Prefacio

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La luna ilumina tenuemente el bosque, sus pequeños rayos blanquecinos atraviesan los pequeños espacios entre las hojas de los frondosos árboles formando así delicadas columnas de luz casi transparente. Los animales habitantes de aquí hacen la sinfónica de la noche con sus cantos naturales. En otros momentos y en otras circunstancias habría admirado su belleza y perfección pero el peligro es latente y en algún momento tendré que luchar por sobrevivir.

Estoy atenta a cualquier movimiento, dejo que mis sentidos se agudicen para sentir hasta el más mínimo suspiro. Mis dedos se curvan fuertemente alrededor del mango de mi daga preparada para atacar. Parece que floto por la agilidad de mis pasos al tocar el suelo alfombrado por hojas secas, miro sobre mi hombro y luego al frente para asegurarme de que no esté ahí. «Crack » una rama cruje bajo la suela de mi zapato, nanosegundos después, de la nada, por entre la oscuridad, una cuchilla se dirige directo a mi cabeza, inclino mi torso a un lado esquivando el ataque, cortando el aire cerca de mi oreja la hoja afilada de aquella arma se incrusta en el tronco de un roble. Como si estuviera persiguiendo su propia arma, velozmente aparece él, instintivamente levanto mi guardia, por su parte lanza otra cuchilla y consecutivamente de esta otra, esquivo las dos rápidamente, él se acerca y trata de golpearme pero coloco mi brazo para impedirlo, hace ademan de arremeter contra mí con un puñetazo pero una patada en sus costilla neutraliza su golpe, mis nudillos se estrellan contra su rostro y luego mi pie fuertemente en su pecho, por ley, este sale impulsado hacia atrás hasta que su espalda se estrella contra un árbol. Mis pies se chocan fuertemente contra el suelo impulsándome hacia adelante en una carrera por mantenerme viva.

Me descubrió, me rastreo, y ahora tengo que escapar.

Estoy corriendo lo más rápido que puedo, sin mirar atrás, en pocos segundos escucho sus pesadas pisadas muy cerca de mí, una cuchilla rosa mi oreja haciendo un pequeño, pero insignificante, rasguño. Mi cuerpo cae hacia adelante con él a mis espaldas, mi cara se entierra en las hojas secas pero segundos después es retirada por él cuando me voltea bruscamente, queda a ahorcajadas sobre mí haciendo presión con su cuerpo inmovilizándome completamente, la línea de sus labios se curva hacia arriba en una sonrisa de superioridad, sus ojos penetran en los míos, me examinan pereciera que busca en mi interior, busca mi debilidad, mi dolor, busca mis miedos, al fin y al cabo eso es lo que hace un demonio ¿no?

Repentinamente una ola de alivio y paz recorre mi piel relajando mis músculos y dándome confianza, como si el viento soplara y el aire fresco aliviara tus pulmones necesitados de oxigeno.

Al no encontrar nada se aproxima más a mí, su rostro queda a centímetros del mío, al notar mi incomodidad se acerca un poco más, casi hasta hacer rozar nuestras bocas, en un movimiento lento separa sus labios haciendo ademan de besarme pero una lengua bífida aparece zigzagueando sigilosamente y acaricia mi labio inferior, aquel acto me causa repugnancia, hago una mueca y esta vez yo soy la que lo mira a los ojos, sus ojos se volvieron como agujeros negros que te absorben y no dejan pasar ni un solo rayo de luz. Sonríe malvadamente y saca la gemela de mi daga, su hojilla de cristal blanco brilla en la oscuridad, me estremece como la blande, pasa la hoja por mi mejilla, baja la daga a un costado y está dispuesto a clavarla, pero solo quiere hacer daño, no podría matarme si me tiene frente él, tendría que clavar la daga en mis alas para así aniquilarme.

En un movimiento rápido le doy un cabezazo y luego impulso mi rodilla hacia su entere pierna impactándola fuertemente, él gime de dolor ante el impacto, su distracción es ventajosa para mi, mis manos lo empujan fuertemente lejos de mí, su brazo se estira hacia mí y en su movimiento logra cortar mi costado, me retuerzo por el dolor agobiante que la hojilla de la daga causa en mi organismo, hago lo posible para soportar como mi piel arde de bajo de la herida, me levanto del suelo olvidando el dolor, tomo rápido mi daga y la clavo en su hombro antes de que este se pueda levantar, la desencajo y nuevamente vuelvo a correr lo más lejos posible de él.

La extraña ola de harmonía se vuelve a manifestar acariciando mi piel, siento paz, serenidad, casi deleitable para mi paladar. Mi cerebro reacciona, es el aura de algún ser, hay un ángel cerca.

Siento como si esa aura acariciara nuevamente mis sentidos, mi espalda se arquea y mis alas brotan de ella, un brillo tenue las hace resaltar en la oscuridad, como si le gustara lo que sienten, rápidamente las contraigo y vuelvo a retomar la carrera. Esa aura es mi salvación, si podía llegar a quien perteneciera podría vivir.

Corro, corro, y no dejo de correr, esquivo ramas bajas de arboles, ramas secas, zigzagueo entre los árboles, pero he puesto toda mi atención en el aura que olvido completamente mi verdadera amenaza, siento como mi espalda empieza arder, siento mi piel desgarrarse rápidamente, el grito de dolor se queda a medio camino, atascado en mi garganta como un nudo, mis piernas me fallan y mis rodillas terminan en el suelo, llevo mi mano a mi espalda y desentierro la daga blanca de mi carne, llegó profundo, hasta casi tocar mis alas, muerdo mi labio para evitar gritar mientras la hoja afilada se resbala por la piel despedazada de mi espalda, al ya retirarla de la recién hecha herida tiro la daga lejos con fuerza al sentir el ardor en la palma de mi mano, me levanto tambaleante, ya no puedo correr tan rápido como antes, el veneno de la daga se extiende por mi organismo sin piedad alguna.

Me aproximo a la salida de este bosque y entre mas corro el aura se hace más fuerte, aun contengo las esperanzas de sobre vivir, el aura se convierte en presencia a medida que me acerco, tan fuerte, tan cercana que casi la puedo palpar. Mi respiración poco a poco disminuye y mi cuerpo empieza a sufrir espasmos, puedo ver entre los arboles pavimento, ya estoy cerca, la presencia cada vez se hace más fuerte, la siento muy cerca, pero me debilito cada vez más, quito algunas ramas de mi camino, siento que no puedo más, mis piernas flaquean y caigo al asfalto de la carretera, la presencia toma forma, lo último que veo son las luces cegadoras de un auto, mis parpados son imposibles de sostener y cierro mis ojos.

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Este es el comienzo de una historia fantastica, espero que les guste ♥♥♥

La bellisma portada es creacion de @Hazzachangemylife, muchas gracias :3 eres un amors de persona ♥

HUMAN (Libro #1 de "The Chronicles Of The Divine Blood")Where stories live. Discover now