Lost memories...Found.|Book #2|.

Capítulo: 9 |Me encariñe.|

Hoodie me volvió a llevar al techo una noche más y me volvió a comentar lo de la vez pasada. Respondí lo mismo.

—No digas nada. —me dice él.

Me mira y se quita el pasamontañas.

Detallo su rostro que gracias a la luna, que brilla con tanta intensidad puedo ver su rostro.

Sus ojos brillantes celestes, su cabello azabache y su piel pálida.

—Sólo miremos las estrellas. —Me dedica una bella sonrisa.

Miro al cielo, él cual esta estrellado con una hermosa luna creciente.

»Carrie, ¿por qué me siento de está manera cuando estoy junto a hoodie?«

—____, eso es amor. —contesta Carrie con un tono enternecedor.

»¿Amor?«

Miro a Hoodie. Sonrió sin pensar y él me mira y se sonroja un poco.

Tirite un poco. Tenia frío.

—Oh, espera. —Se levanta, y vuelve a entrar a la casa.

Suspiro.

Después de unos segundo sale con una manta en manos.

—Ven aquí. —Se sienta a un lado de la ventana que recién uso para entrar a la casa.

Me levantó y voy a hacia él.

Al ya estar a su lado, me dice que me siente junto a él y acto seguido nos cubre con la manta.

—Gracias. —digo.

Hoodie me mira atento.

—¿Cuál de todas esas estrellas te gusta más? —curiosea.

No entendí muy bien la razón de su pregunta, pero aún así respondí sin tituviar.

—Esas. —Apunte a dos estrellas que estaban un poco juntas.

—¿Por qué?

—Me recuerdan a una película de mi infancia. —me rió de mi misma al darme cuenta de lo tonto que sonó eso—. Tonto, ¿verdad?

Él me mira y niega.

—Me parece muy adorable. Un poco infantil, pero adorable.

Mis mejillas ardieron levemente.

—¿Y--y cuál es la tu--tuya? —Pregunto algo nerviosa.

Me mira y sonríe.

—Tú.

Le miro sorprendida y me sonrojo aún más.

Hoodie me sonríe de manera tierna y me rodea con su brazo, acercando más nuestros cuerpos.

Deje reposar mi cabeza en su hombro.

{...}

Una luz me comenzó me a molestar y lentamente abrí los ojos.

Era la luz del sol.

»¿Cuándo me quede dormida?«

Miré a mi lado y allí estaba Hoodie observándome.

—Buen día.

-Buenos días. —Le contesto sonriendo.

—Ven, vamos a comer.

Asiento y me levanto. Entramos por la ventana queda a su habitación.

Salimos por la puerta de su habitación. Y bajamos al comedor.