Ice Road

Una oportunidad única.

Atsuya decidió contarle lo que había pasado el día del accidente.
Resultó que el también había sobrevivido gracias a que aquel día, logró saltar por la ventana, luego de haber aventado a su hermano del auto. Lo que ocurrió después, fue que con las pocas fuerzas que le quedaban, camino un poco buscando ayuda, pero se desmayo en el camino, y lo habían encontrado unos turistas, que más tarde lo adoptaron.

—Entonces...eso fue lo que ocurrió.
—sí , luego de aquel dia, nunca volvi a saber nada de él, al menos hasta que ocurrió la historia de los extraterrestres, alli fue donde al menos supe que estaba vivo.
—¿por qué nunca fuiste a verle?
—¿Qué iba a decirle? No podía aparecer de la nada, y decirle que estaba vivo. No se como hubiera reaccionado.
—...Supongo que si.
—por cierto, ¿como sabias lo de la fecha de hoy?
—Fubuki me lo dijo.
—¿son cercanos?
—no lo se, supongo.
—¿no eres su novia?
—no...¡NO!
—bien, bien, no grites.
—¿Qué hay de la foto? ¿donde la conseguiste? ¿la llevabas ese día?
—mis padres la llevaban, yo solo la tomé — apretó los puños — es lo único que conservó, incluso perdí mi bufanda.
—Haruna rió nerviosamente al recordar a su amigo, quien la llevo consigo por un tiempo — y... ¿Como te enteraste que estaba aquí?
—Ese restaurante al que fueron en la mañana, mi hermana trabaja allí, es mesera
— ahora que lo dices, una de ellas no dejaba de verle.
— esa era mi hermana. Ella conoce toda la historia, la foto, lo de los extraterrestres...es una metiche
—pensé que se lo habías contado tú.
—no todo. El caso es, mientras estaban allí me envió un mensaje diciéndome que le había visto. Tomo una foto mientras estaban distraídos, y escuchó lo que pudo de su conversación.
—te doy la razón, es una metiche — dijo Haruna.
— yo llegué al restaurante cuando ustedes iban unas cuadras adelante, y cuando los encontré los seguí, el resto es historia.
—¿por qué no te acercaste a hablar con él?
— Ya te lo dije, no es tan sencillo. Se siente extraño. Son sensaciones encontradas cuando vuelves a ver a alguien que pensaste jamás volverías a ver, y más si era muy querido para ti.
—Haruna suspiró — tienes razón — dijo un poco triste — es como lo que pasó conmigo y mi hermano
—¿tú también?
—Si, fue una situación parecida — hizo una pausa — pero olvidemonos de mi, ¡Fubuki debe enterarse!
—...no estoy seguro de eso...
—Es una oportunidad única si quieres verlo. Después de todo, mañana nos vamos. Nuestro avión sale en la tarde...lo que me recuerda que no empaque...
—pues sera mejor que te vayas yendo. De todas formas, ¿no se supone que tu amiga dijo que estabas enferma? Si se preocupan por ti, seguro que volverán temprano.
—¡Maldición! Es verdad.
—eres muy despistada.
—¡como sea! Debes verlo mañana. No tendrás otra oportunidad, entiendelo.
—¿pero en que momento? ¿donde? No creo querer tener un reencuentro con él con todos observando.
— ve a el hotel.
—¡es lo mismo!
—¿afuera del aeropuerto?
—¿por qué estas tan interesada en esto?
—¡por qué es mi amigo! Además, estos días ha estado deprimido, y eres su hermano. Se que será un gran shock, pero cuando lo asimile... ¡Puede que eso lo haga más feliz!
—... ¿segura ?
—si, muy segura.
— suspiro —...eres muy extraña... — saco su celular — no he dicho que si,pero...te daré mi numero, por si acaso.

Haruna y Atsuya intercambiaron los números de celular, y luego de eso se despidieron, cada uno tomando rumbo a su lugar.

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—no lo entiendo, no te ves enferma —  dijo Natsumi al ver a su compañera de habitación.
— será que me siento mejor — río nerviosamente — tome un té.
— ¿y de que te sentías mal?
—ah, ya sabes...aquello...
—¿aquello?
—si...aquello...je...
—bueno...esta bién — coloco su bolso en su cama — por cierto, Kidou te esta esperando en el pasillo.

Haruna se puso nerviosa al pensar que probablemente no podría engañar a su hermano. Cosa de la que tenia razón.

—y bien, ¿piensas contármelo?
—¿por qué siempre tienes que averiguar cuando escondo algo?
—ya te lo dije, te conozco demasiado
–Haruna suspiró — bien, pero promete no decir nada, por favor hermano.
—no lo haré
—miró a su alrededor para asegurarse que nadie los escuchaba — muy bien.