¿Practicar? Nacimos listos.

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—Ya despierta, en serio muero de hambre —murmuró la aqua moviendo de manera continua y molesta a su hermana.

—Te he dicho que no me importa —la castaña lanzó una de las almohadas a su hermana y se volteó para continuar con su sueño.

—Ugh, bien, iré sola —Jessica chequeó la hora en su celular y le marcó a sus padres mientras se apresuraba a ponerse sus tacones y salir de la habitación.

Cuando salió al pasillo y se volteó, su cuerpo interceptó a la incendia y ambas se tambalearon hacia atrás.

—Oh rayos, lo lamento —murmuró Camille un segundo después de que se estabilizó.

—Como que esto es algo natural en nosotras, ¿no crees? —sonrió la joven mientras guardaba su celular y lamentaba no haber encontrado a sus padres.

Una sonrisa se plantó en el rostro de la incendia.—Definitivamente. Deberíamos volverlo nuestro saludo personal.

Jessica asintió con una enorme sonrisa y señaló el pasillo.—¿Hacia dónde se dirigía la pelirroja del grupo?

—Iba a tomar el desayuno, Emily está disfrutando mucho de su sueño así que creí que desayunaría sola, pero por el ruido que hace tu estómago no creo que lo haga.

La aqua se sonrojó de manera inmediata al escuchar a su estómago quejarse de no haber recibido comida aún, Camille sonrió señalandole el pasillo y empezando a caminar.

—Entonces, ¿no podías dormir o es natural es ti no sentir jetlag? —preguntó Jessica después de que caminaron unos pasos en silencio, buscando desplazar cualquier inicio de incomodidad. Cam parecía demasiado simpática y esperaba que se volvieran grandes amigas.

Sus elementos eran contrarios y dentro de su comunidad era muy bien sabido que ninguna Aqua había conseguido llevarse completamente bien con una Incendia, sin embargo, a ella eso la tenía sin cuidado.

—Cuando esta cosa —señaló sus venas —, no se salía tan seguido de control, solía viajar mucho. Supongo que desarrollé tolerancia. ¿Y tú? ¿El hambre te despertó? —preguntó Camille sonriéndole mientras miraba de reojo el lugar, aquella mansión era ciertamente inquietante.

—Bueno, dicen que el mar nunca duerme, pero sí, tenía mucha hambre —asintió pisando el primer escalón de la escalera.

—¿Y Sam, ella está bien?

—Si lo dices por la tormenta de esta madrugada, no creo que fuese totalmente su obra —la chica se detuvo al final de las escaleras y se volteó a verla.

Camille la siguió hasta detenerse un escalón sobre ella y cuestionó dudosa: —¿A qué te refieres?

—Yo he visto al Consejo llegar y ya sabes lo que dicen acerca de los días en los que a reúnen todos.

Los ojos de Camille parecieron adquirir un color más rojizo del habitual y suspiró.—Vaya. Yo solo esperaba un poco más de tiempo, algo como unas vacaciones de todo esto.

—Y no eres la única, guapa —Jess le hizo un guiño y continuó su camino a la cocina—. Mas creo que el único momento en que tendremos un descanso será en el momento en que muramos.

Ambas entraron a la cocina encontrándose con Lee y David quienes hablaban tranquilamente mientras tomaban café. Los chicos detuvieron su charla y las miraron amistosamente.

  —Buenos días, guapuras — saludó David dándoles un guiño. Parecía ser típico en David eso de ser muy coqueto, pensaron ambas chicas.

—Buenos días, señoritas —le siguió Lee con un inglés ligeramente confuso.

The Only Ones [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora