Sophia

13 1 2
                                    

Una niña de ojos color miel, cabello rubio, alta, tímida a simple vista, de voz suave, con muchos sueños y aspiraciones, no es hija única, le gusta leer, armar rompecabezas, los platillos nuevos, los animales, pensar en el porqué de las cosas, nunca llora en público, no tiene muy elevado su autoestima, si tiene a una amiga, la tiene para siempre, sus novios han sido un fracaso, viste de manera peculiar, nunca se le ha dado el seguir modas o tendencias, trata de hacer ejercicio a diario, toma el café con una cucharada de azúcar y mucha crema, a pesar de que a muchos no les gusta la orilla de la pizza, a ella le encanta, siempre se pinta las uñas de colores intensos, tiene una bicicleta que solamente utiliza una vez a la semana cuando visita a su mamá, vive sola y aunque es muy complicado para ella, tiene amigas, a pesar de sus cualidades de mujer bonita, no lo es, no tiene dinero suficiente para arreglarse, sus padres la mantienen casi todo el tiempo pero no les quiere pedir mas, se da cuenta de lo que pasa a su alrededor, casi todo el tiempo se siente sola, pero sabe que es mejor que estar en casa.
Sus amigas son hipócritas con ella, sus novios siempre terminan con ella, le apena ser alta, se siente culpable después de comerse toda la orilla de la pizza, si no hace ejercicio se siente deprimida, usa colores intensos porque así es como se siente, salió de la casa de sus padres lo antes posible o sabía que se volvería loca, en realidad detesta el café pero lo toma desde los 13 años por moda, odia su piel paliducha, esta harta de su vida y aunque lo que le pasó fue horrible, ella en el fondo lo agradece, porque fue lo único que la salvó de su propia destrucción.
Cuando tenía 12 años, su mejor amigo tenía 19, cazaban ardillas juntos, el se las daba para que las cuidara pero su madre siempre la reprimía, ella lloraba con el a su lado. El de repente se apartó, ella nunca supo cual fue el motivo de eso pero lo sintió demasiado, se volvió mas introvertida, no le hablaba a casi nadie hasta que conoció a Gretta, Claret y Lore, sus futuras amigas, al principio solo le pedían favores hasta que la fueron integrando poco a poco al grupo, la obligaban a ir a las fiestas y Sophia decía que no le gustaban pero en el fondo le encantaban, ni siquiera entendía porque no era bonita, como sus amigas y la gente no la tomaba muy enserio por su falta de habla.
Ella intentaba ser parte pero era complicado, dejó de intentar.
Sophia comenzaba a tener problemas, muy comúnes en las adolescentes, vomitaba si comía algo que no debía, hacia muchas dietas, tenía depresión casi todo el tiempo y se sentía mucho peor cuando veía que sus amigas eran tan felices por ya cumplir 18, ella era tan infeliz.
Tiempo despues se enteró de que su amigo Tod se había vuelto policía, decidió ir a visitarlo y volvieron a ser tan amigos como antes pero con otros intereses, se veían casi a diario, el vigilaba una caseta cerca de su casa los sábados, el se preocupaba por ella, la cuidaba, casi siempre le ofrecía café y le daba refugio cuando no quería estar en casa. Cuando ella logró irse a vivir sola, Tod la visitaba de vez en cuando, siempre le daba obsequios, ella era feliz con su amigo pero no podía evitar sentir algo por el, pasaban los días y ella no sabía lo que era eso, solo que no era correcto porque el era demasiado grande, que tontería por pensar asi, pero así era Sophia, muy recta hacia ella misma, a veces porque otras veces solo iba a fiestas y se acostaba con cualquier tipo raro que se le acercara, bastaba con que no estuviera feo. Ella veía su vida como un remolino sin sentido que se iba perdiendo por el horizonte cada vez mas, además sabía que si las cosas no funcionaban con Tod, lo perdería y no podía permitirselo.
Jamás imaginó ni por un momento lo demente que éste estaba, pero lo supo justo en el momento en el que abrió lo ojos y no había sido un mal sueño despues de una resaca, no estaba tirada en la casa de su amiga, donde había sido la fiesta, tampoco estaba en su departamento, intentó levantarse y  allí comenzó su desesperación cuando se dió cuenta de que no podía mover sus extremidades, ni siquiera sus dedos, intentó girar el cuello, pero al no conseguirlo pegó un grito lo mas fuerte que pudo, su voz no salía de su garganta, de repente abrió los ojos, esta vez, de verdad. No podía mover casi nada de su cuerpo, pero esta vez supo porque, estaba atada de pies y manos a una estrecha cama, miró a su alrededor, había una cómoda con una caja de herramientas sobre ella, una lámpara colgaba del techo produciendo una luz amarillenta que medio alumbraba el cuarto, a su lado, había una silla, con un vestido blanco colgando de ella, pegado a una pared había un espejo y nada mas. Lo único que alcanzaba con sus manos era el colchón. Se intentó retorcer y gritó por ayuda una y otra vez. Después de desgarrarse la garganta, trató de hacer memoria, recordaba la fiesta, no sabía si la habían secuestrado mientras corría a casa y de repente recordó que fue a ver a Tod, se quedó en blanco, el no podía estarle haciendo eso, simplemente no podía, el era una buena persona, o eso era lo que ella creía.
Escuchó pasos que venían desde arriba, ¿estaría en un sótano?.
La puerta se abrió suavemente y si, era el, su mejor amigo. Sophia rió nerviosa y le pidió que la liberara, confiada en que era una broma de mal gusto, pero Tod no se movió ni un centímetro.
-Sophie mi amor, yo no quiero hacerte ningún mal, pero debes entender que eres todo lo que tengo, no te puedes mudar, ¿entiendes?
Fue la mirada en los ojos de Tod quien hizo darse cuenta a Sophia que no se trataba de un juego, que el era un maniático si se atrevía a hacerle algo así, fue entonces que perdió el control, comenzó a gritar y a patalear.
Tod salió de la habitación apresuradamente y entró corriendo con otra persona.
-Se ha puesto loca, le he tradado de explicar-tartamudeó.
-No se preocupe, esto la calmará pero sea mas cuidadoso con lo que le dice- dijo una voz de hombre que Sophia jamás había escuchado en su vida.

La Singularidad De SophiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora