7. ⅂IƎS

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Despertó en su cuarto. Le resultaba extraño dormir en su casa.

En su cama, que era la misma desde que tenía memoria, habían dos personas. Él y ese chico que la noche anterior le había dado felicidad. Y que ahora, durmiendo a su lado, continuaba dándosela.

Desde que lo conoció se preguntó, ¿Quién es realmente PJ? ¿Y por qué tenía tanto control sobre él?

¿Por qué con solo mirarlo su corazón se aceleraba de esa forma? ¿Por qué su simple tacto lo volvía completamente loco? ¿Por qué últimamente no podía vivir sin verlo? ¿Por qué sentía que no podría vivir sin él?

Hoseok siempre pensó que en su vida lo más viable era ser completamente independiente de todo. La necesidad hace a las personas débiles, y Hoseok no podía permitirse ser débil.

No había algo más estúpido que depender de una persona...

... Y él había cometido el error más estúpido para depender de esa persona.

Enamorarse.

—¿Cómo dormiste, muñeco? —preguntó PJ estirándose en la cama con una sonrisa.

Hoseok no pudo evitar sonreír ante la pregunta. Le gustaba saber que PJ se preocupaba por él.

—Bien... Aunque me hubiese gustado dormir un poco más —respondió Hoseok.

—Sabes que no se puede. A mí también me gustaría continuar haciendo muchas cosas... —dijo y se levantó de la cama—. Tenemos algo de tiempo, ¿Quieres que te haga el desayuno?

Esa pregunta lo había tomado desprevenido.

Últimamente PJ estaba siendo demasiado detallista con él, comenzaba a preguntarse si el joven sentía lo mismo.

Y la simple idea de ser correspondido no podía hacerlo más feliz...

—Está bien, pero... ¿Podrías soltarme? —preguntó levantando las manos y moviendo las esposas que lo tenían aprisionado.

PJ soltó una ligera carcajada, de esas que Hoseok amaba y odiaba a la vez, porque por lo general significaban una respuesta negativa.

—Tu madre aún no vino, bebé... Sabes cuál era el trato.

Hoseok asintió y se sentó en la cama descubriendo su pálida piel con varios hematomas a la vista. Quizás esa noche su papi se había sobrepasado un poco.

Tenía algunas marcas de dientes que de sólo recordarlas lo excitaba. A los ojos de Hoseok, PJ era la persona más considerada del mundo, incluso se encargaba de curar aquellas heridas que sangraban, ¿Acaso no era evidente lo mucho que lo quería?

Ya no era necesario que le  diera droga a cambio de su cuerpo para que PJ lo hiciera feliz, ahora podía hacerlo feliz de otras formas...

Sabía que, aunque no lo dijera, PJ lo quería mucho y también estaba enamorado de él, sino, ¿Por qué hacía todo esto? ¿Por qué una persona a la que no le interesa nadie se esmeraba en hacerlo feliz si no era por amor?

—Muñeco, ¿Puedes acercarte un segundo?

Hoseok no respondió, simplemente lo ignoró.

Conocía muy bien a PJ, sabía que eso le molestaba, por eso lo hacía. Quería que su papi le prestara atención, quería sentirse amado, y al igual que los niños pequeños su forma de llamar la atención era comportarse mal.

—Bastardo imbécil... ¿¡Qué te dije sobre no responderme!? ¡Voy a irme para siempre y vas a quedarte solo por el resto de tu vida!

Al instante se volteó a mirarlo. Se veía que estaba enojado, enojado de verdad.

—¡N-No! ¡Lo siento! —exclamó acercándose rápidamente.

Sabía cómo jugar con su mente...

PJ lo miró con desprecio y formó una cínica sonrisa que lejos de hacerlo sentir feliz, lo asustaba.

Hoseok amaba ser castigado por PJ, amaba que éste le demostrara mediante su trato cuánto le importaba... Pero si el castigo era no volver a verlo, entonces debía comportarse bien, aunque ese no fuera su estilo.

En menos de dos minutos Hoseok se encontraba metiendo su mano entre los pantalones de su papi mientras lo besaba apasionadamente. Esa era su forma de remediar la situación.

Pronto la puerta del pequeño apartamento que compartía con su madre se abrió dejando entrar a una figura femenina.

.

—¿Seguro que no quieres tomar nada, Jimin? —preguntó la mujer sonriendo.

Hoseok no era estúpido, notaba la incomodidad de su madre al platicar con PJ.

—No, gracias señora Jung. Yo debo retirarme, ha sido un gusto conocerla —dijo PJ o... Park Jimin, como se había presentado a la madre de Hoseok.

—¿Ya... Te vas? ¿Tan pronto?

—Así es, mi madre está por llegar a mi casa y yo debo estar ahí para recibirla.

—Oh, bueno... Espero que puedas regresar pronto.  —dijo la mujer mirando atentamente el suelo.

—Fue realmente un gusto conocerla. También espero regresar pronto —respondió PJ sonriendo.

Era increíble como engañaban las apariencias. No podía creer que la persona que ahora estaba frente a su madre siendo "una buena influencia", era el mismo que le obligaba a chupársela en baños públicos o que le daba droga para que lo follara.

Si no conociera la verdadera faceta de PJ, incluso se creería ese personaje de Jimin.

—Acompáñalo a su casa, Hoseok —inquirió su madre.

Hoseok tragó saliva y miró a PJ quien lo miraba devuelta con una expresión seria.

—¿Vienes conigo, muñeco? —dijo en voz baja sonriendo.

Estaba nervioso... Conocía a PJ hace poco más de tres meses y sabía que su objetivo en la vida era hacerle las cosas difíciles. No iba a caer en su trampa... Otra vez.

—Ve con él, hijo —insistió su madre.

Él negó y caminó hasta la puerta del apartamento.

—Lo siento, tengo cosas que hacer.

Ese comentario no pareció gustarle a su papi... Y tampoco a su madre, que por alguna razón estaba empeñada en sacarlo de la casa a toda costa.

—Está bien, Hobi. Yo sólo me iré... Solo —dijo Jimin agachando la cabeza.

Su madre le lanzó una mirada furtiva de enojo. Si tan sólo supiera cuáles eran las verdaderas intenciones de Jimin...

¡No podía creer lo manipulador que era ese tipo!

Pero por eso lo amaba...

Y aunque ese día no lo acompañó a su casa y se salvó de la furia de PJ, a la semana siguiente no pudo escapar del castigo por no ser consciente de la hora...

Daddy {Hopemin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora