Amor entre sombras {Detective Conan}

Chicas salvajes

Me maldije en ese maldito instante, la había cagado. Todos tenían sus esperanzas puestas en mi, pero realmente ¿Este era el final?

No lo permitiría.

Shinichi

La podía ver a lo lejos, había disparado y aunque no había acertado, para una persona que le tiene realmente pánico a las armas y que no ha disparado una en su vida debía reconocer que estuvo genial.

Gin había desaparecido, por lo que he de deducir que se ha encargado de él ella misma.

-Kudo-

-¿Qué ocurre Hattori?-

-¿Piensas que Kazuha estará bien?-

-Hattori, le pedí a Ran que la protegiera por encima de todo y si está aquí es porque seguramente Kazuha esté bien-

-Gracias, de verdad Kudo...

Ran

No iba a permitirlo. Solté el arma y puse los brazos en alto para que creyesen que me había rendido, se acercaron ambos lentamente, y cuando estaban lo suficientemente cerca lo aproveché, con un brazo le di en el estómago a Gin que estaba por detrás de mi y a Vodka, que reaccionó rápidamente disparando, esquive la bala y le di un puñetazo en la cara.

Volví a coger el arma y salí corriendo de allí. Las cosas habían salido como pretendía, en seguida fui a por Kazuha y la desaté.

-Kazuha, escúchame atentamente porque no tenemos tiempo, toma una pistola.

-¿Qué?! Ran yo no sé utilizar esto.

-Lo sé, escúchame tan solo tienes que posicionar los dedos de esta manera y apretar el gatillo; Kazuha...Shinichi y Heji están ahí fuera atrapados, los han cogido y somos las únicas que quedamos y las únicas que pueden arreglar ese desastre ahora...

-Está bien, ¡vamos a cargarnos a esos cabrones Ran!

-¡Así me gusta!-

Ambas salieron de nuevo de la mansión, se escondieron rápidamente entre unos árboles y esperaron a que ellos vinieran.

Pasos rápidos se comenzaron a oír, primero salió corriendo Ran a la cual persiguió Gin, luego Kazuha se posicionó justo delante de Vodka apuntándolo con la pistola.

Kazuha

Posiciona dedos, aprieta ligeramente el gatillo....

-¿De verdad creéis que me vais a matar niñatas?-Dijo Vodka con una sonrisa entre medias.

-No pretendo matarte, estúpido, solo pretendo que te pudras entre rejas el resto de tus días.

-¿Ah no? Pues déjame informarte de que es la única salida que tienes, bonita-Finalizó disparándole, bala que Kazuha esquivó.

-Tsk...lo has acabado de arreglar, ahora si que voy a por ti...

Heji

Definitivamente no me esperaba eso, sabía que Kazuha se acabaría cabreando de verdad, pero no me esperaba lo que hizo. Ella jamás ha cogido una pistola y aún así acertó de lleno, le disparó en la pierna y el tipo cayó.

Era realmente buena, valdría para el FBI...

Ran

Decidí que la mejor opción era subir hacia el tejado, se que me seguiría pero no tenía mejor opción, tendría que combinar el combate cuerpo a cuerpo con el arma.

-¿Crees de verdad que vais a ganar?-Rió Gin sacando otro cigarillo.

-No tengo ni idea de lo que pasará a partir de este momento, pero una cosa que tengo clara es que no dejaré que un asesino sanguinario como tú siga matando a gente inocente.

-Ella tenía razón... Eres un ángel... Te tengo muchas ganas ¿sabes? es una pena que esa persona no nos deje mataros...

Esa persona... Ángel... Tenía mil dudas... ¿Cuanta información tenía esa organización realmente de nosotros?

Gin pudo observar desde allí arriba como la chica de cabellos morenos liberaba a esos dos detectives, y como buen francotirador la podría haber matado pero prefirió llevarle a aquellos cuatro niñatos al jefe. Le tiró un dardo tranquilizate a Kazuha, lo que hizo que se alarmara Heji.

-Ahora sí, tres de cuatro, dime niña ¿Qué posibilidades tienes?

-Tsk, te la mostraré.

Con un rodillazo le arrebaté  el arma de las manos y dándole una patada en el cuello le pude debilitar algo. Él era también muy bueno en el combate y no se iba a quedar ahí tumbado evidentemente, respondió con una serie de puñetazos, los cuales esquivé, pero logró que perdiera el equilibrio, lo cual hizo que estuviera a punto de caerme por el tejado.

-¿Ahora que dices?-Dijo riéndose.

Me quedaba la pistola así que respondí apuntándole con ella.

-Vaya...tienes recursos, sin embargo a mi también me queda otra cosa

De repente todo se volvió negro.