Capítulo 3 (Parte 2).

1.9K 182 6
                                    

Cap. 3: Un nuevo "visitante" (Parte 2).

Pov. Stiles.

El jueves y viernes Derek ya no fue a mi habitación, en los entrenamientos de la manada quería hablarle pero me ignoraba olímpicamente, me trataba como entes o incluso peor al menos antes si estaba cerca de él no se quejaba tanto, pero ahora, no quiere verme ni en puntura.

Llego el sábado, me la pase un rato con Scotty mi hermano del alma, el sí sabía cómo subirme los ánimos, no tenía ganas de salir de día así que nos quedemos la tarde jugando videojuegos, hasta que se tuvo que ir.

Quede solo en casa mi papá tenia turno doble en la comisaria y Scott se ha ido eso de las seis treinta de la tarde.

Aún seguía en la sala viendo la tele hasta que me aburrí y decidí subir a mi habitación, ya en ella me deje caer en la cama, veo el reloj de mesa y son las siete treinta de la noche, otra vez no vino.

─Maldito Sourwolf─. Me quejo entre dientes.

Ya me había acostumbrado a su presencia, el estar aquí solo no era bonito.

Aunque me cueste admitirlo lo extraño, era agradable estar con él, me encanta ver su sonrisa.

Me mostro una parte de él la cual sí sabía que existía, pero esta, estaba muy en el fondo de su ser, no se lo demostraba a nadie ya que su pasado no es muy bonito que digamos, pero cualquiera comete errores.

Era atento con migo, se preocupaba por mí aunque no lo admitiera, me agrado ese Derek, aunque todavía seguía siendo como antes pero lo demostraba menos.

Me encariñe con él de cierto modo, la forma en que me miraba cada vez que venía a mi cuarto era diferente, había cariño en ella, un brillo esplendido como si estuviera viendo lo más hermoso del mundo.

Pero por favor él es Derek Hale, un hombre que está muy lejos de mi alcance, como pude imaginarme que alguien como él podría fijarse en mí, en el muchacho escuálido, hiperactivo, con la peor verborrea que podía existir y con la peor suerte del mundo.

Me gusta Derek y mucho, me di cuenta a la mitad de la tercer semana que venía a mi casa, antes solo me atraía, no me hacía ilusiones ya que sabía que nada podía pasar, pero ahora que actuaba diferente y en especial con migo, pensé que algo podía cambiar, que algo podía pasar por fin, pero me equivoque, el nunca dejo de ser el mismo.

Me ilusione inútilmente de algo que muy en el fondo de mí, sabía que eso no podía pasar, algo me decía que no todo lo que brilla es oro y el brillo de sus ojos me segó.

Me acurruco más en mi cama enterrando la cabeza en la almohada tratando de dispersar esos pensamientos que solo me causan ese dolor en el pecho.

Volteo a ver otra vez la hora, ocho en punto de la noche, el tiempo se está lleno muy lento.

Veo mi ventana, esta medio abierta, se ve que hay un clima agradable afuera.

Recuerdo que antes de todo esto, antes de todo lo sobre natural, solía ir al bosque de noche a caminar, era agradable y relajante, iba siempre que me sentía mal, comencé adentrarme en el bosque un mes después de la muerte de mi madre.

Eso me ayudo a sobre llevar el perder a la persona más importante en mi vida, la soledad me ayudaba a pensar y reflexionar, el viento y el sonido de las hojas moviéndose con este me relajaban, entraba en una tranquilidad total, lo bueno y extraño fue que nunca me paso nada, me adentraba a él con la más clara inocencia del mundo, desconociendo los riesgos que conllevaban estar ahí a altas horas de noche.

Mi Soul MateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora