Chapter4- Con las ganas

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Hoy simplemente tenía que vigilar a los postoperatorios, lo que quería decir que iba a estar con César. Punto a favor.
Decidí maquillarme, algo sencillo; rímel, colorete y brillo con sabor.

Habitación 214, hoy toca ver al señor Fernández, César tiene que venir a escuchar mis indicaciones.

-Claudia ¿le pasa algo?
-Jorge te he dicho mil veces que no me llames de usted- asintió- no me pasa nada
- Es que no para- le miré mal- no paras de morderte el labio y de mover la pierna- soy demasiado trasparente
-Vete a la habitación 216, Ana tendrá dudas sobre la operación- y obedeció
-Buenos días guapa- me saludó César guiñándome el ojo
-Buenos días- sonreí
-¿Qué tal estás?- preguntó al paciente
-Como una mierda... ¡Tengo cara enfermo!- bufó- la auxiliar ya no me sonríe
-Luego hablo con Pilar- sonrió- si la tienes enamorada solo que se hace la dura
-Siempre nos habla de ti- me siguió el rollo César-ahora incorporese, que veamos si va cicatrizando- me acerqué a verlo

Salimos a fuera, ya que cuando las cosas van mal es mejor mentir al paciente y luego venir con la solución.

-¿Qué propones?-bufé
-A ver Clau eso no se tarda nada es solucionar- me acarició el brazo- antibióticos y quitarle los parásitos
-¿Y si no solo son superficiales?
-Pues se abriría y limpiaría ¡Te he visto haciendo eso!- asentí- necesitas relajarte
-Que me relajen- dije en bajino
-Bueno siempre están las salas de descanso- me guiñó un ojo

¿Estará hecho? O simplemente es una broma. Bueno nos quedan muchas habitaciones juntos.

-¿Qué tal con tu novio?
-Lo dejamos- me miró extrañado- va a hacer un año
-¿Qué dices?- asentí- y yo sin intentarlo- rió
-Bueno nunca es tarde- y entré a la siguiente habitación

Entre piropos, risas y alguna ficha pasamos la mañana, nunca he apreciado tanto César y es muy buen tío y a parte es mono.

-¿Cuántas horas llevas en pie?- me preguntó
- Cuarenta y siete o así
-¿No has dormido?
-Media hora- me miró asustado- pero que no pasa nada, ya me he hecho a esto. Y aunque me ponga no soy capaz de dormirme- me coloqué el pelo- aunque lo de tumbarme está bien
-Eso es aburrido
-Pues proponme algo mejor
-Tumbarte con alguien- le miré- los dos solos, con pocas palabras, algunas caricias, mimos, besos, gemidos...

No sé si lo que me dijo me puso o qué, pero mire por el pasillo y no había nadie, por eso decidí besarle, al principio se quedó parado pero enseguida me puso contra la pared. Nos movimos hasta que pudiera tocar el pomo de una sala de descanso y entramos.
Deje de besarle para cerrar la puerta, pero enseguida volví a sus labios.
Me quitó la bata y yo a él la parte superior del uniforme, me cogió y se echó en la cama.
Jamás imaginé que iba a hacerlo con César, me parecía atractivo pero nada más y ahora gimiendo por él.
Mis besos se desplazaron de la boca al cuello y luego a su pecho y a sus abdominales bien definidos, aproveché mi posición para quitarle los pantalones. Y volví a incorporarme para besarle.

-Tu ropa sobra- era verdad, llevaba todo el uniforme lo único que me faltaba era la bata. Me quitó la parte de arriba y me dio la vuelta para poder quitar la parte de abajo. Cuando quedó encima mío pude notar su virilidad y eso me excitó más aún.
Comenzó un camino de besos desde mi boca hasta el borde de mi tanga. Me miró y me quitó los pantalones.

Lo agarré del cuello y así me incorporé y comencé a besarlo, aprovechó eso para quitarme el sujetador. Inconscientemente sonríe, me apoyó sobre la cama y él encima mío.
Me devoró con la mirada y comenzó a besar mis pechos, no podía resistirme a gemir. Mientras su boca se encargaba de uno su mano del otro.

-¡Claudia!- aporreó la puerta Jorge- ¡Despierta! Al señor Fernández le pasa algo.
César y yo nos miramos asustados. Comenzó a vestirse y yo le seguí.
-¿Has visto mi sujetador?-negó con la cabeza
Mierda tendría que ponerme la ropa sin sujetador. Antes de salir me dio un beso y me dijo que esto no podía acabar así. Salimos de la sala en dirección la 214

-¿Qué pasa?- pregunté asustada a Jorge
-No sé, dice que le duele el pecho y que le cuesta respirar- mierda los parásitos. Lo aparté y fui a incorporar a Ramón
-Ramón señala donde te duele- y lo hizo en el corazón
-Pilar me ha roto el corazón- lo miramos extrañados- no me ha venido a hablar en todo el día- en ese momento lo iba a estrangular- ¡dijiste que me iba a venir a ver!
-Jorge, vete a buscar a Pilar- y a eso fue
-¡He tenido que fingir un infarto! Por cierto ¿llevas sujetador?- César comenzó a reírse y yo lo miré mal pero no pude evitar sonreír

Justamente llegaron Pilar y Jorge. Salvada por la campana.

-Jorge- me miró- Ramón tiene parásitos en la parte superficial de la cicatriz por lo que Pilar y tú os encargareis de quitarlos-asintieron-¿sabéis los antibióticos que debe tomar?
-Por supuesto

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