Capítulo 2

22.7K 1.7K 40
                                    

La noche llega rápidamente y yo sigo tomando cerveza precavidamente junto a las cuatro mujeres.  No me quiero emborrachar, eso estaría jodido, soy mala en ello.  Quito mi chaqueta y quedo con mi crop-top negro.  Laura se sorprende cuando ve mi tatuaje de alas de ángel que cubre mi espalda entera.  Tiene un par de pistolas cruzadas en la parte de arriba y bajo cada arma, una rosa.  La flor preferida de mi bebé.

He visto a Milk y a Charm hablando y una que otra vez llegan hasta nosotras, y es malditamente necesario apartar la mirada cuando al Presidente se le da gana de besar a su mujer.  Todas ríen y yo solo me siento incómoda.  No es que esté muy acostumbrada a este tipo de muestras de afecto públicas y mucho menos con esa intensidad que ellos lo hacen.

Jo y Mel se han ido con sus hombres y solo me he quedado con Laura y Sena.

⎯Señorita Angie.

Volteo y veo a un chico de piel morena como Sena, con el parche de Prospecto.  Según Milk, es importante reconocer los parches, para así saber quién es quién.

Me gusta mucho el chaleco de los Toros del Infierno.  Es un chaleco negro que en la parte de atrás tiene el nombre del club, debajo está el logotipo del club que es una calavera de toro encendido en llamas negras, más abajo está el lugar de residencia que en nuestro caso, es Los Ángeles y a un costado están las siglas MC, que dice que son un Club de motociclistas.  Pero los parches importantes están en el frente, donde está el nombre del portador, el famoso 1%, que quiere decir que pertenecen a ese pequeño porcentaje que no respeta la ley, tiene el parche de soporte más otros a los que Milk no les dio importancia en nombrarme.  El de Milk tiene uno en especial que dice "Nomad", eso lo hace parte del club, pero recorre su mundo "libremente".

⎯¿Qué quieres? ⎯pregunto totalmente aburrida.

 O eso quiero hacer pensar.

Realmente no me siento más nerviosa que incómoda.  Milk se encargó de que fuera a muchas fiestas a bares frecuentados por motociclistas para aprender a dejar de comportarme como un jodido gato asustado.  Aun así, nunca me separé de él en esos momentos.

⎯El Prez la necesita. ⎯Asiento y me enseña el camino.

Me despido de las mujeres mientras me coloco nuevamente mi chaleco y sigo al chico que apenas y sí será mayor de edad, ellas también se despiden y se van por otra puerta.  Dicen que están acostumbradas a esto y sus hombres no están entre los libertinos que están follando aquí.  El chico que me acompaña pasa como si estuviera acostumbrado a todo esto, se nota que lo está, y no le presta atención a nada.  Me agrada eso, aunque me parece demasiado joven.  Tiene el cabello negro y dulces ojos negros.  Le pregunto su nombre y me dice que es Kid.  Jodidos nombres.

Es un alivio que me saque de ese lugar.  Esto es peor que un bar.  Hay parejas bailando de manera sugerente y asquerosa, otros están en los sofás comiéndose o chicas saltándoles en las pollas a los hombres que solo beben y hablan como si nada, las paredes no se ven mejor con chicos empalando a las putas mientras rodean sus cinturas y gimen sin pudor alguno.

Nunca me hubiera esperado estar rodeada de cosa semejante.

Me guía por un largo pasillo y dejamos la fiesta atrás, afortunadamente.  Eso es toda una locura.  Apenas son las diez de la noche y la gente ya se ha vuelto loca.  Seguimos por unas escaleras y llegamos hasta el tercer piso donde hay tres puertas.

Toca la tercera puerta, que es la última y cuando un grito permite el paso, la abre y me hace pasar primero.  Me encojo de hombros desinteresada y me adentro en la sucia oficina.  Tiene un escritorio lleno de papeles, un archivero y sillas frente al escritorio, por último, un juego de muebles donde me encuentro con Charm y Milk, acompañados de cuatro sujetos más, entre los que están los tales Duck y Peek.  Solo espero no estar en problemas por lo que sucedió esta tarde.

Mi Evangeline (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora