La Gata

Una Bienvenida Nada Agradable

Una chica era despertada por su hermano menor la cual la movía, pero ella no se podía ni mover por los golpes que le había dado Teresa, la cual se gasto todo el dinero en cerveza, comprando números de lotería y comprarse comida para ella y discutió con ella terminando en los golpes.

Hasta que sintió algo líquido recorrer su cuerpo, se levanta de golpe para encontrarse con todo su cuerpo totalmente empapado, levanta la mirada para encontrarse con la causante de eso, si, fue Teresa la cual le arrojó un balde de agua sucia a la chica, su rostro mostraba una sonrisa de oreja a oreja cómo si estuviese disfrutando eso.

-levántate inútil - la jala del cabello, ella se levanta ya que la vieja tenia más fuerzas que ella. Como ni les daba de comer.

-s-suelteme - rogaba la chica.

Volteo hacia un lado encontrándose a pintora y a búho con el labio sangrando, a conejo con un ojo morado y en su mejilla un arañazo y a su hermano sin playera y con varias marcas recientes de que lo acaban de golpear, la ira la envolvía pero no pudo hacer nada al sentir su mejilla arder.

Después de golpearla la vieja se fue a acostar a su cama, y los chicos salen y se dirigen al barranco a la platinada la tuvo que llevar cargando el peligris, por que no podía ni mantenerse en pie por los golpes, al llegar ya los esperaba cierto peliblanco.

-¡hola! - los saludo y lo único que hicieron es voltear hacia un lado - ¿que pasa?.

-no pasa nada - le dijo la pelirroja.

-esta bien - les contesta no muy convencido.

Se oye un rugido - conejo tengo hambre - dijo la rubia tocándose el estomago.

-yo igual - dijo el Hermano de la platinada.

-por que no lo compran - les sugirió el peliblanco.

-eso es imposible - el dijo el peligris - ustedes como tienen dinero compran lo que sea - dijo en un tono molesto.

-no te enojes conejo ¿si? - hablo la platinada - tenemos que pedir limosna y ya.

-¿limosna? No les da vergüenza hacer eso - los miro confundidos el chico.

-no hay otra manera - dijo cabizbaja la rubia.

-todo lo que ganamos no lo quita esa vieja - escupió con odio el hermano de la platinada.

-¿cual vieja? - pregunto el chico confundido.

-olvídalo ¿si? - le dice el peligris.

-y si les traigo de comer - sugirió el chico

-y como sabremos si traeras la comida - lo miro el peligris cruzándose de brazos.

-por que yo iré con él - los dos giraron para verla sorprendidos.

-gata - rodó los ojos el peligris

-no vamos a discutir ¿vale? - el chico solo asintió - bueno vamos por que tenga muchísima hambre.

-vamos - y caminaron hacia la casa del chico.

En el trayecto a la casa del peliblanco hubo un silencio incomodo, al llegar a la casa el chico le esconde detrás de un árbol mientras que la chica solo miraba la casa que era 20 veces más grande que la de ella.

-aquí quedate ahora vuelvo - le dice el peliblanco y la platinada asiente con la cabeza.
Vio al chico entrar a la casa, así que decide sentarse abajo del árbol a esperarlo.

En la mansión

El peliblanco entro a la cocina le agradecía a dios que la cocinera no estaba.