FRAE CHOE
Más que buenos amigos, Frae y Neiran desde niños siempre se habían apoyado el uno al otro, desde chicas hasta temas serios y parecía tan corto el lapso de tiempo de cuando su mejor amigo le comentó a Frae sus inseguridades con su hijo, ahora Frae lo comprendía todo, era un fantasioso niño imaginativo, quizá lo que el acabado mundo necesitaba.
Él estaba listo, su ropa y sus pocas pertenencias, su piano seguiría en casa puesto a que era demasiado grande para el automóvil de Frae, Airen le había preguntado si como gastaría su tiempo libre sin su instrumento, "No te preocupes", "Conocerás a personas que entretendrán más que un piano", eran las palabras de Frae con respecto al tema, sin embargo la duda no desaparecía de Airen y ya su inventario de lo que en su mayoría era ropa y un bate de béisbol con la palabra "EMBER" escrita en él era lo que tomaría como recuerdo de su padre. La hora de partir había llegado y con ello la melancólica despedida de 2 hermanos que pasaron su vida tan juntos, el reloj marcaba las 3 de la tarde y el sonar de este sonaba con cada lento segundo que pasaba, la desgastada mochila de Airen contenía todos los kilos de ropa que su hermana había procurado por él. Ella estaba sentada en su mesa llorando apoyada en sus empapados brazos, nunca había importado tanto para ella como ahora, pedía, imploraba y suplicaba que si tan solo tuviera otra oportunidad de estar con su hermano un tiempo más, lo trataría como nunca lo hizo.
Se detuvo frente a ella se paró por un segundo con su reflexivo rostro, al voltear lentamente pudo apreciar su rostro lleno de lágrimas, su hermana abrió rápidamente sus mojados ojos y por primera vez pudo apreciarlo.
SADA EMBER
<<El dejo de ser un bebe, hace mucho tiempo>>
Sada estuvo tan metida en la rutina de una vida aislada que nunca paró a ver a su hermano, el cuanto este había crecido y aquello que necesitaba para crecer, ver el mundo, aprender, madurar, y miró también en sus ojos algo que había dejado de existir en mucho tiempo en el mundo, "ilusión". Ahora estaba frente a ella el hombre que una vez fue su diminuto hermano bebé que sostuvo antes de llegar a su hogar.
—Sada, ¿no estas emocionada?, por fin en mucho tiempo, el mundo está frente a mis ojos, alégrate hermana pues... pronto volveré y te llevare a ver el mundo conmigo y mostrarte el naranja cielo que miré en mis sueños—
Rápidamente olvido todo lo que dijo y lo abrazó fuertemente
—Eres lo único que me queda en este mundo, vive, vive por mí y por mis padres, aprenderás mucho del hombre que fue el mejor amigo de papá, conocerás gente y yo... yo siempre te apoyaré—Se detuvo para ver el rostro de su hermano—Es estúpido ¿no?, creo que acabo de ver ese cielo naranja del que tanto hablas
Frae abrió la puerta y un fuerte viento y una brisa helada atravesó la casa desde fuera y Airen le dio entonces la espalda a ella, dio unos pasos hacía la puerta y ella trato de seguirlo pero se detuvo al verlo por fuera. La nieve cubría casi toda la calle en Frodemia y el revoltoso cabello de Airen bailaba en compañía del viento, entonces la puerta se cerró.
Se rompió por dentro y por fuera, lloró desconsoladamente hasta que el hambre y el sueño se apoderaran de su cuerpo... Entonces, ella tuvo un sueño.
AIREN EMBER
El sol, su brillo incandescente cambio la perspectiva de Airen, al principio este no lo soporto y menos cuando con tanta ingenuidad trato de mirarlo fijamente, ante esto Frae solamente se rio de forma burlesca de este.
— ¿Te parece hermoso no?—Le había preguntado Choe
—Es extraño, de forma indirecta estoy sintiendo su calor, más sin embargo siento frío en mi cuerpo, lo que he leído hasta ahora no me ha dado la explicación a esto
—Es diferente el mundo que se genera en tu mente al leer a la vida real, tus propias sensaciones, tus propias experiencias valen más que cualquier escritor y... ¿sabes por qué?
—Puedo entenderlo un poco, los libros no alcanzar a plasmar toda lo que uno siente
—Después de todo la escritura es un arte, y el arte no es más que una simulación a la vida, sé que hoy en día es difícil pero cuando tengas la oportunidad de vivir y aprender de esto, no lo desaproveches Airen— Frae se detuvo por un momento para pensar— ¿Sabes Airen?, ante tu padre, tu madre y mi ex novia, siempre me sentí como un idiota, ellos sin duda han vivido más que yo y tienen más experiencia en la vida y por eso es extraño para mi contarte estas cosas y aún más siendo igual a tu padre
Airen no dijo nada, solo saboreo el sol y la fresca brisa del viento. Era ya casi primavera, últimos días de febrero y Frodemia siempre se había caracterizado por ser un lugar helado, y a pesar de que la nieve siempre se había vinculado directamente con la zona, Airen estaba sobre hierba amarillenta bailando atreves del viento y lentamente este se dejó llevar por la sensación tranquilizadora y miro más allá, el camino de calle de concreto continuaba y continuaba junto al amarillo césped hasta perderse para el alcance de sus abiertos ojos, entonces un fuerte viento arrasó su rostro y su cuerpo moviéndolo ligeramente hacia atrás, fue un viento fugaz el cual se marchó como llegó tan repentinamente.
— ¿Sentiste eso Airen?
Evidentemente este lo había sentido y un escalofrío de emoción recorrió su cuerpo y pensó en su madre, ese viento fugaz que recibió generó el mismo sentimiento que un abrazo de su madre, lo abrazaba fuertemente para después soltarlo y dejarlo ir... Él la echó de menos y por ello haría lo posible para disfrutar de la vida misma.
El auto de Frae estaba aparcado justo frente a ellos tras haber caminado poco, era un vehículo clásico con un modelo pequeño en el que al principio tardo en entender como entrar a este pero tras estar dentro y con el cinturón puesto el viaje comenzaría... Un montón de casas abandonadas frente a él, pasó también por lo que parecía ser un antiguo parque y también una gasolinera antigua abandonada en la que Frae se detuvo para rellenar su auto con combustible y el viaje prosiguió, luego de eso dejó de ver casas y solo había camino llamado carretera, durante ese momento dejo de prestarle atención al viaje y su atención sería captada por un pequeño libro dentro de la cajuela del vehículo, este lo vería y con un poco de timidez diría:
—Esto... Frae
— ¡Oh, cierto! Lo había olvidado, pensé en enseñárselo a ti y tu hermana pero tanta tensión hizo que me diera un poco de cosa hacerlo— Habló sin prestar la mínima atención a Airen y el libro, pues sus manos estaban ocupadas en el volante— Ojealo si quieres, se trata de un diario ni más ni menos de la infancia de tu madre.
Airen se sorprendió y su curiosidad aumento de golpe, tomó el diario y miró la portada una foto de una niña de cabello castaño claro, casi hasta llegar a rubio, ojos verdes brillantes y un rostro pálido y una sonrisa mostrando un saludo con sus manos, y de fondo un verde jardín, entonces Airen supuso que se trataba del antiguo hogar de mamá y abrió el diario en la primera hoja...

ESTÁS LEYENDO
Doaga y la guerra de hielo (definitiva)
FantastikAún recuerdo ese hermoso lugar, incluso ahora...