Secuela: Let me love you again «J.B.»

Capítulo 8

Narra Justin:

- Despierta...- susurran a lo lejos-. Despierta ya... vamos Bieber.- sigo escuchando aquella voz en lo oscuro-. ¡Despierta!- abro mis ojos de golpe al escuchar el repentino grito.

- ¿Qué demonios quieres, Drake?- susurro llevando mis manos a mi cabeza.

- Es mas de medio día y tu sigues durmiendo.- avisa, en ese momento recuerdo donde me encontraba.

- Demonios.- gimo incorporándome en la cama-. Tus padres deben estar molestos.

- No, de hecho no sabían que te quedaste aquí y hoy salieron temprano.

- ¿En serio?- asiente sonriente-. ¿Porqué llevas traje?- pregunto viéndolo de pies a cabeza.

- Tengo una entrevista de trabajo en media hora así que tu baja a desayunar que yo me voy. Adiós.- se despide saliendo del cuarto dejándome aún confundido.

Con un suspiro agotado camino hacia el baño en donde mojo mi cara e intento arreglar mi aspecto. Al salir una sonrisa se forma en mis labios al tener vagos recuerdos de ayer.

"Ya no te amo" son las palabras que vienen a mi mente y, a pesar de no saber porqué, me encuentro feliz de haberlo escuchado. Después de ponerme presentable bajo hacia la cocina donde encuentro una agradable escena.

- ¡Livy!- gruñe su madre en desaprobación al no lograr que la pequeña abra la boca-. Te guste o no las uvas debes comerlas.

- No me gustan las negras.- niega-. Quiero las verdes.- cruza sus brazos.

- No hay, así que te comes todo o no te daré el batido de fresa.

- Pero mamá...- hace puchero.

- Buen día.- saludo entrando finalmente.

- Hola.- saluda _______ sin quitar la vista de su taza de café.

- Hola.- saluda la pequeña con la boca llena haciéndome reír.

- ¡Livy!- vuelve a regañarla haciendo que una punzada de dolor aparezca en mi frente.

- Lo siento.- murmura su hija antes de tomar una uva y llevársela a la boca con una mueca.

- Eres adorable.- sonrío jaloneando uno de su cachetes, una sonrisa de su parte es lo que recibo.

- Hay café en el mesón por si quieres y pastillas en el estante de la esquina.- habla ________ mirándome por unos leves segundos.

- Esta bien, gracias.- sonrío en su dirección antes de caminar al aparador de donde saco una taza para llenarla con café y dos pastillas para el dolor de cabeza-. ¿Y Christian?- pregunto sentándome a su lado.

- Se fue ayer en la noche, hoy tenía que ir a la empresa de sus padres.- se alza de hombros.

- ¿Me das mi batido?- regreso mi mirada a la pequeña que extiende el plato vacío.

- Esta bien, pero no quiero que riegues o ensucies el sofá de la abuela ¿ok?

- Lo prometo.- asiente llevándose un vaso de princesas a lo que creo es el living.

- ¿La dejas comer en el sofá?- asiente no muy convencida.

- Es mejor para mantenerla quieta y evitar que haga algún desastre, ya sabes... los niños aman la televisión.

- Si, debes ser experta en saber lo que les gusta ahora.- respondo arrepintiendo inmediatamente-. Quiero decir que... tu entiendes.

- Solo cállate.- suspira sin mirarme.