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Llegué a la cafetería, estaban sirviendo frutas, me encantaban las frutas, pero en este momento quería algo más pesado, estaba cansada por el viaje y quería cena, no una merienda, si comía esto, sabría que a media hora me despertaría por hambre, la verdad no era algo raro en mi comer a media noche, pero sabría que aquí no podría comerlo. 
Me tome unas cuantas fresas, kiwis, un trozo de sandia y un poco de mango, el más verde que encontrara, mientras más verde estuviera la fruta más me gustaba. 
Me senté en la última mesa de la cafetería, la que estaba en una esquina, la más cerca del ventanal, el sitio era rustico moderno, todo estaba hecho de madera, asientos e incluso las paredes, eran de maderas, seguro al hacerlas tomaron mucho tiempo, y luego en la pared frente a la puerta estaba esta ventana, que daba una vista pobre al lago. 
Empecé a comer las frutas, estaban frescas y jugosas, incluso el mango, había tomado el más verde pero al parecer era solo de apariencia, pues estaba tan jugoso como las demás frutas. 
《Espero no estar mucho tiempo sola en este campamento》 me dije, tome mi celular y lo apagué, seguro dejar de pensar en las redes sociales durante los próximos dos meses me ayudaran a entender mi gran tristeza de la semana pasada, y por tristeza no me refiero a llorar toda la noche, me refiero a ver películas románticas y llorar con ellas, era la forma en la que me enteraba que estaba triste, se supone que tenía todo en casa, un papa que veía cuando podía y una mama que me compraba todo lo que quisiera, y amigos que decían presente siempre que yo los llamara y sus invitaciones todos los sábados a quedar borrachos como uvas, pero igual eso no quitaba que sintiera que faltaba algo y no se si alguien alguna vez se haya sentido así, pero tampoco quería darle mucha vuelta al asunto 《Empezar un campamento triste, que inteligente Laura》

¿Puedo tomar asiento contigo? - Dijo la chica a mi lado, me espanté al escuchar su voz, era morena, tenía el cabello negro, bastante negro diría yo, era sumamente delgada, ojos marrón claro, llevaba puesto un vestido rojo y unas zapatillas color carne, era linda, justo en ese momento sonrío, dientes perfectamente formados, no cabía duda de que era latina, la forma de su vestido dejaba a la vista su gran figura, buenas curvas y buenas caderas, si la viera en la calle juraría que es modelo. - ¿Están ocupados? - dijo abriendo un poco mas sus ojos color café

- No, no están ocupados, puedes sentarte.

- Me muero del hambre, wow.

- Si, estaba así hace segundos- Dije mientras le sonreía, la verdad es que me llenaba bastante rápido, pero comía tan seguido como la rapidez con la que me llenaba - Que te aproveches.

-Oh disculpa, gracias, igual para ti.  -  dijo mientras masticaba las pocas frutas que se había llevado a la boca minutos antes. - Estas frutas están bastante jugosas, creo que han equivocado las frutas para los jugos con las de comer

- Totalmente de acuerdo contigo - Me reí y seguimos comiendo en silencio.

-Oye ¿Solo comerás eso? - Pregunto la chica que aun no había dicho su nombre.

-Sí, para mí está bien

- Bueno, iré por mas comida ¿Cómo te llamas?

-Laura - contesté - Laura Domínguez - curve un poco mis labios para hacer algo parecido a una sonrisa, pero salió una mueca

-Hola Laura, un placer, mi nombre es Alexandra. ¿En qué cabaña estas?

- La número 5 ¿Y tú?

- La número 8, tres cabañas más lejos, iré por mas fruta ¿Segura que no quieres un poco?

- No está bien, gracias - Se levantó de la mesa, volví a fijar mi vista en el lago del ventanal 《Me gustaría ir a verlo más de cerca》

Alexandra volvió a la mesa y pude percatarme de porque no se había llenado con su anterior plato lleno de futas y es que no comía, tragaba, no sabía porque si comía tanto seguía tan delgada. 
Mientras comía no hablaba para nada, y la verdad tanto silencio me resultaba un poco incomodo así que decidí empezar la conversación esta vez, así que desvié mi mirada hacia mi plato vacio y luego a su cara, al mismo tiempo que le decía:

Fall for the first time Donde viven las historias. Descúbrelo ahora