#3 Alejandro

16 1 1
                                    

*Llamada Telefónica*
-¿Hola? - Dijo la voz que había anhelado escuchar durante toda la semana.
-Alexis ¿Como estas?
-¿Quien habla? - Preguntó ella.
-El chico más guapo que te has topado.
-¿Alejandro? - Okay, fue un golpe muy bajo. Quizá sea su novio o algo así como su amor platónico. Quien sabe lo que hay en la cabeza de esa chica.
-Mucho mejor que ese sujeto. - Dije arrogante.
-Lo dudo mucho, nadie es más sexy que él. - Insistió en lastimar a mi ego.
-Hieres mi ego, niña.
-Genial, he cumplido mi objetivo en la vida. - Bromeó cruelmente.
-Ya puedes morir en paz.
-¿Que quieres, Jordan?
-Sólo quería saber como estabas.
-Estoy en pijama, gracias por el interés.
-No quería saber eso.
-Te contradices ¿Ves?
-¿Quieres salir esta tarde?
-Tengo novio.
-Tranquila, enana, no eres mi tipo. - Y no mentí. De hecho, ella no era el tipo de chica que me gustaba. Más sin embargo había algo en ella que me encantaba. Vale, lo admito, ella tenía razón. Estaba contradiciendome.
-Claro, pasas por mi en 20. *
Alexis colgó. Suspiré hondo y me encamine a su casa, joder, que moría por verla otra vez. Pero no. Ella no me gustaba. ¿Como podría gustarme una chica tan problemática? Una chica con miles de historias que contar, y dichosa la persona que la escuchara hablar y perderse en esos ojos bonitos. Pero no. Definitivamente ella no me gustaba. Pero tenía ganas de verla, quería ver su cabello rebelde, sus ojos fríos y salvajes, sus labios delgados y preciosos. Tenía ganas de ver a la chica más guapa que se había cruzado en mi vida.
Toque el timbre de su casa.
-Esta abierto, entra - Gritó desde adentro. Nervioso y emocionado, entre en la casa de Alexis. Era una casa bonita, tenía un enorme jardín. Y me maravillaba la idea de que esta chica disfrutara de el enorme espacio.
-Hola, Jordan. - Dijo detrás de mi. Me volví para ver a la chica guapa con los labios rojos, el cabello rebelde suelto liso y brillante, las pestañas enormes y los jeans ajustados de aquella noche. Pero en vez de eso, me topé con una coleta de caballo alta, los labios sin tono alguno, las pestañas caídas y la mirada distraída, una playera gigante que probablemente era de su padre, la playera daba majestuosamente a su rodilla. Joder. Era tan poco atractiva, pero su belleza era enorme. Ella era guapa a su manera, esta chica era guapa aún sin todo ese rollo del maquillaje. Esta chica era guapa, por ella misma, por su forma de ser.
-Lindo atuendo. - Fingi burlandome. Mentí. Por que ella se veía terriblemente guapa.
-No es como si me fuera a arreglar para ti. - Dijo tranquilamente. - No me importa impresionarte.
-Si. Lo he notado. Te ves horrible. - Mentí.
-Gracias. - Sonrió. - Vamos a ver películas de terror. - Dijo caminando hacia adentro.
Joder. Si estuviera con otra chica, sabría que "ver películas" significaba sexo duro. Pero claramente, ella no quería sexo. Quizá nunca había tenido sexo. Quien sabe, tiene un buen trasero y una silueta delicada... pero, ella no parece la clase de chica que se abre de piernas ante un idiota sexy como yo.
-¿Que pelis vamos a ver?
-Vamos a ver "50 sombras de Grey"
-¿Que? -
-Venga, sólo bromeo. No me gustan las películas sexosas, tontas, cursis y con finales cursis.
-Uhm... Ya veo que eres rara.
-Soy el puro acero, chico. Yo no veo esas cosas.
-Das la finta que eres más varonil que yo.
-Si, no lo dudo. - Afirmó.
Y si te soy honesto, amaba sus malos chistes. De pronto, Alex tropezó, y su encantador trasero iba directo al suelo intente detener su caída, sujetando por detrás su delicada espalda, su cintura perfecta, la tomé fuerte, con ambas manos, fue uno de los mejores y más excitantes momentos de mi vida, el sentirla tan cerca y su trasero muy cerca de mi miembro, y la imagine de todas las formas posibles en mi cama, o en cualquier lugar.
-Deja de pensar cosas sucias. Intento escribir un mensaje. - Dijo ella retomando la compostura.
-¿Cosas sucias? - Pregunté inocente.
-Da igual. Ahora callate y déjame enviar este mensaje.
-¿Estas hablando con tu novio?
-No. Bueno, si. Algo así. - Suspiró.
-Oh, genial, gracias por sacarme de la duda.
-Se llama Alejandro, no es mi novio. Pero es como si lo fuera, mantenemos una "relacion a distancia". Como he dicho, no es mi novio, pero me ama como si lo fuera, estamos demasiado enamorados como para darnos cuenta que lo nuestro es casi imposible y que quizá jamás nos conoceremos, pero vivimos con esa pequeña esperanza de que algún día nos veremos.
-Bueno, eso suena bastante complicado. ¿Como sabes que realmente sólo esta interesado en ti? ¿Y si esta con alguien más? ¿Y si sólo esta jugando contigo?
-Alejandro es diferente. - Dijo firme. - Alejandro me ama.
-Quizá sólo sean palabras. - Dije con toda la sinceridad del mundo. - Jamás lo has visto. No puedes saber si él te ama también.
-Me ama. - Afirmó.
-¿Que edad tiene?
-23 - Dijo ¿Apenada? ¿Incómoda? ¿Nerviosa? ¡Quien sabe que carajos  hay en su cabeza!
-¿Y tu?
-17- Dijo toda roja.
-Vaya, al anciano le gusta lo difícil.
-No es un anciano.
-Bueno... Tu situación si parece un poco complicada.
-Ya lo sé. Pero no quiero rendirme. En serio lo quiero. - Susurró con la mirada más dulce y honesta de todo el mundo. Y por un momento deseé ser ese idiota afortunado para que esta chica, lo diera todo por mi.
-Bueno, todo es posible en este mundo, estoy seguro que algún día se verán.
-Quiero pensar que si.
-¿Y como es que te puede gustar?
-No lo sé. Quiero decir, amo muchas cosas en él, su inteligencia, su sentido del humor y su forma de ser, claro que su físico me ha importado, pero me llama más ma atención su forma de ser... él es... extraordinario. Jamss podría acabar de describir a ese chico, por que esta lleno de cosas fabulosas. - Si, no lo voy a negar, sentí celos. Pero me encantaba ver el brillo en esos ojos adorables.
-Me alegro mucho - Sonreí.
-¿Y tu estas con alguien?
-Si. - Sonreí. - Es preciosa. Y que curvas, su textura... Joder... amo a mi Fender. - Ella estalló en risas.
-Eres un baboso.
-Soy muy sexy.
-Un baboso, más que nada. - Dijo a risas.
-Hieres mi ego.
-Eres un ególatra baboso.
-Y tu eres una enana muy hiriente
-¡Eso sí dio en mi corazón! ¿Que tienes contra mi estatura?
-Uhm- Me puse nervioso. -Nada...
-Ya... Relájate, sólo bromeaba. - Dijo la chica.
-Me asustas. - Dije nervioso.
-Me agradas - Dijo sonriendo. Y era la sonrisa más bonita de todo el mundo.

Mejor AmigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora