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El sonido del motor, el viento y las respiraciones de ambos eran lo único que podían oír en la carretera. Sin embargo, sentían mucho. Más de lo debido. Sus respiraciones comenzaron a coordinarse con la simplicidad que les entregaba la carretera, Beth comenzó a estrechar su cuerpo con cierta ternura al de 810. El motociclista no dudo en reducir la velocidad para estacionarse a un costado del camino, fijó la motocicleta al pequeño camino de tierra contiguo al asfalto y procedió a incrustar sus pies en el suelo, quedando frente a los ojos miel de su acompañante. Procedió a sacarle el casco para liberar la cabellera de Beth, con una suavidad que jamás imaginó que fuera característica de su tacto.

—Debes decírmelo Harold —Murmuró la joven con la mirada fija en la humanidad del chofer, que se empeñaba por sacar su casco.

—Me iré al infierno si sigo en esto —Dijo casi inaudiblemente, pero no lo suficiente para la joven. —Pero tampoco quiero dejarlo, es mi vida—

—Eso quiere decir que... todo es verdad—  La joven quebró su voz al mencionar las últimas tres palabras y buscó la mirada de él.

—No todo, no he violado a nadie —Ofendido quitó su mirada volteándose a ver el paisaje fundido de oscuridad contiguo a la carretera

—Los asesinatos, drogas... ¿Qué hay de eso? —Dijo Elizabeth bajándose de la Harley para posar su pequeña mano en el hombro de Harold cubierto por el cuero.

—Voy camino al infierno en una carretera sin retorno —Suspiró el muchacho posando su mano en la de Elizabeth.

—Necesito la verdad.

—Si sabes la verdad significa que estas dentro... no quiero que estés en esta mierda —Explicó sin valor alguno para voltearse o decirle la verdad a la chica. Harold nunca tuvo más miedo a las consecuencias que podría traer esta declaración, ni siquiera cuando tomó una pistola por primera vez y clavó una bala en el pecho de aquel Bandido. Sintió como la chica retiraba la mano de su hombro, para luego abrazarlo por la espalda.

— Inúndame en el infierno Styles —Susurró Beth en el oído del ángel.

• HAMC • {h.styles}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora