un bostezo no podía evitar salir de su boca, miró a la luna fría y sintió un escalofrío recorriendo su cuerpo, ya viene nuestra madre.

—Niños, espero que todo haya salido bien, ya casi llegamos al lugar donde conocí a su padre

Yuma era una madre demasiado joven y hermosa, ¿quién hubiera pensado que esa hermosa mujer hubiera dejado 2 hijos a una edad tan temprana como los 26 años?, pues Sada tenía 7 años y Airen, el menor era más joven con solo 4 años. Yuma, la madre tenía el pelo liso y con un brillo natural, su tono de cabello era negro pero ante la luz del sol Sada a veces decía verlo morado y algunas veces azul, sus ojos eran grandes y un poco orientales de color verde como una esmeralda y su rostro la hacía verse incluso como la hermana mayor de Sada, aunque poco a poco unas agujetas bajo sus ojos iban arrasando una falla en su perfecto rostro, tenía un cuerpo bastante delgado y con la figura de toda una mujer midiendo aproximadamente 1.5 veces más grande que Sada, siempre fue la madre perfecta y hermosa con la que Sada soñaba ser al crecer, e incluso solía visualizar a sus propios padres como un cuento romántico de hadas, siendo su madre la más cortés de las princesas y su padre un elegante príncipe azul.

Su hermano tenía solo cuatro años y a pesar de este hablar como todo una persona normal esta lo seguía viendo como un bebe que apenas podía mantenerse de pie, su cabello era demasiado para un rostro pequeño, era ondulado y sus ojos eran igual o más verdes que su madre pero en lugar de tener un toque asiático eran ojos semiabiertos y con los parpados adquiriendo la mitad del ojo, su rostro era bastante tierno y curioso; Sada sentía que su hermano menor sería popular entre las chicas al crecer pero de momento no era más que un lindo bebe.

— ¿Papá estará allá?, ¿no mamá?

—Así es Sada, debemos apresurarnos o él se desesperará— Yuma se agacha y se sitúa frente a el pequeño Airen — ¿No quieres ver a papá, amor?

Airen asintió con la cabeza y Yuma le besa la frente y lo toma de los brazos a pesar de que este parecía no querer y apagaron la fogata, Sada ayudó a su madre a levantar las cosas y colocarlas en las grandes mochilas de viaje.

Caminaron durante un tiempo y lograron ver lento amanecer, tras una larga caminata Airen mira a su madre y dice:

—Ma, yo puedo caminar solo

—Me alegro que seas fuerte cariño pero tengo que disfrutar cargándote todo lo que pueda antes de que crezcas y no pueda cargarte yo

—Pero te ves cansada mamá—Interrumpió Sada

—Estoy bien, no te preocupes por mí— Le dedicó una sonrisa a su hija la cual la dejó tranquila

Generalmente las sonrisas de su madre eran muy frecuentes y alentadoras, Sada sentía que su sonrisa ganaba fuerza mientras su cuerpo se debilitaba y aunque se preocupaba siempre terminaba cambiando ese tema de pensamiento. Ya les quedaba poco para llegar a Frodemia cuando el celular de Yuma sonó, esta puso a Airen en el suelo delicadamente mientras tomaba su celular.

Tras una llamada de no más de un minuto ella se dirigió a sus hijos y con cierto miedo les dijo:

—Esto... chicos, su padre ha tenido inconvenientes, ha salido de casa y llegará más tarde, cuando volvamos a la casa esperémoslo detenidamente—Dijo guardando su celular y volvió a tomar a Airen de los brazos

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Doaga y la guerra de hielo (definitiva)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora