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No podías estar seguro con ella.

Siempre sonreía.

Lo hacía de una manera dulce

Y el mundo pensaba que ella era dulce.

Arabella mentía.

Siempre sonreía.

Nunca se quitaba las pulseras.

¿Por qué te gusto, profesor? 

Preguntó lentamente, 

Posando sus labios sobre los míos.

No me gustas.

Seguí besándola, sin poder evitarlo.

Sabía que era un error.

Esto, ella, yo, nosotros

Éramos un error.

Eso no fue lo que me dijiste

El día que me olvidaron en el colegio. 

La madre de Arabella

Siempre se olvida de pasar a recogerla.

El padre de Arabella

había muerto un año atrás.

Le sonreí, sentándome a su lado. 

Nos recostamos en el suelo húmedo.

Los chicos apenas se habían percatado

de la ausencia de dos personas en el campamento.

El bosque estaba dormido.

Y pronto ella también lo estuvo. 

¿Por qué me gustabas, Arabella?

ArabellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora