Capítulo 3

20.9K 1.7K 73
                                    

Despierto con energías, como siempre.  Nunca he sido una persona perezosa y me gusta estar activa una vez sale el sol.  Veo un balcón en la sala que conecta con mi habitación y sonrío mientras inspiro y lleno mis pulmones con el delicioso aire marino que siempre me ha gustado.  No sabía que estábamos frente al mar y mi apartamento tiene una gran vista hacia él.  A un lado, noto que mi balcón está unido a otro y niego al darme cuenta de a quién pertenece.  Justo tengo que compartirlo con el sujeto al que menos quiero ver.

Resignada, me dedico a mi trabajo.  Hago algo de ejercicio, abdominales, sentadillas, flexiones y salto la cuerda.  Esto me ayuda pensar...  O más bien, a no pensar.

Un golpe en la puerta mi distrae y voy rápidamente a abrirla.  Le resto importancia a mi ropa, que es un pantalón corto chándal negro, una blusa blanca corta de ejercicio sin mangas y unos tenis de trotar de color rojo.

⎯Veo que ya estás lista. ⎯Sonrío al encontrarme a Milk.

⎯Como siempre.

⎯Naciste malditamente lista, cariño.  Tal como tu padre. ⎯Ruedo los ojos y sonríe.

Tomo mi Ipod y recuerdo que debo salir a comprar un nuevo teléfono, o quizás debería cobrárselo a Milk.

⎯Necesito un teléfono.  Me lo debes ⎯le digo cuando cierro mi puerta luego de tomar mi bolso de deporte y caminamos por el pasillo.

⎯Esas mierdas distraen, pequeña ⎯dice con una gran sonrisa.

⎯Milk... ⎯El idiota solo ríe.

Seguro está recordando cómo lo estrelló contra la pared del gimnasio por estar distraída viendo una foto de mi bebé, en mi segunda semana en su casa.  Lloré por días.  Lo único que me calmó fue cuando apareció con un par de fotos impresas y enmarcadas de mi pequeña niña.  Solo así pude dejar de llorar.

⎯Está bien.  Hoy me encargo de ello. ⎯Bufo y me abraza⎯ Sabes que era por tu bien, ¿No?

Me gusta cuando se comporta de esta manera.  Me recuerda a Damon y su manera fraternal de tratarme.  Incluso Charm lo hace.  Después de todo, los tres son familia.  Una familia de grandes hombres.

Suspiro encantada por la familiaridad y lo abrazo cuando frota mis brazos y besa mi cabeza.  Al sacarme unos veinte centímetros, siento estar abrazando un enorme árbol tatuado.  Anoche no extrañé ese gesto por lo cansada que estaba.  Creo que, en mi estadía en Phoenix, me malcrió demasiado.

⎯¿Cuándo te vas? ⎯pregunto cuando salimos del ascensor y me guía por el pasillo hacia el club.

Veo a Kid con otro chico y los saludo a lo lejos.  Pobres prospectos, los deben poner a trabajar duro.

⎯Me quedo, princesa.  No me agrada la idea de irme y dejar a mi hija en un lío tan grande.

⎯Hacen demasiado por mí.  ¿Seguro no extrañarás a tus amiguitas?

⎯Putas las hay por donde sea, hija mía.

Ríe al notar mi desagrado, es realmente asqueroso. 

¿Pero quién soy yo para opinar?

Subimos las escaleras hasta el tercer piso trotando para calentar nuestros cuerpos y empezar con nuestra rutina.  Siempre he sido activa, pero el nivel que me exige Milk es extremo.  Aun así, me encanta.

⎯Es realmente asqueroso que me llames hija en la misma oración en la que mencionas a tus putas.  Eres como un padre para mí, y saber que duermes con mujeres de mi edad, me da nauseas.

⎯No duermo con ellas, hija.  Solo las follo. ⎯Meto mi dedo en la boca intentado vomitar y ríe escandalosamente.

Abre la primera puerta y me impresiono al ver que es un muy completo gimnasio.  Lo bueno, es que es temprano y todos deben estar cansados por la fiesta.  Así que parece que tendremos el lugar para nosotros solos por un buen rato.

Mi Evangeline (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora