At Night I Rule [Adrien Agreste/Chat Noir]

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La salida con Adrien había resultado genial y muy entretenida. El rubio se había esforzado en enseñarme los lugares más interesantes y lindos de la ciudad. Mi favorito fue el puente de las artes, la tradición de ese lugar era muy hermoso. En definitiva París le hacía honor al título de la ciudad del amor.

Durante nuestro paseo mi celular vibró unas cuantas veces, claro que no le preste atencion porque hubiera sido una falta de respeto para Adrien, él se estaba esforzando demasiado para hacerme sentir a gusto. Me rehusaba a ser una maleducada con una de las pocas personas que se habían acercado a mi.

Pero ahora que estaba en casa podía revisarlo sin problema alguno.

Una enorme sonrisa apareció en mis labios cuando leí el destinatario de unos cuantos mensajes.

James
Hola chaparra.
¿Sigues viva?
Respondeeeeee.
¡Eres un monstruo conmigo!
Creo que es mejor relajarme. Ya no importa, voy a ir directo al grano. Mur pronto saldré de mi tortura y llegare pronto a París así que espero ser recibido con una fiesta de verdad.
Nah, sabes que no. Lo único que te pido es que no digas nada, quiero que sea una sorpresa para todos. ¿Estas de acuerdo?
Nos veremos pronto, te quiero.

Mi sonrisa se ensancho aun más al terminar de leer sus mensajes. Con una rapidez que jamás había visto en mi me lance sobre mi cama para poder contestarle con más tranquilidad. Él no tardó más de cinco minutos en responderme, enfrascandonos en una larga conversación.

Los minutos pasaron rápido, convirtiéndose en extensas horas de platica entre ambos, claro que se acabó cuando me informo que tenía sueño y que debía descansar. No me opuse, simplemente me despedí de él, haciéndole prometer que seguiríamos después de mi horario escolar al día siguiente.

Claro que no había reparado en la hora durante todo el tiempo que estuvimos hablando y tras darle una mirada al reloj digital, que descansaba en el mueble junto a mi cama, comprobé que habían pasado alrededor de cuatro horas y media desde que iniciamos con nuestra divertida conversación.

Un par de horas de descanso no serían suficientes para mi. Probablemente mañana faltaría a clases si no lograba despertarme a tiempo.

(...)

Tal como lo imagine caí por completo en los brazos de morfeo. No escuche la alarma. Mamá no fue a despertarme gracias a Irina, quien al parecer mintió con que me había desvelado toda la noche por estudiar para las futuras evaluaciones. Por lo tanto falte a la escuela.

Ya no importaba, después de todo era tan solo mi primer falta. Apenas llevaba un poco más de una semana en la escuela, no es como si alguien se preocupara por mi.