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Era el año 1715 cuando yo Amalia Castilla me dirigía a casa de la familia Scott a realizar mi trabajo diario, no recibía un gran salario por parte de ellos, ya que nosotros los de clase baja debemos seguir siendo de la clase baja.

Al menos así lo pensaban los Scott, una familia con grandes honores aquí en La Habana por traicionar a sus raíces. Los Scott provienen de Gran Bretaña, viven en La Habana desde hace 5 años, mi madre les sirvió desde que llegaron a instalarse. Pero desde que ella murió yo la reemplazo.

La Habana y todo Cuba está a cargo del Gobernador Laureano Torres quién desde hace un año radica en La Habana por la construcción de un hospital. La familia Scott recibe la visita del gobernador por lo menos una vez al mes, donde su majestad les brinda grandes cantidades de dinero por información de los Británicos.

Yo trabajo para ellos por mis hermanos. Mi padre, un hombre que trabaja en un colmado para su borrachera que vive siempre fuera de casa, dejándonos a mis hermanos y a mí solos. Él no siempre fue así, cuando yo era tan solo una infante mi padre tenía un trabajo honorable. Era un soldado militar español con años de trabajo. Pero gracias a la pérdida de su madre se volvió un borracho más de La Habana, perdiendo así su trabajo, dinero y familia.

Mis hermanos, un par de niños de tan solo 8 años de edad, han tenido que sufrir esta vida. Primero el no reconocer a su padre por culpa del Ron, la muerte de nuestra madre y la salida constante de su hermana hacía la casa de la familia Scott. No saben lo que se siente tener padres responsables. Bueno, aunque sea difícil ver a un padre responsable en este lugar.

En las noches, cuando mis hermanos duermen, voy a la taberna cercana al muelle a servir litros de Ron a corsarios y Bucaneros de buena fe. Quiénes dan buena propina que nos ayuda a sobrevivir.

Pero justamente hoy, todo cambiaría. Al llegar a la casa de la familia Scott veo que en la entrada hay un par de milicianos españoles vigilando el lugar, esto podría ser obra de la visita del gobernador Torres o la busca de información por el oficial ligero.

Sin algún tipo de miedo me dirijo con el canasto de ropa limpia de los Scott hacia la entrada de la casa, donde los militares no me dejaron entrar por estar en actos directos de la corona. No insistí ya que una vez me tiraron al suelo junto con la canasta con ropa que quedó arruinada. Decidí esperar afuera hasta que se marcharan los militares. De repente mis hermanos, horas después llegaron buscándome con miedo y desesperación gritando que el muelle estaba siendo atacado por británicos sin razón alguna. Los militares escucharon esto y entraron a la casa apresurando a quién se encontraba dentro.

Después de unos 5 minutos salen los militares que hacían guardia la puerta junto con la familia Scott, quienes estaban amarrados como prisioneros, con un capitán y un militar "Bruto", quienes escoltaban a la familia hacia la plaza principal donde los ahorcarían hasta morir.

Uno de mis hermanos al ver que se llevaban a la familia Scott agradeció al capitán por llevárselos lejos de mí, ­ahora mi hermana jugará con nosotros, gracias señor - fue lo que les dijo. Ellos no entendían que clase de problema era este, ahora no recibiría ningún Real para sobrevivir. Tendría que trabajar de la peor manera en este mundo.

Decidí correr con mis hermanos a casa, ya que si estaban atacando el muelle eso quería decir que pronto atacarían a los civiles. Este método de "seguridad" lo implante a mi familia desde el ataque de los piratas hace un año atrás. Donde justamente en ese ataque muere nuestra madre. Lo instalé en el hogar para no lamentar otra pérdida en la familia, ya que para todos es difícil perder a un ser querido.

En el momento en que llegamos a casa, cerramos las ventanas y puertas con madera que teníamos en casos de emergencia, al terminar mando a mis hermanos a dormir para que no se asusten con el ruido que vendría después, iba todo bien hasta que uno de los mellizos pregunta por nuestro padre. Le respondí que él ya sabía la regla de seguridad, y que él debe respetarla. Todo bien hasta que mi otro hermano dice -Solo espero que nuestro padre no muera -y se pone a dormir.

Un Día En 1715Donde viven las historias. Descúbrelo ahora