Phinbella

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Phineas

Me encontraba recostado en mi cama. Estaba tranquilo, ya que todos mis amigos irían a la misma universidad que yo. Ya tengo todas las skates voladoras para todos.

Tengo todo listo hace semanas. Mochila, útiles, skates, máquinas de emergencia de bolsillo ¡Todo!

Me levante de mi cama, decidido a no gastar mi último día de descanso. Baje las escaleras y me encontré a toda la familia desayunando.

- Hola cariño -me saludo mama.

- Hola a todos -salude a todos sonriendo.

Lo único que me extrañaba era que Candace no estuviese con nosotros. Se mudó con Jeremy, ya que marido y mujer deberían vivir juntos. De vez en cuando los visito.

- Baljeet llamó, dice que está planeando  hacer un picnic en las afueras de la ciudad ¿Vienes? -preguntó Ferb levantándose del comedor.

Por cierto, Ferb se había vuelto más social. Lo que me pone bastante feliz.

- ¡Lo hubieras dicho antes! -me levante de mi lugar sin haber tocado mi plato.

- ¡Adiós familia! -me despedí.

Sin esperar respuesta, Ferb y yo fuimos hacia el garaje y tomamos las skates voladoras de todos.

- No nos hará mal recordar los viejos tiempos, además deberíamos probarlas antes de mañana, ya sabes por si alguna falla -sugerí poniendo las tres skates portátiles sobrantes en mi bolsillo.

Aunque es poco probable que tengan alguna falla. Nos subimos en estas, y arrancamos en dirección a la casa de Baljeet.

Para matar el tiempo, dábamos algunos giros y acrobacias por el aire. ¿Quiénes mejores para hacer inventos?

Si, lo sé. Me he vuelto algo presumido.

- ¡Hey, Phineas! -exclamó Isabella parada en la acera.

- ¡Te alcanzo en un momento, Ferb! -le comunique con un grito.

El solo hizo una seña con su pulgar en prueba de que me escucho . (👍🏻)

- ¿Cómo estás Isabella? -dije aterrizando la skate a su lado.

- Camino a casa de Baljeet, ¿Y tú? -preguntó poniendo sus manos en la espalda.

- Misma ruta, si quieres te doy por adelantado la skate voladora que tenía  pensado darte mañana, para que vayas a la escuela y otras cosas -sonreí subiendo mis hombros Inocente.

- ¡Gracias! -exclamó agradecida, haciendo que un hermoso brillo ilumine sus ojos.

Sonreí. Saque la skate voladora de mi bolsillo, la cual parecía una cajita morada metálica. Le di al botón verde y esta se desdobló y quedo igual que la mía.

Isabella subió a la skate y nos fuimos juntos haciendo acrobacias hacia la casa de Baljeet. Aterrizamos en su pequeño patio de la entrada, donde todos se encontraban esperando.

- Espero que tengas una de esas para mí -dijo Baljeet con los brazos cruzados mientras subía y bajaba su pie como un abanico portátil.

- ¡Claro! Tengo para todos -dije arrojándole el suyo a Baljeet, y a Bufford.

Apretaron los botones verdes y automáticamente se desdoblaron para quedar como la de todos.