II-EL BOSQUE.

49 4 0
                                    

EL BOSQUE.

-¿Nerviosa?- pregunta Julius.

-Todo lo que se puede estar en estos momentos.- sonrio.

Él ríe.

-Se te pasará en poco tiempo, ya lo verás.

Asiento.

-¿Hay muho camino de aquí a Elion?

-Seis días. Efectuaremos medio camino en el carruaje, y otro medio en barco.

-¿En barco?- pregunto, extrañada.

-Sí, no creas que caben miles de alumnos en una caseta, ¿no? No creas que ganamos nuestra reputación por nada. Elion es una isla secreta, una encantada. Y la escuela es un gigantesco roble milenario que se alza en el medio de ella. Es un lugar mágico, pero también extremadamente peligroso, al menos eso lugares que se expanden detrás de las montañas.

Le miro sorprendida, sin saber si me está tomando el pelo o no. Pero no parce hacerlo, lo que me hace estar aún más asombrada. Es completamente a lo que me había imaginado. Pensé que sería algo así como un castillo o una palacio de piedra blanquecina y magestuosas entrada, con torres tan altas que llegarían hasta el cielo. Pero eso es aún más maravilloso. Una isla oculta, algo mucho más misterioso.

Julius sonríe.

-El viaje es largo, convendría que durmieras un poco.

Asiento, la verdad es que estoy cansada. Me acomodo en el asiento. Poco a poco me acabo quedando dormida.

Un estrepitoso ruido me despierta. Julius me zarandea bruscamente, quiere que abra rápido los ojos.

-Levante, deprisa. Nos atacan.

Esa frase me hace incorporarme de inmediato. ¿Qué nos atacan? Debo haber estado cerca de una hora y media dormida, y ya ha pasado algo, ¿tan pronto?

-¿Quién?- pregunto.

-El me mira nervioso. Acabo de formular una pregunta que él parece temer responder.

-Mira, no soy muy dado a las declaraciones.- suspira.- supongo que soy un sentimental... No obstante, tienes que saberlo.

Sí, sí, vamos dilo, ¿a qué tanta vacilación?

-Tu hermana Dasa, la reciente emperatriz oscura.

¡¿Qué?! ¿Pero de que está hablando? Mi hermana no es una mala persona... o eso creo. Espero una aclaración, algo que me haga estar segura de que es así. Algo como que ha sido secuestrada, o algo así. Aunque en el fondo no estoy tan segura, y Julius no parece querer aclararme nada, al menos, no de momento.

-Desprisa, tenemos que escondernos.

Dicho esto, me agarra fuertemente del brazo y salta del carruaje en marcha, y yo con él. Rodamos por la padrera, arrastrando con nosotros barro y arañazos. El se iergue rápidamente, yo intento imitarle, tambaleandome. Me guía atraves de las altas hierbas hasta un bosque. Le sigo, pero, de repente, y sin saber por qué, me paro en seco. Ese bosque me resulta familiar. Que pena que sea de noche y no pueda apreciarlo con detalle. Como sea, me doy la.vuelta, me produce escalofrios. Una sensación de angustia me recorre la espalda.

Julius no parece darse cuenta, me coje de la muñeca y me tira al suelo. Se ollen pasos, como es noche cerrada, y estamos ocultos por la maleza, no nos ven, pero no podemos quedarnos aquí eternamente. Nos arrastramos hasta adentrarnos en el bosque. Nos volvemos a levantar y comenzamos a andar. Llegamos a un claro, la misma sensación de antes hace que me estremezca, parece que estoy en una pesadilla de la que no puedo escaparme. Imagenes borrosas acuden a mi mente a una velocidad de vértigo. Es un lobo de ojos rojos y afilados comillos, que me mira, y ríe. Su risa es seca y grave. Al instante, desaparece. Vuelvo a estar a lado de Julius, que me mira preocupado.

-He de disculparme por tratarte tan bruscamente, realmente tenía miedo de que nos alcanzaran. Esto debe ser dificil para ti. Por cierto, siento tu mal despertar.- comenta, intentando parecer positivo. Pero a mí me atormenta algo más importante.

-¿Por qué has dicho que mi hermana nos estaba atacando?- si pudiera sacarle algo de información...

-Elisa... tu hermana... Dasa... Como ya he dicho no soy muy bueno revelando cosas, aún más si son malas. Tu hermana se ha convertido en la mano derecha de la tinieblas, en la emperatriz que en el último período de tiempo a aterrorizado a la gente. Siento que no te lo huvieran confesado, pero hasta hoy era de vital importancia que no lo supieras. Se lo revele a tus padres el mismo día que se marché, cuando aún dormias, para asegurame de que no escuchabas. También me marché antes de que despertaras.

No se que responder, aquello era demasiado. Me siento de algún modo traicionada. Ansio que no me lo haya contado, pero prefiero la verdad por delante de todo, por muy dura de aceptar que sea esta, por muy cruel que resulte.

-Siento tener que decirte que no podemos seguir viajando en el carruaje, pues ha sido destruido.- dice, inentando cambiar de conversación.- Debemos teletransportarnos hasta la misma escuela.

Le miro sin comprender, entonces, si podíamos ir directamente allí, ¿por qué no lo habíamos hecho hasta ahora? De todas formas, agarro las manos que Julius me tienede justo cuando este empieza a murmurar una palabras que no logro entender. Al instante, una profunda oscuridad nos rodea, convirtendose acto seguído en un cegador brillo. Cuando vuelvo abrir los ojos, ya no estamos en aterrador bosque, si no es una sala muho más confortable.

Preciosas ramas plateadas se extienden desde las parede hasta cubrir el techo, y un impecable suelo de mármol refleja nuestros rostros. No estamos solos en la habitación, una anciana y un joven nos miran, asombrados, tan pálidos que parecen que hayan visto un fantasma (lo cuál no sería muy sorprendente en este mundo). Al parecer Julius debe conocerlos, porque se acerca a ellos y se dispone a aclarar:

-Régulus, Aile, Esta es una de las nuevas alumnas de Elion, Elisa Kuran.

-Llegais muy pronto. ¿Contratiempos, Julius?- pregunta la anciana.

-Así es, no volverá a ocurrir, nos pillaron desprevenidos. ¿Recuerda lo que eran las sombras, profesora?

-¿Con que sombras, eh? Sí, se lo que son, lo leí por alguna parte. - responde pensativa. Se dirije hacia un estante de la pared y coje uno de los libros que reposan en él, el que parece ser el más antiguo y valioso, el que tiene un aspecto más místico.- Riaturas de la noche.- lee como título. Repasa con el dedo el índice del libro.- Sombras, aquí está: se dice de humanos poseidos por la oscuridad. En los primeros días, el humano o humana pierde todos sus recuerdos; después de unos meses, se convierten en etéreos; al transcurso de un año, pierden el alma y obedecen a la persona que les ha condenado, poniéndole de nombre amo. Se conoce como la peor de las maldiciones.

-Vaya que chungo.- comenta Régulus. Aile le lanza una mirada asesina, este se endereza.- ¿esas croaturas fueron vuestros atacantes?

Julius asiente.

-Régulus, por favor, llévate a Elisa y enseñale la escuela, tengo que hablar con Aile.

Pongo lo ojos en blanco, últimamente todos tenían cosas muy importantes de las que hablar, y siempre me excluian de ellas. Régulus me invita a seguirle hasta la que será mi habiatacion durante todo el año, y de ese modo, salimos de la estancia, dejando atrás las dos miradas impacientes.

PANDORA: Valor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora