Capitulo 5: Frente al mar

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Ya era de mañana. El sol se apoderó del espacio que había en mi habitación. Desperté. El calor del sol se sentía muy bien. Fui a cepillar mis dientes, luego bajé.

Mamá estaba preparando desayuno, era increíble, a mis 18 aún me lo preparaba. Estaba haciendo Pancakes. Estaba muy concentrada.

- Buenos días, mamá.

- Buenos días cariño. ¿Cómo amaneciste?

Quería decirle que perfecta. Perfecta por que la noche anterior me divertí tanto con un chico increíble. Perfecta por que había visto un chico una noche sobre en lago congelado y al poco tiempo lo conocí y era increíble. Perfecta por que cuando desperté me di cuenta que no había sido un sueño, y viví esa extraordinaria realidad.

- Bien. - le contesté mientras la abrazaba.

- ¿Dónde estabas anoche? Te vi subir a tu habitación con un vestido nuevo.

- Ah... Es que estaba en el cine con Vico y otras amigas. Lo compré ayer, en el centro comercial.

- Te queda hermoso. Bueno, me alegra que te diviertas con tus amigas. Aquí tienes tu desayuno.

No quería mentirle a ella. No me gustaba hacerlo. Pero tampoco le contaría sobre Diego. Al menos no ahora. Tenía que conocerlo más, y estar segura. No quería que ella me viera fallar con un chico.

- Gracias ma.

Luego papá bajo a la cocina también.

- Cómo están las mujeres de mi vida? - preguntó papá.

- Bien. - mamá y yo dijimos a la vez mientras sonreíamos.

Bueno, papá también desayuno. Él nunca me preguntaba sobre lo que hacía. El confiaba en mí, al igual que mamá. Siempre me decía que me cuidara, y que si necesitaba algo no dudará en llamarlo. Era un excelente padre. Es el hombre que más amo.

No tenía idea de lo que yo haría ese día. Lo más seguro pasaba allí el día completo ayudando a mamá, y en mi habitación leyendo. A menos que, apareciera Vico, como la mayoría de las veces. No tenía nada que hacer. Y , tampoco quería ir a la biblioteca. Y hablando de Diego, no tenía idea de como encontrarlo. Además, yo ya lo había dicho, si él me quería ver, ya sabía donde encontrarme.

Tenía ganas de estar con Vico. Y cuando quería tanto verla, no llegaba como otras veces. Pero Vico podía llegar en cualquier momento que quisiera. Era bienvenida siempre. Mi mamá la conocía, mi papá también, y crecí con ella. Así que mi casa es su casa. Le envié un mensaje a Vico.

Yo: - Hey! Dónde estás niña?

Vico: Estoy en casa. Invadida por el aburrimiento.

Yo: Ven a casa. Quédate aquí.

Vico: Vale. Ya mismo voy. Tengo cosas que contarte. ;)

Ella era una chica interesante. Tenía varios chicos tras ella. Siempre hacía lo mismo con todos, nunca se metía con ellos, pero si jugaba con ellos. Hacía que enloquecieran, sin siquiera coquetearles. Y luego, siempre los dejaba así. Nunca les hacía caso . Incluso aveces se aburría tanto que hablaba con algún chico para hacerlo ilusionarse y luego reírse conmigo. Pero lo bueno, era que nunca se metía con alguno. No era una cualquiera. Con tantos chicos tras ella, nunca quizo hablar bien con alguno. Decía que para ella llegaría uno diferente a todos. Yo lo creía también.

Vico entró a mi habitación. Me preguntaba que era lo que ella iba a contarme. Se sentó frente a mí en mi cama.

- ¿Qué es lo que me tienes que contar?- le pregunté.

 Maldita PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora