Estuve investigando, pensando, reflexionando, escribiendo datos, conclusiones y hasta buscando información de posibles asesinatos en aquel bosque. Todo con tal de saber que era aquello. Terminé rendida en la cama a las once y media de la noche. Mi cerebro no daba más, y mis ganas de seguir despierta menos.
Al otro día me levanté, me di una ducha para luego secar mi cuerpo y cabello, vestirme, hacerme una trenza y bajar a desayunar.
--Buenos días--dije con algo de sueño todavía.
--Querrás decir buenas tardes--me corrigió mi padre desde el sofá. Estaba haciendo zapping, se ve que no encontraba nada entretenido.
--¿Eh?--estaba confundida.
--Son las dos de la tarde. Vaya que has dormido bien, eh--rió--. La nueva Bella Durmiente de la casa-- dijo y sonrió sin dejar de ver el televisor.
--¿Y tú qué haces aquí?
--¿No te alegras de ver a tu padre?--dijo chistoso--. Tengo el día libre--contestó por fin.
--Ah, vale--fue lo único que se me ocurrió decir--. Pues ¿Hay algo para comer?--dije cambiando de tema para que no hubiera silencios incómodos.
--Tu madre ha dejado pasta en el refrigerador. Se ha ido con tu hermano a la secundaria, tenía una exposición y ella no dudó en asistir. Tenían que hacer algo relacionado con un libro llamado... emm... algo de unas cumbres--reímos.
--Querrás decir cumbres borrocosas.
--Eso.
Fui hasta la cocina para abrir el refrigerador y sacar aquel plato tapado que contenía mi comida favorita. Le quité la tapa y lo calenté en el microondas.
--Tu madre no te ha despertado porque se notaba que no tenías intenciones de levantarte, dijo que tenías una cara que transmitía calma y paz. Te quería llevar a la exposición, pero prefirió dejarte haciendo de vaga--rió. Me sumé y reí con él. Mi comida terminó de calentarse y la saqué para luego dejarla en la mesa que había en el comedor. Fui por un vaso y una botella de agua mientras continuaba con la conversación.
--De todos modos, espero que le haya ido bien--dejé el vaso y la botella en la mesa. Ahora hice el mismo recorrido solo que con los cubiertos.
--También quería hablar sobre lo que pasó ayer--me detuve en la mitad del camino hacia la mesa--. Ella dijo que te vio con cara algo rara, como si hubieses visto un espíritu o algo así--<<al menos se ha tragado la mentira>> pensé--. Para tu información, no se ha tragado tu mentira--hablé muy pronto.
--E-Emmm... bueno, respecto a eso...--no pude terminar ya que me interrumpió.
--Hablamos luego del tema, quiero que ella este presente--asentí pasando saliva algo nerviosa.
¿Ahora qué les iba a decir?
Se hicieron las cuatro y cuarto de la tarde, faltaba menos de una hora para que mi madre y mi hermano llegaran, eso significaba que faltaba cada vez menos para la reunión. Todavía no sabía que iba a decir. "La verdad es que estaba en el bosque, entonces me detuve en un lugar y se escuchaban pasos y ruidos, me cagué de miedo y llegué corriendo a casa. Había alguien, LO JURO". Sin duda, esa escusa estaba descartada desde un principio. Hasta que se me ocurrió algo: escapar.
En menos de diez minutos ya tenía mi plan de escape. Pero no iba a ir a cualquier sitio, volvería al bosque. Sí, resolveré todo esto cueste lo que cueste e iré allí las veces que sean necesarias. No me importa comerme la cabeza para descifrarlo. No me daré por vencida, no todavía.
Capítulo 2: Finalizado.
Capítulo 3: Próximamente.
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El Chico Del Bosque
ParanormalYo solo caminaba en aquel bosque todos los días... ...hasta que me crucé con él. Un encuentro inesperado. Sucesos inesperados. Muertes inesperadas. Cambios inesperados. Todo por su culpa.