Estaba harto, no podría soportar por más tiempo las presiones de su partido, unos intentando que pacte con Unidos Podemos, otros que lo haga con el PP para poder gobernar en la gran coalición... y el en medio, sin saber que hacer, sin saber que camino seguir sin que suponga el final del PSOE. Para colmo, en casa las cosas tampoco iban bien, hace meses que la relación con Begoña se había enfriado y el único respaldo que parecía encontrar eran sus hijas. Su única vía de escape era encerrarse en el baño y llorar, llorar como no hacía en mucho tiempo. Luego, con las lágrimas aún cayéndole por la cara se miraba al espejo y se preguntaba dónde estaba el hombre seguro y decidido que siempre había sido, estos últimos meses le habían quemado tanto que habían acabado destruyéndole y, aunque tenía que mantenerse firme de cara a la galería, sabía que algún día explotaría y no aguantaría más. El problema era que no tenía con quien, con su mujer ya no tenía la misma confianza de antes, sus hijas eran demasiado pequeñas como para comprender todo lo que tenía su padre en la cabeza, sus amigos de partido solo empeorarían las cosas, no quería preocupar a sus padres... ¿y Albert Rivera? Era una locura, sí, pero gracias al pacto de la legislatura pasada y las interminables reuniones que tuvieron habían cogido bastante confianza, además él también tenía tensiones internas dentro de su partido y puede que supiera ayudarle.
Cogió el móvil y empezó a teclear en la pantalla.
Yo: Hola Albert, cómo va?
Pero Albert no contestaba, quiso pensar que no le estaba ignorando y que era simplemente porque estaba reunido pero, después de comprobar que lo había leído y seguía sin contestar, perdió la esperanza y volvió a llorar. Pronto tuvo que disimular porque tenía que cenar con su mujer y sus hijas y no quería que lo notasen. Consiguió distraerse un poco con sus pequeñas pero en un rincón de su mente seguía presente el mensaje no contestado que había mandando a su rival político, ¿por qué no le contestaba?
Volvió a coger el móvil y para su sorpresa Albert le había contestado.
Albert R.: Qué tal Pedro?
Perdón por no contestar antes pero he tenido un día difícil
Pasa algo?
Yo: No, tranquilo, solo quería hablar contigo
Albert R.: Termino de cenar y de recoger la mesa y hablamos, vale?
Yo: vale, perfecto :)
Aprovechó ese momento para acabar de acostar a sus hijas e irse a su despacho para tener privacidad y no molestar a Begoña. Espero, más de lo que le hubiera gustado, pero el mensaje llegó.
Albert R.: Vale ya, perdón por tardar tanto pero es que vivir solo es un asco
Yo: jajaja no te preocupes
Bueno... no sé por donde empezar
A ver, sé que somos rivales políticos y que no nos deberíamos llevar bien y eso pero...
Eres la única persona a la creo que puedo contar esto y me puede ayudar de verdad
Albert R.: Me estás asustando
Seguro que no pasa nada?
Yo: Es que es un tema personal...
Albert R.: Ah bueno, entiendo
A ver, sé que no somos amigos así de tomarnos cañas pero hemos cogido confianza, no?
![](https://img.wattpad.com/cover/79038530-288-k66088.jpg)