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"Tracing all my footsteps in the night

Daylight turn to darkness now I'm lost

Move all night, move all night

Home, keep hold of my heart

I'm trying to find my way"

Nunca me había sentido tan incomoda como este momento, todos mis compañeros hablaban o reían a mi alrededor y yo solo miraba con impaciencia el reloj contando los minutos para salir de este restaurante infernal.

No me mal entiendan, ellos me agradan y regularmente me gusta considerarme una persona muy conversadora o bromista, mis amigos suelen decirlo; siempre he disfrutado la compañía de las personas.

Pero, últimamente, cuando pensaba en lo que había logrado a mis 25 años solo aparecía mi carrera; la psicología siempre me pareció una gran manera de ayudar a las personas, mi apartamento qué tal vez no era enorme pero para mí era la libertad que deseaba, una relación seria y mi amiga desde la niñez, Anya. Era un poco aburrida y monótona, así que cuando mis compañeros me invitaron a cenar la noche del viernes me pareció mejor idea que perder el tiempo viendo series en mi sillón.

Sin embargo ahora me parecía mejor idea haberme quedado en casa disfrutando mi noche libre.

Nos encontrábamos en un bar en el centro de la ciudad que si bien era pequeño; el ambiente era muy tranquilo. Nos encontrábamos en una de las mesas frente a un pequeño escenario en el cual había músicos tocando en vivo, la gente que venía en grupos estaba en las mesas mientras que los solitarios se encontraban en la barra.

Solo había tomado un par de cervezas pero eran pasadas las 12 pm y mi auto lo había dejado en mi casa, mis compañeros hablaban de cualquier cosa o reían, yo solo no sabía bien que debía decir así que me despedí (no sin algunas protestas de ellos) y salí del lugar.

En el exterior del establecimiento me coloqué mi abrigo y decidí caminar hasta mi casa, disfruto mucho del ejercicio y mi casa no está tan lejos; tan solo unas pocas manzanas de donde me encontraba.

Era una tranquila y fría noche en la que se podía ver el aliento salir de las personas al respirar, para mi eran especiales ya que podía fácilmente imaginar historias fantásticas acerca de ellos; sobra decir que me gusta caminar siempre que puedo.

Me encontré en un parque que estaba a a unas calles de mi casa y me pareció buena idea sentarme a disfrutar de la vista a pensar. A pesar de estar en la ciudad, en el parque había muchos árboles que eran muy hermosos, el ambiente siempre me había interesado supongo que al ser más bien introspectiva siempre era mejor escuchando y observando que hablando, además esa noche era una de las más tranquilas que había tenido en algún tiempo.

Últimamente mi vida se había vuelto como una rutina aburrida de ciudad; dormir, trabajar, comer, dormir.
Esa era mi vida desde hacía algún tiempo, era monótona, plana, sin emociones; gris.

Cuando estudiaba la carrera de psicología me imaginaba una vida diferente a esta. Imaginaba una vida llena de espontaneidad, una vida que cada día fuera diferente al anterior, sería emocionante, ningún paciente sería igual a otro y jamás me parecería una carga el ayudar a los demás.

Más sin embargo había sido todo lo contrario a eso.

No es que no me gustara mi trabajo en la clínica; lo amaba, pero siempre era lo mismo, sentía que no hacía ningún cambio.
Todo lo que hacía era atender algunos pacientes habituales y llenar papeles, solo eso; para eso estudie tanto.

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