hometown

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Es como si hubiesen querido llevarnos a la ruina, matarnos a todos, y celebrar sobre nuestras cenizas. Por eso hicieron aquello en repetidas ocasiones hasta que se cansaron, querían destrozar nuestras esperanzas y ver que realmente estábamos perdidos. Cada bunker estaba equipado con pantallas, que transmitían un programa emitido desde uno en el centro del país, donde unas personas, al parecer muy importantes, hablaban a cerca de como estaban las cosas afuera. Nunca presté mucha atención a estos anuncios, quería mantenerme en mi realidad, en mi fantasía y esas noticias no ayudaban mucho.

Aunque no les prestaba atención escuchaba un poco. Que si cierto país hizo esto o aquello. Al final solo un país quedó en pie después de todo ese desastre, el cual no recuerdo, era tan irrelevante para mí en ese momento y aún lo es ahora, todo lo demás ya no existía. Después se informó que todos los habitantes de aquel país habían muerto, ya que la radiación que se esparció en el mundo a causa de las armas usadas en la guerra, los obligaba a quedarse en ese lugar. Comenzó a haber caos, guerras internas y muchas cosas junto con la falta de alimento, debido a que las tierras se habían vuelto infértiles. Su comida se acabó y se vieron obligados a salir en un intento desesperado por sobrevivir pero terminaron muertos. Con el tiempo la radiación empezó a hacer efecto allí también, así que las pocas personas que se quedaron, murieron de hambre o por la radiación.

Bajo tierra teníamos nuestras propias cosechas y varios árboles para producir oxígeno. Se nos comunicó que el mundo de afuera se había vuelto inhóspito para toda forma de vida debido a la contaminación en el aire. Al pasar el tiempo se nos dijo que los científicos estaban trabajando en una especie de gas que se liberaría en el ambiente para contrarrestar la radiación, se dieron muchas explicaciones a nivel científico de como era exactamente esto y como se quería lograr, sin embargo no preste atención ya que no me interesaban.

Fueron dos años de guerra y después un año intentando crear ese antídoto o lo que fuese para hacer que la radiación de afuera disminuyera, cuando finalmente lograron crearla soltaron litros y litros de ese liquido gaseoso en el aire. Al cabo de otro año se dijo que era seguro salir al exterior ya que los gases habían disipado la radiación, a demás de que los animales y vegetación ya estaban presentes en la gran mayoría de los lugares habitables.

Después de eso empezó la organización, decidiendo a donde iríamos y que haríamos allí. En mi cabeza había muchos pensamientos, pero sobre todo, una gran impresión. Aún no podía creer que volveríamos a salir, la idea me emocionaba, aunque me asustaba un poco todo lo que esto conllevaba. Finalmente terminaron de asignar los puntos de encuentro e instrucciones. Mi corazón latía con fuerza, pues había llegado el momento.

Recuerdo a la perfección aquella luz segadora cuando las puertas se abrieron por primera vez en años. Miraba el horizonte con asombro, aquel paisaje desértico, mientras que algunos autos oxidados podían apreciarse a lo lejos detrás de las mallas que limitaban el terreno. Mi mente vuelve al presente, recordando tantas cosas, las imágenes comienzan a chocar en mi memoria en tantas direcciones que no se a donde mirar. Pero por un momento decido solo mirar al ahora y centrarme en lo que estoy viviendo, así que miro a mi alrededor, estando en lo que era alguna vez un gran puente, junto a mi hermano andando por viejas carreteras y viendo las bellas ruinas de lo que un día era un lugar feliz y próspero. Es ahora que me doy cuenta, que toda mi historia gira en torno a mi camino, y mientras más recorro este, más vive mi mundo... un mundo de recuerdos.

Pase el rato contemplando aquel bello paisaje, pero al pasar el tiempo esas viejas carreteras empiezan a convertirse en viejas calles y ese bello paisaje, en ruinas de lo que un día fueron hogares felices. Habíamos llegado a una especie de ciudad, el entorno me parecía familiar de algún modo pero no sabía el porque. Mi hermano se detuvo frente a las ruinas de lo que parecía una antigua casa, eran casi puros escombros y unas cuantas estructuras de pie.

-¿Porque nos detuvimos en este lugar? -pregunté.

-Tan solo quería explorar un poco, ya sabes, ver algo interesante por aquí o por allá. Deberías acompañarme ¿No crees?

-No lo creo, prefiero esperarte.

-Esta bien, aunque quizá tome un tiempo. Busca algo en que entretenerte mientras tanto.

Habiendo dicho esto se dio la vuelta y se perdió entre las ruinas. Me quedé allí un rato, pensando en que de interesante podría tener un lugar como este. Aunque no niego que si me interesaba echar un vistazo, ya que de niño siempre me encantó explorar y eso no ha cambiado, pues gran parte de mi vida me fue arrebatada y mis ganas de ver el mundo se hicieron aun mas grandes. Deje de pensar en eso un momento y me puse a contemplar el paisaje, era un día levemente nublado y el viento soplaba con fuerza lo cual hacia del fuerte calor menos sofocante. Había una paz en el ambiente que no podía describir muy bien, una sensación de tranquilidad invadía mi cuerpo. Hace mucho que no me sentía tan libre, aquellos años en el búnker me habían quitado muchas sensaciones y me habían privado de algunas emociones, habían arrebatado de mi parte de las cosas que me hacían humano, de mi vida y de mis recuerdos, pero creo que al salir, cada vez que el viento rozaba mi rostro, cada vez que contemplaba el horizonte, mis memorias ocultas volvían, permitiéndome echar un vistazo al pasado, cuando aún era niño y paseaba por el parque con inocencia. Mientras más miraba este mundo más recordaba de el, es extraño, como si fuera nuevo para mi, pero cuanto más lo miro más me doy cuenta de que en realidad ya formaba parte de mi vida. Lance un gran suspiro al aire, mi hermano tardaba demasiado así que decidí ir a mirar un rato, tal vez después de todo finalmente sepa porque este lugar me resultaba tan familiar.

Después Del Fin: Un Mundo De Recuerdos (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora