Capítulo 4

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Narra Justin:

- ¿Qué haces aquí?- la pregunta me hace sonreír sarcásticamente.

- Solo vine a saludar.- me alzo de hombros-. Pensé que sería educado.- adjunto en voz seria evitando que mi voz se quiebre.

- Hola.- dice fría-. Ya saludaste, creo que puedes irte.- su seriedad hace que mi corazón se apriete con fuerza.

- Amm... Livy, es hora de tu baño. Vamos cariño, mamá se quedará hablando con Justin.- murmura Christian incómodo mientras toma a la pequeña de los brazos de ________.

- No quiero bañarme.- protesta haciendo un puchero, mis ojos se fruncen al darme cuenta que de cierta forma se parecen a los míos.

- No seas cochina.- gruñe antes de empezar a caminar hacia un pasillo.

- ¡Mamá!- grita antes de que pueda desaparecer por completo de nuestra visión.

- Dime, mi amor.- la mira con una sonrisa, una que me gustaría volver a recibir.

- ¡Te amo!- grita soltando una risa-. ¡Papá también te ama!- un puñetazo directo en el estómago.

- Yo también los amo.- responde antes de girarse y mirarme fulminante-. ¿Puedo saber qué demonios haces aquí?- pregunta alzando el tono.

- Ya te lo dije...- camino más cerca de ella.

- Oh vamos, Bieber.- ríe sin gracia-. Anda a otra persona con ese tonto cuento.

- Bien, me descubriste.- asiento-. Vine por ti.- admito después de unos segundos.

- Pierdes tu tiempo.- murmura con la voz levemente entrecortada-. Puedes irte por donde has venido.

- Lo haré.- asiento con mis ojos cristalizados-. Ya veo que para ti no fue difícil superar nuestra separación. De hecho, me doy cuenta de que fui el único idiota en pensar que de alguna forma volveríamos a estar juntos.

- Para ti fue fácil dejarme.- aprieta sus puños a sus lados.

- ¿Qué fue fácil? ¡Demonios! ¿¡Escuchas lo que dices!?- grito asustándola un poco-. Jamás es fácil para una persona dejar a los que ama.

- Quizá no me amabas lo suficiente.- reprocha-. Para ti fue muy fácil irte y ni siquiera te despediste, ¿y ahora vienes después de tantos años a reclamarme?

- ¡Te amé como a nadie en mi vida!- respondo, el pulso en mi sistema acelerándose-. Y si te queda duda de algo, aún te amo.

- No, no lo haces. Si lo hubieras hecho, no hubieras tardado cuatro años en venir y al menos hubieras respondido a mis llamadas.

- ¿Y que me dices tu? ¡Te casaste después de un mes de haberme ido!- gruño viendo como sus ojos se empañan hasta soltar lágrimas.

- Prometiste que no te irías.- solloza evadiendo mi pregunta anterior-. ¡Prometiste que lucharíamos juntos! Pero solo preferiste tomar tu decisión e irte.

- No fue mi decisión, lo sabes.- niego.

- Pero ya no importa.- limpia sus mejillas-. Ya no te amo.- responde logrando que las lágrimas resbalen por mis mejillas.

- La pregunta es si alguna vez lo hiciste, ¿no crees?- corrijo-. ¿Cuántos años tiene Livy?- pregunto, sus ojos me miran curiosos y con un atisbo de miedo.

- No te importa saberlo.- bufa.

- ¡Solo responde!

- ¡Cuatro! ¿Contento? Livy tiene cuatro años.- nuevamente un puñetazo en el estomago y este dejándome sin respiración por unos segundos.

Secuela: Let me love you again «J.B.»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora