Skylar
Rayos de sol se colaban en mi cuarto desde la ventana, los miraba fijamente aún pensando en mi sueño, no era la primera vez que soñaba lo mismo, siempre era igual, atravesar espejos, bosques de árboles gigantes, cielos sin estrellas, cuartos con tecnología que no conozco y una voz que parece provenir de la nada, siempre lo mismo.
-¡Skylar! ¡Está listo el desayuno!
-¡Ya voy!
Me levanté y caminé hacia la puerta, estaba sólo a tres pasos de mi cama, tenía un cuarto muy pequeño, y llevaba viviendo aquí aproximadamente un año, un año viviendo peor que si estuviera en la basura. Pero eso está por cambiar.
Bajé las escaleras, el aire estaba cargado de un olor a comida, desayuno, una gran forma de empezar el día. Llegué a la pequeña mesa y me senté, en el lugar de costumbre, y esperé a que la tía Mei se sentara en su lugar.
La tía Mei, ella fue quién quedó a cargo mío después de que ocurriera el incidente que casi acaba con mi vida. No literalmente, pero casi la destruye. Prácticamente mi vida es una cadena de constantes incidentes que sólo joden mi existencia.
Y estoy segura de que todo empezó desde que nací, porque... Ni siquiera estaba planeada, mi aparición fue una gran noticia tanto para mi madre como para toda la familia en año nuevo, y una sorpresa (o más bien, un susto de muerte) para mis padres una noche de Septiembre.
Mis tragedias continúan con hechos mínimos, que terminan en el olvido, como caerse de la bici, romperse el disfraz de Halloween, que me haya caído más de una vez el palo de la piñata en la cabeza, o pasar la Navidad sin luz en más de una ocasión. Pero uno de los hechos que más marcó a mi familia fue la pérdida de mi hermana, Reagan.
No diré cómo la perdimos, no me gusta hablar de ello, en mi mente, hay una regla que me prohíbe el pensar en eso, por lo tanto no lo haré.
Lo que siguió fue la separación de mis padres, desde que perdimos a Riley, las cosas cambiaron drásticamente, y tantos problemas llevaron a mis padres al divorcio. Pero eso no fue lo peor. Mi madre se fue justo después de firmar el divorcio, desapareció sin más, descubrimos después de que se había vuelto a casar y tenía más hijos, todo en cuestión de unos pocos años. Pero, sigue sin ser lo peor. Dado a que mi madre desapareció, me quedé con mi padre, que nunca fue una molestia, siempre amé a mi padre, podía pasar del padre sobreprotector a el hombre más infantil que jamás haya visto. Vivimos en paz por mucho tiempo, sin dar importancia a lo que nos hizo mamá, y todo era perfecto, excepto por una cosa, él era policía. Y esa pequeña cosa, desembocó en lo peor. Mi padre también murió durante un caso de emergencia al que lo llamaron una noche, mi abuela fue ese día a cuidarme mientras él estaba afuera, lo que nunca imaginamos es que jamás volvería. Yo era pequeña, y me quedé dormida escuchando al ruido que me proporcionaba la televisión que había encendido mi abuela desde la sala de afuera, pero a la mañana siguiente, desperté con el ruido de gente hablando y llorando.
Las cosas pasan, y pasaron, terminé con mi tía, mi abuela no tenía la energía ni la edad para cuidar de mí, y a decir verdad nunca me relacioné mucho con la tía Mei ni ella conmigo, pero al ser hermana de mi padre, sintió que era su responsabilidad, y además, no había nadie más que tomara el cargo.
Por lo tanto ha sido más o menos un año de vivir en lo que solía ser la bodega de la casa, que se convirtió en mi diminuta habitación. He aguantado a mi tía gritar por el teléfono todos los días, hay veces en las que despierto y ella está dormida en el sillón rodeada de papeles, y casi nunca está en casa, si no está aquí gritando, está visitando a sus "amigas" o comprando comida o yo que sé qué más salga a hacer.
¿He sentido lástima? ¿La he intentado ayudar? ¡Claro que sí! No soy una descorazonada. Pero el problema no soy yo, es ella. Solía intentar ayudarla, le decía que durmiera temprano, o le ofrecía ayuda cuando tenía mucho trabajo (o sea, casi siempre), intentaba animarla o hacer algo, lo que sea que cruzara por mi mente, pero siempre me ha rechazado, las pocas veces que he intentado entablar una conversación y animarla, sólo pone objeciones a todo lo que diga y termina contestando cualquier cosa antes de irse, así que mejor me rendí.
Pero ahora por fin tengo un poco más de 18 años y terminé otro año de la Universidad, ahorré suficiente dinero, y mas lo que me heredó mi padre, compré una casa nueva en otra cuidad, o sea que, por fin me voy de este lugar.
El plan es simple, apenas empiezan las vacaciones, por lo tanto, tendré tiempo de ajustarme a mi nueva vida y a mi nuevo hogar antes de seguir estudiando en la Universidad que encontré allá.-Sólo diré esto por compromiso-dijo la tía Mei después de sentarse en la silla en frente de mi y frotarse la cara con ambas manos, tenía el cabello en una coleta sucia y enmarañada, traía sus típicas ojeras y maquillaje un poco corrido, era casi su aspecto de siempre-¿Estás segura de tu decisión?
-Sí-contesté sin rodeos y tomé un sorbo de mi tazón de leche.
-Bien, ¿están listas tus cosas?
-Me falta empacar algunas cosas, pero lo haré esta noche.
-¿Esta noche?-preguntó enarcando ligeramente las cejas y abriendo los ojos lo más que su cansancio se lo permitía.
-Sí, dedicaré este día a pasar mis últimos momentos con mis amigos.
Se quedó callada un momento, no supe identificar si estaba procesando la información o quedándose dormida con los ojos abiertos (es aterrador, ya ha pasado antes).
-Claro, entonces... Está bien.-con eso, se levantó de la mesa y se fue, no me fijé a dónde, sólo me dediqué a terminar de tomar mi bebida, sonriendo ligeramente con la taza en mis labios ante el pensamiento de un nuevo comienzo.
°•☆•°•☆•°•☆•°•☆•°•☆•°•☆•°•☆•°•☆•°•☆•°•☆•°•☆•°•☆•°•☆•°•☆•°•☆•°•☆•°•☆•°•☆•°Cuando salí a la calle no sentí frío, generalmente aquí, en Maine, suele hacer mucho frío, pero esta vez a través de las usuales nubes grises, el sol estaba saliendo, el único defecto era el fuerte viento, y fue lo que hizo que ajustara mi chamarra y me cruzara de brazos para intentar evitarlo.
Caminé las conocidas calles, saludando a la gente que estaba afuera temprano, recorriendo las cuadras que me sé de memoria hasta aquel café que tanto nos gusta visitar a mi y a mis amigos, acordamos vernos ahí es día de hoy y luego salir a caminar el resto del día como despedida para mí. Al llegar, todos estaban ahí, en la parte más escondida del local, cuando me acerqué, estaban todos inclinados hacia la mesa, y como si estuvieran ideando un plan secreto, se sujetaban unos a otros pasando sus brazos por los hombros del compañero que tenía cada quien a su lado.
-¿Hola?, chicos... Ya estoy aquí.- dije una vez que estaba lo suficientemente cerca, pero nadie se movió.-¿chavos?
Estaba por levantar los brazos de uno de ellos para ver lo que pasaba cuando repentinamente se levantaron todos al unísono y gritaron variaciones de mi nombre y apodos.
"¡Sky!", "¡Celeste!", "¡Skylie!", "¡Nena!", "¡Skylar!". Al levantarse, revelaron un pequeño pastel en el centro de la mesa, pay de limón, mi favorito, hace años que no como uno.
-Wow, chicos, no se hubieran molestado, se verdad, sólo-
-¡Claro que nos molestamos!, estás por irte de la ciudad, no te veremos en un largo tiempo-me interrumpió Nick, mi mejor amigo.
-Además ya gastamos en eso, ahora trágatelo.-dijo mi amiga, Laurel con una risilla.
Me reí también, esto nunca había pasado en todo el tiempo que he vivido en esta pequeña ciudad, quedé impresionada.-Está bien, muchas gracias a todos.- acto seguido me senté en la silla vacante y empecé a comer pastel al mismo tiempo que escuchaba las historias de mis amigos.-Nueva York sí que es una cuidad grande, ¿no lo crees?
Me volví al escuchar la voz de Nick y me senté en el pasto al momento que él hacía lo mismo.
-Lo es. Pero... Desde que era pequeña mi sueño siempre fue vivir en Nueva York... Riley solía pensar lo mismo...así que, iré allá en nombre de las dos.
-Es una buena decisión, hiciste lo correcto aunque el hecho de empezar una vida desde cero es difícil, ¿sabes?
-Sí, pero lo lograré, lo tengo todo planeado, y me la he pensado muchas veces, es lo que en verdad quiero y es lo mejor.
-Me alegra que pienses así, es mejor que entristecerse y llorar en una esquina, ese es mi Corcel Celeste.-dijo Nick con una sonrisa al tiempo en que estiraba su puño hacia mí para chocar puños.-sólo no nos olvides, ¿quieres?
-No lo haré, mandaré mensajes y llamaré-dije con una sonrisa algo forzada al tiempo que chocábamos puños.
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El Reflejo De Mis Sueños
Подростковая литератураMe detuve en mis pasos, esa voz, tan dulce, tan segura, tan perfecta, esa voz que había escuchado antes se acercaba cada vez más... Entonces recordé. Era la voz que escuchaba en mis sueños. Nico Ya que su mejor amigo, Cameron, trabaja como guardia d...