The Only Ones [PAUSADA]

Incendia

Camille POV's

— Hasta luego, Ross — murmuré bajando del auto.

— Adiós señorita, que tenga un buen día.

Sonreí con ironía, si vivía mi vida, siempre sería imposible tener un buen día. — Claro — cerré la puerta y me volteé para dirigirme al instituto.

Como todos los días, caminando con la mirada enfocada en el césped o el cemento, en mi celular o mis manos. Intentando cubrir mis brazos, pensando que así podría detener las llamas. Pensando en que aquel día no se repitiera jamás.

Todos me miraban y susurraban, como siempre, hasta cierto punto ya me había acostumbrado, mientras no intentarán realizarme una broma, todo iría bien. Eso esperaba.

Bicho raro, monstruo, tonta, estúpida, loca, rara, y un sin de nombres, así es como me llaman desde el accidente. Al principio me hacían daño sus comentarios, incluso algunos me molestaban, pero después de un tiempo, me acostumbré. Levanté una muralla, cree mi propio muro, dejaron de importarme sus sobrenombres o sus miradas de odio o incluso de temor.

Atravieso los pasillos hasta mi casillero, en cuanto lo abro de él caen varias notas al frío cemento, me inclinó, las tomo y las hago un puño, luego me acerco al basurero y las lanzo en él. No me molesto en leerlas o darles importancia, son iguales a las de los días anteriores, siempre son los mismos mensajes, las mismas notas.

Guardo los libros que no necesito, tomando solamente mi libro de física y mis notas, un bolígrafo y listo. Cierro mi casillero y me volteo, me dirijo hacia mi clase cuando un grupo de chicas pasa junto a mí, una de ellas choca su hombro con el mío con demasiada fuerza, luego le murmura algo a las otras y todas se ríen. Una sonrisa irónica brota de mí, pensar que durante toda mi vida, esas tres chicas fueron mis amigas, mis hermanas, mis confidentes. Ahora solo son extrañas, son solo parte de esa población que siente miedo, odio o repulsión hacia mí.

Continuo mi camino hasta que dos manos tapan mis ojos dejándome con mi visión completa a oscuras. No me molesto o grito, sé de quién se trata, es la única persona que se atrevería a tocarme tan abiertamente.

— Hey Nick — murmuro con una sonrisa renovada. Él es la única persona capaz de hacerme sentir feliz en esta prisión. Es el único que aún me habla, es quien me defiende, es quien me cuida, quien nunca me abandonó.

— Oh vamos, Cam — quita su manos de mis ojos y se mueve hasta mí costado colocando su brazo alrededor de mis hombros. — ¿No puedes fingir sorpresa alguna vez?

Sonrió y me volteo hacia mi mejor amigo. — No, lo siento.

— Bueno, luego no digas que no le doy magia a esta amistad, ya que tu le das la chispa.

Él lo sabe, mi secreto, solo él. Mientras todos creen que soy piromaniaca, él sabe que no es eso, que en realidad es algo que ni siquiera me agrada, es algo con lo que nací pero no pedí.

***

Camino con aire taciturno de vuelta a mi casillero después de un día totalmente agotador. Las personas no dejan de murmurar cuando paso junto a ellos y Nick siempre les envía una mirada asesina. Él va, como siempre, con su brazo colgado en mi hombro y no puedo evitar notar las miradas que le lanzan a él, no es odio ni asco, ni siquiera temor. Lo miran con admiración, como si por el simple hecho de hablarme y tocarme él fuese una especie de persona increíble, y lo es, mucho, pero por otras razones.

Una mano se bate frente a mí y sacudo la cabeza rápidamente volviendo a la realidad.- Hola, hola, llamando a Camille al planeta tierra.

— Lo siento ¿decías?