--¡Recuerda venir--
-Antes de las siete en punto--la interrumpí completando la frase--¡No me olvido! ¡Adiós!--cerré la puerta y caminé rumbo al bosque.
Todos los fines de semana eran así: Yo iba al bosque a las cinco y media y regresaba antes de las siete. Ya se me había hecho un hobby, y ahora puedo ir más seguido ya que son vacaciones y no tengo que trabajar.
El Sol todavía no se había escondido del todo, seguía brillando aunque quedara poco para el atardecer. En un abrir y cerrar de ojos ya había llegado a destino y el reloj marcaba las seis menos cuarto. Me adentré en aquel lugar repleto de árboles bastante altos e inhalé el aire puro que había en el ambiente para luego soltarlo en un suspiro. Saqué mi teléfono móvil del bolsillo de mis jeans para poner algo de música y alegrar un poco el momento. Comencé a tararear la canción a la vez que caminaba cada vez más adentro, cada vez que se hacía más oscuro el lugar. Pasaron cerca de treinta y cinco minutos y pude visualizar una piedra. Me senté en ella y seguía escuchando música, solo que sin auriculares.
Hasta que escuché un ruido.
Volteé rápidamente en dirección a donde había ocurrido el ruido pero sólo pude ver unas pocas ramas moviéndose, nada fuera de lo común. Paré la música pero luego pensé que solo sería el viento, entonces la música se volvió a escuchar.
Pero otra vez pasó. Se escuchó otro ruido.
Soló que esta vez... eran pasos. Pasos acelerados.
Era alguien. Estaba segura.
--¿Hola?--dije algo nerviosa a la vez que me ponía de pie--¿Te has perdido? Si quieres puedo--
Me interrumpió otro ruido más. Y otro.
--O-Oye, verás--el miedo comenzaba a invadirme.
Pasos acelerados de nuevo.
--N-No me gustan las bromas. E-Estoy hablando en serio.
Esos pasos, ese alguien corriendo, estaba cada vez más cerca. Podía sentirlo y escucharlo. Hasta que no pude más y salí corriendo.
Sí, así es, soy una cobarde.
Apenas visualicé mi casa corrí como si no hubiese un mañana hasta llegar y cerrar de un portazo.
--¡Bienvenida! Has llegado más temprano de lo nor-- ¿POR QUÉ TIENES ESA CARA? ¿HA PASADO ALGO?--dijo completamente preocupada.
--¿E-Eh? N-No... estoy bien, tranquila--le regalé una sonrisa falsa--. Sólo que un amigo me asustó y pensé que era un ladrón. Entonces corrí y antes de llegar a casa me mandó un mensaje diciendo que era él y que todo había sido una broma. Entonces quedé medio en shock, sólo eso.
--Si tu dices...--ella no sabía si creerme o no, pero al final se lo tragó y cambió de tema--. Tu hermano me preguntó si teníamos el libro cumbres borrocosas ya que lo necesitaba para la secundaria. Le he dicho que sí y le he dado el tuyo ¿Te molesta?
--No, claro que no--dije ya un poco más recuperada de aquello que había pasado. Pero no por eso no iba a investigar y sacar conclusiones y dudas sobre lo sucedido.
Terminamos comiendo a las nueve (todos menos mi padre que llegaba de trabajar a las diez. Sí, el seguía trabajando. Pero es solo porque el tiene vacaciones en otro momento del año y las suyas son más largas).
--Gracias por ayudarme a levantar las cosas de las mesas, cariño--me regaló una de sus hermosas sonrisas que tranquilizaban a cualquiera--. A las diez y media más o menos, nos vamos a dormir todos.
--Claro. Yo me voy a leer el libro que me han regalado. En serio, no se hubieran molestado--dije amablemente y la abracé.
Ellos me habían comprado La Pirámide Roja, un libro que siempre había querido desde que supe de su existencia y sus buenas críticas. Me lo habían regalado por mi cumpleaños, que fue el 16 de agosto, caía jueves. Ya era domingo. Parece que pasaron eternidades en vez de días.
--Ay hija, te lo mereces--deshizo el abrazo--. Cada vez que recuerdo que tienes veintidós pienso que te estás volviendo vieja como yo--rió--el tiempo pasa volando...
--La verdad que sí--suspiré--en fin, si me buscas recuerda que estoy en mi cuarto.
--Por supuesto.
Ya dentro, cerré la puerta de mi habitación y mi tiré sobre la cama boca arriba.
¿Qué había pasado en el bosque? ¿Era una persona o un animal? ¿Por qué corría aquel ser vivo? ¿Por qué en mi dirección?
--Demasiadas preguntas para responder sin información--Suspiré--. A ver, poco a poco-- me puse de pie y pude visualizar un anotador--. Necesito esto--lo tomé entre mis manos--y esto--también tome un lápiz--. Manos a la obra.
Y fui, poco a poco, anotando información y conclusiones que posiblemente sean ciertas.
Averiguaré qué o quién era, no me importa tener que volver a aquel lugar que se había convertido en un infierno.
Capítulo 1: Finalizado.
Capítulo 2: Finalizado también.
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El Chico Del Bosque
ParanormalYo solo caminaba en aquel bosque todos los días... ...hasta que me crucé con él. Un encuentro inesperado. Sucesos inesperados. Muertes inesperadas. Cambios inesperados. Todo por su culpa.