Secuela: Let me love you again «J.B.»

Capítulo 7

Narra Justin:

- Mamá, ya te lo dije.- gruño contra el teléfono al continuar escuchando sus tontas palabras de te lo dije-. Ya no importa, siento mucho haberte hablado así.

- No te preocupes, cariño. ¿Cuándo regresarás?

- De hecho, la compañía me traslado aquí. Me pagarán más así que me quedaré unos meses.

- ¿No es por ella?- suspiro pesadamente.

- No, ya no. Debo irme, tengo que arreglar unas cosas en la nueva casa.

- Esta bien, cuídate por favor. Te amo, hijo.

- Yo te amo a ti. Adiós.- al colgar el teléfono regreso mi mirada al frente.

La gran casa que me ha dado Alan para vivir es bastante espaciosa y moderna, debo decorarla a mi gusto o al menos esas fueron las palabras que él pronunció. Sin embargo, mis ánimos no son lo suficientemente buenos como para querer dedicarme a esto por el momento. Lo más probable es que contrate a alguien más; después de todo, la compañía es la que paga todo.

- Vaya que es grande.- habla Drake bajando del segundo piso.

- Si, pero creo que es mucho para mi.- hago una mueca viendo todo.

- ¿Bromeas? ¡Esto es genial!

- Quizá lo sea.- asiento-. ¿Te quedarás?

- No...- niega-. Hoy regresan mis padres y tenemos una especie de cena en nuestra casa. Deberías ir.- mis ojos se abren.

- ¿Qué? Eso no pasará.- niego rápidamente.

- Oh vamos, debes ir.

- Tus padres me matarán si lo hago, estoy seguro que me odian.

- No lo hacen, es imposible.

- ¿Por qué lo dices?

- Por que los conozco y estoy seguro que se arrepienten de haberte separado de mi hermana, no solo por la depresión que le dio sino que también por haber perdido la comunicación con ella.

- No lo sé, Drake. ¿Tu hermana irá?- asiente con una sonrisa-. Si, es una mala idea.

- Deja de ser cobarde, yo se que mueres por verla.- levanta sus cejas reiteradas veces-. Deberías ir y si puedes pedirle disculpas.

- Si, quizá tengas razón.- asiento, aún quiero verla.

- ¡Así se habla! Arréglate que solo tienes media hora.- ruedo los ojos antes de caminar hacia mi habitación en el segundo piso.

En menos de 45 minutos el auto de Drake es aparcado frente a su casa, mis manos sudan y mi corazón late a una velocidad demasiado rápida que hasta puedo oírlo. Drake me hace una señal para que salga y tomándome mi tiempo lo hago. Camino a sus espaldas esperando encontrar palabras adecuadas en cuanto sus padres decidan salir con armas suicidas hacia mi persona.

- Relájate, solo son sus padres.- me repito a mi mismo llevándome una mirada burlona por parte de Drake.

- Tranquilo, te protegeré.- ríe llevando su mano al timbre.

- ¿Es tarde para regresar a casa?- antes de recibir una respuesta la puerta se abre, diablos.

- Hola hijo.- saluda su madre sin percatarse de mi presencia.

- ¿Qué hay?- saluda abrazándola-. Traje a un amigo que encontré por ahí.- en ese instante sus ojos me miran asombrados.

- ¿Justin?- sonrío incómodamente caminando hasta estar enfrente.