Nadie a excepción de Law, sabía que era lo que realmente le pasaba a Sanji.
Y ser el único en saberlo significaba tener en su espalda un peso tan grande.
Por que el conocía de donde provenía su dolor, y aún así, no podía hacer nada.
¿Cuánta impotencia sentirías al ver sufrir a la persona que amas por alguien más?
Saber que se aleja y no poder deternerlo.Él, todos los días, sufría por eso.
Y cuando se enteró de que Sanji iría a Tokyo para estudiar gastronomía supo que lo amaba tanto y que no podía verlo alejarse.
Así que él también aspiro a la misma universidad que él.
No podría dejarlo ir sin antes mostrar lo que estaba dispuesto a ofrecerle.
Eran envidiosos sus pensamientos, pero como dicen, el amor es envidia, narcisismo, porque sólo pensamos en uno mismo.
Law también se alejó de todos.
A él no le importaba el hecho de alejar a todos, porque para él, ellos no importaban.
A la única persona que quería en su futuro era a Sanji, a su lado.Parecería algo enfermizo, pero no.
Parecería algo loco, pero no.Law jamás sintió "empatia" por alguien más, solo por ese rubio.
Y supongo que ese fue su problema, el no saber querer a los demás.
Los meses pasaron y se enteró de que el rubio había sido seleccionado por la académica de gastronomía a la que aspiraba.
Se alegro por él y lo felicito.
Pero esa felicidad no duró poco porque con los resultados de él, sabía que los suyos no tardarían en llegar.
Su mundo cayó en pedazos cuando él no había sido seleccionado.
Sanji se iría sin él.
En su futuro... Sanji no estaba.
No hasta ahora.
Todos esos años, todas esas noches, todas esas horas...
No habían sido en vano.
Todo aquel dolor y lágrimas habían válido la pena.
No se arrepentia de haber amado a Zoro con toda el alma, sin embargo, de lo único que si se lamentaba hasta ahora había sido el hecho de rogar por migajas de un amor no correspondido.
De pedir algo que jamás podría tener, de esperar... algo que jamás iba a llegar.Dicen que el tiempo lo cura todo, que él se encarga de reparar un corazón roto.
Pero no es así.
Están muy equivocados.
Hay dos cosas que hasta ahora Sanji no había comprendido; la primera, que el olvido no existe, pues tratar de enterrar recuerdos no funciona, ellos, por muy cruel y molesto que suene, estarán ahí. Los recuerdos no se olvidan, los sucesos, los actos, las palabras y las desgracias así como la euforia y la alegría, son guardadas en lo más profundo de ti. Siempre estarán ahí, escondidas, listas para atormentarte en cualquier momento. Sólo esperando un desliz tuyo para atacarte.
Sólo si no sabes superarlo....
Y la segunda, la que siempre estuvo delante de él pero simplemente la ignoraba como al viento,era que el tiempo no cura nada.
El tiempo sólo es eso, tiempo. No un analgésico, un apoyo o un medicamento. No. El tiempo sólo sigue.
El corazón se encarga de todo.